La Unión de Mercados de Capitales que propone la Comisión Europea es un lobo con piel de cordero
Si se crea la Unión de Mercados de Capitales y, al mismo tiempo, no se impide la firma del tratado de libre comercio e inversión entre EEUU y la UE (TTIP), Europa retrocederá a una Edad Media política
La Comisión Europea propone una Unión de los Mercados de Capitales (UMC) en los 28 Estados miembros. Para financiar a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) europeas, así como infraestructuras y que unas y otras no dependan financieramente solo de los bancos. Dicen. El objetivo principal de la Comisión Europea, expuesto en un Libro Verde, es eliminar todas las barreras y obstáculos que dificultan la financiación de la inversión entre los países miembros de la Unión. Hay dos modos básicos de financiación: recurrir a la banca para conseguir un préstamo de capital o a los mercados de capitales: fondos de inversión, fondos de pensiones, mercados de divisas, mercados de acciones y bonos, de obligaciones, aseguradoras… Según el Libro Verde, las empresas europeas se financian poco en los mercados de capitales; se trata de enmendar esa situación y que la Unión de los Mercados de Capitales en Europa canalice un gran volumen de fondos para la inversión.
Para desarrollar tal proyecto, la Comisión Europea inició el pasado febrero una consulta –que finaliza el 13 de mayo de 2015– cuyos resultados serán la base para elaborar un plan de acción que permita liberar la financiación no bancaria. Para ello la Comisión ha consultado al Parlamento Europeo y al Consejo, a estados miembros, Parlamentos nacionales, empresas, académicos e integrantes del sector financiero y los ha invitado a responder una encuesta, que expone en el Libro Verde, y a presentar propuestas antes de ese 13 de mayo. Cabe resaltar que la Comisión no consulta si se ha de crear la UMC o no ni cuándo sino cómo. Con lo que la consulta deviene un cuestionario técnico y sobre “cuestiones complementarias” y “medidas adicionales”. Lo esencial está sentenciado: la Comisión ha decidido ya que habrá una UMC en Europa.
Tras la consulta, la Comisión elaborará este verano un plan de acción, una hoja de ruta y un calendario de este junio a 2019 para hacer realidad esa Unión de los Mercados de Capitales. Los objetivos de la Comisión en esta operación dicen que son facilitar la financiación de todas las empresas y proyectos de infraestructura en Europa, crear un mercado único de capitales (con la eliminación de obstáculos) y diversificar la financiación de la economía.
¿Crear una UMC no supone la total financiarización de la economía europea? O, dicho de otro modo, ¿no es el predominio de la especulación financiera propia de los mercados por encima de la economía real productiva? Conviene recordar que la crisis, que aún no ha acabado y ha aumentado la desigualdad y la pobreza a niveles intolerables, fue provocada por la especulación financiera, no por la economía productiva. Más en concreto, la crisis empezó con una titulización masiva y muy extendida de activos que se dio en llamar ‘tóxicos’ porque contenían préstamos hipotecarios incobrables, ocultos en títulos tras otras deudas y bonos. El resultado ha sido la mayor crisis financiera y económica de la historia del capitalismo. Y por eso desata todas las alarmas que la Comisión Europea se proponga con esa UMC “fomentar la titulización de alta calidad”. ¿Qué otras burbujas podrían estallar?
¿Qué significa que la Comisión se proponga “detectar los obstáculos para construir un mercado único de capitales y suprimirlos uno a uno”como reitera el Libro verde? Por contra, en ese Libro no se concreta propósito alguno de regulación financiera que impida riesgos y excesos que causen otra crisis. Y cabe temer lo peor al leer en el Libro Verde que “la libre circulación de capitales es uno de los principios fundamentales sobre los que se ha construido la UE” y, pero aún, que “la libre de circulación de capitales es una de las libertades fundamentales de la Unión Europea”. Afirmaciones muy esclarecedoras de las intenciones de la Comisión.
En el Libro Verde dice la Comisión Europea que hay que “garantizar que los obstáculos a la circulación de capitales sean detectados y eliminados”. ¿Que obstáculos? ¿”Las características de los sistemas de pensiones”? ¿Las llamadas “trabas administrativas”? ¿“Las características de los regímenes fiscales”? Con un MUC y su normativa de obligado cumplimiento para garantizar la libérrima circulación de capitales, cabe temer – y así nos lo de muestra la obligatoriedad de los tratados de Maastrich y de Lisboa- que los Parlamentos elegidos por la ciudadanía y los gobiernos surgidos de los mismos tengan cada vez menor margen de actuación política.
Una conclusión lógica de las propuestas de la Comisión en el Libro Verde, es que la insistente reclamación de suprimir obstáculos se traduzca en la supresión de cualquier norma que intente controlar o fiscalizar los movimientos de capital y la especulación con productos financieros para evitar males mayores.
Si se crea la Unión de Mercados de Capitales y, al mismo tiempo, no se impide la firma del tratado de libre comercio e inversión entre EEUU y la UE (TTIP), Europa retrocederá a una Edad Media política. Porque las soberanías nacional y ciudadana se irán por el desagüe,y ciudadanía y Parlamentos no pintarán nada. Los mercados financieros decidirán más que nunca y la democracia se convertirá cuanto más en un ritual o un decorado. Y unos pocos decidirán las cuestiones fundamentales que a todos atañen.
Urge formar un frente europeo de partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales y ciudadanos para impedir el plan perverso de crear una Unión de Mercados de Capitales en Europa. ¿No estamos a favor del ritmo económico de los tiempos? Por supuesto que no, porque estamos por los derechos de la ciudadanía, de la gente común, no por los beneficios e intereses de una minoría y sus cómplices.