FABULACIONES Y CONFABULACIONES por Juan Alfredo Bellón

FABULACIONES Y CONFABULACIONES, por Juan Alfredo Bellón para El Mirador de Atarfe (DESDE EL MIRADOR Nº49) del domingo 26-04-2015.

                 Dice el Papa Bergoglio que hay que amar a los divorciados y dejarles acercarse a la Iglesia, y a los pecadores, entre por lo que parece están los homosexuales y las lesbianas, por no seguir la nómina de los infectos tradicionalmente condenados por el Vaticano. Pues ahora hay que ser compasivos y distinguir el pecado del pecador y agacharse a lavarles los pies en la Pascua Florida, como Jesús se los lavó y secó a los discípulos, a los pobres y a los leprosos. Todo muy bonito y franciscano, muy bien predicado y mejor argumentado por el Papa argentino, como quien escribe la letra de un tango arrabalero con chulos esforzados y putas repletas de cicatrices y desgarros en el malevaje acompasado de un bandoneón.

                Qué vientos tan frescos soplan en el Vaticano con Francisco alojado en un conventito aledaño a San Pedro, regentado por monjas de costumbres sobrias y no como el domicilio palaciego del cardenal Rouco Varela, presidente dimisionario de la Conferencia Episcopal, también gallego, como Fraga y Rajoy y Núñez Feijoo. Cuántas gaitas, Señor Santiago.

                Cuentan que, ya muy enfermo Juan Pablo II, un cardenal se atrevió a preguntar a Dios cuándo tendríamos otro Papa polaco y Dios le respondió, muy nervioso, que nunca mientras él fuera Dios. Y ahora resulta que hay una conjura nutrida por periodistas meapilas y políticos genoveses, descontentos con la frialdad y el dontancredismo de Rajoy que deja caer a Rato mirando al tendido, y tal parece que no han escarmentado de gallegos (se me olvidó empezar por Franco) y proponen su recambio por el presidente de La Xunta, amigo intimo de narcos relevantes, agazapado en su Obradoiro mientras el Presidente se achicharra en la Moncloa como san Lorenzo (aprés moi, le deluge) esperando la debacle en las Municipales.

                Y luego va Hollande y nombra aspirante a la embajada francesa ante la Santa Sede a un tal Stefanini, uno de los primeros espadas de la diplomacia gala, católico ferviente y practicante… pero papablemente homosexual. Y Bertoglio manda bloquear la presentación de las credenciales desde principios de 2015 y guarda un silencio cazurro que bien podría ser gallego del Mar del Plata, que no por mucho predicar, da trigo y se pierde en el laberinto de las fabulaciones gratuitas actuando con nosotros como un trilero que impide al pueblo conocer a los defraudadores fiscales y blanqueadores de capitales, amagando con que, si los conociéramos, comprobaríamos que son la repera patatera. Qué bonito, rediós, más propio de un sargento patatero que de un alto cargo de nuestra administración, practicar lúdicamente la rima interna y merecer un cero patatero siendo tan fraudulento como un chorizo o morcilla patateros, embutidos en casa del pobre con mucha patata, para disfrazar el hambre como Francisco disfraza su intolerancia vaticana, intransigente e inquisitorial.

                Cuando, antes de negar el placet a Stefanini, tendría que expulsar a media Curia Romana y diezmar (soy indulgente) al clero secular y al regular y a sus variantes docentes y asistenciales, tanto masculinas como femeninas. Y conste que a mí no me toca nada el supradicho, pero es que no se puede ser tan cínico, embustero, boludo y embaucador.

                Y para más inri de los inris y colmo de los colmos, se incorporan a la inacabable lista negra de la corrupción económica el diputado pepero y cachazudo Martínez Pujalte y Federico Trillo, que admiten cínicamente haber cobrado entrambos casi medio millón por «asesorar verbalmente» a una empresa constructora que opera con la Administración y reconocen lo poco estético del caso pero se aferran a su legalidad. Habrase visto. Después de lo del Yack-42 y lo de la Isla Perejil y de proclamar a los cuatro vientos la autoría etarra de los atentados de Madrid y el carácter de confabulación criminal de la acusaciones por lo de la trama Gürtel, y de las risitas, (je je y ja ja y lo de «a lo mojor») y del cachondeo mediático con víctimas y perjudicados, solo queda pedir que vuelva Aznar a sacarles las castañas del fuego y a castigarnos como merecemos por haber luchado tanto contra el IVA cultural y habernos reído tantísimo de su esposa. Las quinielas están echándose: señoras y señores, abran juego.

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