23 noviembre 2024

La población en riesgo de pobreza o exclusión social crece hasta el 29%

La tasa de personas en riesgo de pobreza o exclusión social sigue avanzando en España y ya representa el 29,2% de la población (era del 26% en 2010). También retroceden los ingresos medios por hogar, que alcanzan los 26.154 euros por familia. Los datos corresponden a la Encuesta de Condiciones de Vida elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los datos del año 2013, el último de la crisis económica.

La tasa de personas en riesgo de pobreza o exclusión es el principal indicador que usa Eurostat, la oficina estadística europea, para medir el peso de las personas menos favorecidas en una sociedad. Esta referencia (también se denomina Arope, del inglés, at risk of poverty or social exclusion) consta de tres variables: la carencia material severa, la baja intensidad en el empleo o el riesgo de pobreza. De acuerdo con los datos de población de 2013 (46,7 millones), unos 13,6 millones de personas cumplirían alguno de los tres criterios que definen este concepto.

Después de llevar dos años estancada en torno al 27% (en 2011 y 2012), la tasa ha aumentado dos puntos y es tres puntos porcentuales más elevada que la de 2010.

Uno de los tres elementos que integran esta variable es el umbral de pobreza: percibir unos ingresos inferiores a 7.961 euros en el caso de un hogar unipersonal o de 16.719 euros en hogares compuestos de una pareja y dos niños. El porcentaje de población que se encuentra por debajo de este listón de renta (que más que pobreza absoluta mide la desigualdad, es decir, cuánta gente tiene ingresos bajos respecto al conjunto de la población) aumentó el año pasado respecto a la anterior.

La tasa de riesgo de pobreza (a secas, sin otros factores de exclusión) se situó en el 22,2% de la población frente al 20% de 2012 (y 20,7% de 2010). El porcentaje aumenta sensiblemente más entre los menores de 16 años, al crecer 3,4 puntos, mientras cae entre los mayores de 65 años un 1%. Como el umbral está bajando debido a la caída generalizada de los ingresos, los colectivos con rentas estables como los jubilados ven mejorada su situación comparada con el resto de la población, lo que explica la mejora de la situación entre los mayores que reflejan las estadísticas.

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El informe muestra también cómo los ingresos medios en las familias durante 2013 fueron de 26.154 euros, inferiores en un 2,3% respecto al año anterior. En 2010 eran 29.634 y en 2012 26.154 euros.

“Se trata de datos muy reveladores y muestran un empeoramiento muy claro de la realidad social, tanto en lo que se refiere a niveles de renta como a las condiciones de vida en general”, indica Luis Arroyo, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Juan Carlos I de Madrid.

Arroyo añade otro indicador más de la Encuesta de Condiciones de Vida para apuntalar su tesis: la evolución del coeficiente Gini, un valor que aporta información sobre la concentración de la renta en un país. Oscila entre el 0 (reparto máximo de riqueza) y el 1 (desigualdad absoluta). Es una tasa relativamente rígida, y pese a ello, ha pasado del 0,337 en 2012 a 0,347 en 2013. Era del 0,329 en 2008. “En España siempre ha rondado el valor de 0,3; frente a los países nórdicos que están en el entorno del 0,2. Estados Unidos se encuentra en el 0,4 y los estados más desiguales en el 0,6”, explica.

La evolución de este coeficiente, junto con la caída de ingresos medios o el aumento de la tasa que mide el riesgo de pobreza y exclusión social son una muestra de que la recuperación económica “se está saldando con una mayor desigualdad”, según el catedrático de economía. “Ya nos temíamos que la resaca de la crisis iba a ser grande en términos de fractura social”, añade.

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El 45% no puede salir de vacaciones ni una semana

El indicador de riesgo de pobreza o exclusión es una referencia compuesta de tres conceptos: el riesgo de pobreza (ingresos un 60% inferiores a la mediana); la baja intensidad en el empleo (menos del 20% del potencial laboral) y la carencia material severa. Este último consiste en sufrir al menos cuatro situaciones de una lista: no poder ir de vacaciones ni una semana; no permitirse comer carne o pescado al menos cada dos días, ser incapaz de mantener la vivienda a una temperatura agradable, retrasos en el alquiler o la hipoteca, no tener coche, lavadora o televisión.

Estas son algunas de las dificultades planteadas por los españoles en la encuesta:

El 45% no puede ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año.

El 42% no puede afrontar gastos imprevistos (de 650 euros).

El 10% sufre retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal (alquiler, hipoteca, luz, agua).

El 16% tiene serias dificultades en llegar a final de mes.