23 noviembre 2024

En cada elección sobre qué metemos en nuestro carro, luchamos contra todos los reclamos posibles que el marketing ha podido idear

Abastecemos nuestras neveras en supermercados que nos ofrecen pasillos y más pasillos llenos de estanterías con miles de productos. En ese escenario, cada fabricante desea que elijas el suyo, así que lo publicitará más, lo envolverá mejor, le dará más sabor y le escribirá en la parte más visible del envase aquello que crea que puede hacerlo parecer el rey del lineal, o el más sano, o el único que te da algo que la competencia no tiene. En cada elección sobre qué metemos en nuestro carro, luchamos contra todos los reclamos posibles que el marketing ha podido idear.

No deja de ser un baile de máscaras: a menudo el producto real, el que se encuentra tras todos los adornos del envase es muy similar al resto de sus homólogos y con toda probabilidad habrá exagerado hasta el límite de lo legal (o hasta el vacío legal en muchos casos) sus bondades y escondido sus defectos.

Como hablar de todas las triquiñuelas que se usan para convencernos desde las estanterías daría para un año entero de artículos, vamos a echar solamente un vistazo a cuatro de los productos más habituales de los que nos intentan vender como muy saludables:

Yogures desnatados

¿Qué nos cuentan? Los yogures desnatados de mil sabores y con los ingredientes más exóticos que podamos imaginar copan las neveras de los supermercados. Se venden como una opción más saludable que la versión entera por su menor contenido calórico y la ausencia de grasas.

¿Cuál es la realidad? Muchos yogures desnatados llevan azúcar añadido, y no en poca cantidad. Además, sabemos que la grasa láctea no debería ser una gran preocupación, menos en la cantidad que aporta un yogur. El consumir los lácteos enteros contribuye a favorecer la saciedad. Deberíamos primar el “sin azúcar añadido” por encima del “desnatado”.

La mejor elección: el yogur natural sin más.

Bollería y galletas sin azúcar

¿Qué nos cuentan? Ante la presión que se está produciendo en los últimos tiempos sobre el consumo de azúcar y el elevado contenido del mismo en muchos productos procesados, las marcas han optado por solucionar el problema a golpe de edulcorante, lo que les permite escribir un “Sin azúcar” en la caja y revestir así al producto de un halo de salubridad.

Muchos fiambres tienen un contenido en carne muy bajo. No son productos de calidad, y además entran en la clasificación de carnes procesadas que la OMS aconseja reducir

¿Cuál es la realidad? Siguen siendo productos fabricados con ingredientes poco recomendables (harinas refinadas y grasas de mala calidad), que desplazan el consumo de alimentos saludables como la fruta, los frutos secos o un pan integral. Además, los edulcorantes, por ser acalóricos, no son inocuos. Sabemos que afectan de manera negativa a nuestra microbiota y que contribuyen a mantener ese umbral del dulzor tan elevado al que estamos tan (mal) acostumbrados.

La mejor elección: olvida las galletas y la bollería, hazte una tostada de pan integral de calidad.

Fiambres bajos en grasa

¿Qué nos cuentan? York o fiambre de pavo como máxima representación del desayuno o merienda fitness. Nos los venden como algo fácil de comer, ligero y sano.

¿Cuál es la realidad? Muchos fiambres tienen un contenido en carne muy bajo, de menos del 70%, el resto es fécula, almidones, azúcares, aditivos y agua. No son productos de calidad, y además entran en la clasificación de carnes procesadas que la OMS aconseja reducir.

La mejor elección: La carne natural, no procesada. Una pechuga de pollo o de pavo a la plancha o al horno podemos cortarla en láminas que guardar en la nevera y consumir en frío en las mismas ocasiones que usamos fiambres.

Cereales para cuidar la linea

¿Qué nos cuentan? Son cereales de desayuno, muy enfocados a público femenino que prometen ayudar a “cuidar la línea” o incluso a perder peso.

¿Cuál es la realidad? Igual que la mayoría de cereales de desayuno, son muy ricos en azúcar, suelen rondar el 15-20% de azúcar añadido y llevar solo una parte de integrales. Referencias que no se venden con esos reclamos publicitarios y son mucho más baratas, como unos Corn Flakes, rondan en cambio el 8% de azúcar.

La mejor elección: Los cereales integrales sin azúcar añadido como los copos de avena, el arroz integral hinchado o cereales en copos tostados sin azúcar.

Antes de acabar, quiero recordar que la fruta y los frutos secos siempre son opciones ganadoras, aunque no lleven lustrosos envases glosando sus virtudes, ni sean protagonistas de inspiradores anuncios publicitarios. Y que como opción proteica los huevos, el hummus o el tofu pueden alternarse perfectamente con la carne y sustituir a los fiambres siendo una opción mucho mejor.

En resumen, compra sobre todo materias primas o productos poco procesados: alimentos que no necesiten etiqueta, ni envase, ni lista de ingredientes.

Lucía Martínez Argüelles, es dietista-nutricionista, máster en nutrigenómica y nutrición personalizada, TSD y bloguera en www.dimequecomes.com

NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.