24 noviembre 2024

14 preguntas para saber si tu organización de izquierdas es machiprogre

En menos de una semana, en España, se han producido al menos dos polémicas a cuenta de la opinión de dos líderes (varones, yo no uso masculino excluyente) de dos partidos políticos de posición ideológica radicalmente opuesta: PP y Podemos.

También dos académicos de la lengua que me niego a nombrar o publicitar han decidido honrar a sus públicos con desinformadas opiniones (negativas, por supuesto) sobre el feminismo. También coinciden en algo los cuatro señores: tener una clara opinión sobre qué debemos hacer las  mujeres, cuál es el feminismo que aceptarán (o sea, uno que renuncia a reivindicar algo que les suponga variar un ápice la cantidad y calidad de sus privilegios), y qué merecemos las mujeres feministas que no nos amoldamos a esos parámetros.

Mucho se habla de los comportamientos machistas individuales, como los muchos que leemos a diario de estos y otros afamados señores. Sabemos que son casi infinitos. Y que también tienen el apoyo de señoras. Son mecanismos tan mutantes, sutiles, brutales y eficaces como solo pueden serlo las prácticas de opresión que se valen de quienes reprime para perpetuarse.

A veces, ilusa de mí, ilusas de nosotras (las personas), tendemos a creer que si hemos elegido una organización determinada o varias de ellas para ejercer nuestro activismo o compartir nuestro interés por el bien común, esas organizaciones reflejarán todos nuestros compromisos vitales. Y puede ser así en otros activismos que no conozco, pero no en el feminista. Partidos de izquierda, asociaciones de izquierda, ONG’s de izquierda (o que así se manifiestan), plataformas animalistas, veganas, o expresamente feministas funcionan de acuerdo a parámetros tradicionales que ningunean a las mujeres.

Es la forma en que las organizaciones, incluso las más aparentemente progresistas, «ponen en su lugar» (uno en el que no incomoden mucho) a las mujeres que forman parte de ellas. Pueden no querer hacerlo, pero se benefician de un resultado que mantiene las relaciones desigualitarias entre hombres y mujeres.
Hemos visto polémicas sobre el machismo de la organización o miembros señalados de ellas en casi todas las organizaciones políticas. Del PP a Podemos, de Ciudadanos a Pacma. Da igual. Pasa todo el tiempo y en todas partes. Se habla hoy como si no hubiera mañana  y se se habló ayer aunque no evitó hablarlo hoy. Se nos da la razón o se piden disculpas para no seguir escuchándonos, pero rara vez pasa de una aquiescencia paternalista. O sea, machismo que dice que sí frente a machismo que dice que no. Para ese viaje no necesitábamos las alforjas de trescientos años de Feminismo.
Por eso, hay 14 preguntas  cuyas respuestas te dirán si tu organización es machista. Puede que no lo sepa (o no lo sepas). Si descubres que lo es, la actitud de apertura o rechazo frente a lapetición de cambios te darán muchas pistas sobre si su actitud frente a la igualdad es real o solo es postureo.  Es decir, si estás en una asociación/organización/partido que respeta a las mujeres o solo es otra organización machiprogre.

Vamos con el check list.

  1. Da por hecho que no es machista, sin establecer parámetros especializados para establecerlo. ¿Se ha hablado alguna vez como organización qué es machista y no se consentirá en ella?
  2. Considera –sin medirlo de forma adecuada- que las normas o indicaciones de funcionamiento interno son neutras al género, es decir, que afectan por igual siempre a hombres y mujeres.
  3. No tiene mujeres en puestos directivos o cargos de máxima responsabilidad.
  4. Tiene en puestos de poder al mínimo de mujeres que le obliga una norma, o se esmera en que las que llegan sean las que más y mejor se adaptan al rol de mujer culturalmente aceptado.
  5. No tiene establecido un protocolo de actuación en casos de acoso sexual y/o por razón de sexo.
  6. No tiene establecido protocolo en casos de violencia de género.
  7. No establece medidas de corresponsabilidad para sus trabajadoras y trabajadores. O sí las tiene pero se enfocan solo a madres.
  8. Realiza actividades de información o formación en las que hay, sistemáticamente solo o una mayoría de expertos y no expertas.
  9. Realiza reuniones fuera de horario laboral, o en momentos en que pueda impedir la asistencia de quienes realizan labores de cuidado.
  10. No contempla espacios de descanso y autocuidado.
  11. No usa lenguaje inclusivo en las comunicaciones externa e interna.
  12. Cree que los temas de igualdad son “cosa de mujeres” y cuando se forma o trata sobre discriminación o igualdad se realizan “reuniones con mujeres” como si fuera un problema de ellas y no del conjunto de la organización.
  13. No asume las reivindicaciones específicas de las mujeres que forman parte de ella como propias de la organización, o bien las tiene como de “segunda hornada” cuando se consigan otras aparentemente más urgentes o prioritarias.
  14. Ante declaraciones machistas de sus miembros no se posiciona expresa y abiertamente en contra. También si ese tipo de comportamientos no llevan aparejada ningún tipo de sanción.
Estoy segura de que se os ocurren (o habéis vivido) muchos puntos más, así que abierta a sugerencias quedo. Y no me digan a los hombres también los oprime el sistema.

Porque, como ya dije cuando elaboré y compartí por primera vez el check list hace más de un año si a sus opresiones les quitan los privilegios con que les compensa, se quedarían como pretenden que nos conformemos. Y puedo asegurar que no es agradable. Por eso no lo deseamos para nadie.

María S. Martín Barranco
@generoenaccion