Deporte y ejercicio
Un paseo todas las mañanas puede resultar tan beneficioso como hacer 70 kilómetros en bicicleta los fines de semana. Todo depende de la edad y del estado físico. Lo que es seguro es que practicar algún tipo de ejercicio físico de forma regular es mucho más saludable que tirarse en el sofá.
Más deporte, mayor calidad de vida
El tiempo que dediques a practicar algún tipo de deporte, por sencillo que le parezca, siempre será un tiempo bien empleado. Está demostrado que tiene efectos beneficiosos sobre la salud física y mental.
- Optimiza el funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio: fortalece el corazón, aumenta la capacidad pulmonar y disminuye la tensión arterial.
- Refuerza el sistema osteomuscular: los músculos y los huesos aumentan su grosor y se vuelven más resistentes a las lesiones.
- Mejora la salud mental: tienen efectos positivos sobre el estrés, la depresión, la ansiedad y el bienestar psicológico en general.
- Las personas que realizan ejercicio con frecuencia tienen menos posibilidades de padecer algunos tipos de cáncer, como los del aparato digestivo o los de mama
Antes de salir a la calle…
- Escoge ejercicios que te gusten. Se trata de pasar un buen rato, no de castigarte. Se constante y procura alternar unos con otros.
- Elige bien la hora del día para hacer deporte. Procura que no sea en ayunas o nada más comer. Y tampoco justo antes de irse a dormir.
- Bebe agua antes, durante y después de practicar cualquier deporte. Sobre todo si hace calor y con más motivo, si eres un niño o una persona mayor.
- Calienta los músculos antes de empezar y estíralos una vez hayas terminado. La mayoría de las lesiones están causadas por no calentar o no estirar bien.
¿Aeróbico o anaeróbico?
¿Qué deporte es el mejor? Ninguno es malo. Es difícil recomendar uno u otro, ya que depende tanto de la edad de la persona como de su estado físico y sus objetivos.
- Hay ejercicios aeróbicos, como correr, nadar o montar en bici que ayudan a reducir la grasa corporal y mejoran la salud cardiovascular. No tienen por qué ser intensos y fuerzan menos los huesos y las articulaciones.
- Los ejercicios anaeróbicos, por su parte, como el levantamiento de pesas o la velocidad, fortalecen los huesos y reducen el riesgo de osteoporosis. Infórmate, no todo el mundo puede practicarlos.
Si tu salud no es buena, tienes una cierta edad o si hace tiempo que no practicas ningún ejercicio, consulta a tu médico de cabecera. Él puede orientarte en la elección del ejercicio que mejor te va.
Sigue nuestros consejos
- Empieza por sesiones cortas (unos 20 minutos) y poco intensivas. Con el paso del tiempo, aumenta la duración y más tarde, la intensidad del entrenamiento.
- Calienta antes de empezar el entrenamiento. Las flexiones y estiramientos te proporcionarán más flexibilidad y reducirán el riesgo de sufrir tirones, calambres y otras lesiones.
- Si te empiezan a doler los músculos, articulaciones o tendones, deja de hacer ejercicio hasta que el dolor haya desaparecido.
- No acabes el entrenamiento de golpe, sino vete acabándolo de forma progresiva para que tu cuerpo se habitúe al reposo y así evitar desmayos.
- Es muy importante usar el quipo apropiado. Un calzado adecuado es fundamental. Ten en cuenta el deporte que vayas a realizar, el clima, el suelo…
- Si quieres sentirte en forma, aparte de hacer deporte, procura modificar algunos hábitos diarios: utiliza las escaleras, coge el autobús o el metro más lejos de la que suelas coger normalmente, camina todo lo que puedas…