23 noviembre 2024

El bulo de las vacunas y el autismo se remonta al estudio falseado por el médico británico Andrew Wakefield y publicado en la revista The Lancet en 1998.

Wakefield realizó un ensayo clínico en el que participaron 12 niños y relacionó la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) con el autismo. Dos años más tarde, el Colegio General Médico Británico indagó sobre dicha investigación y terminó retirándole (en 2010) la licencia por actuar de forma deshonesta e irresponsable ya que tanto los métodos como las conclusiones eran falsos.

El estudio falseado por el médico Andrew Wakefield realizó un ensayo clínico con 12 niños y relacionó la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola) con el autismo.

Además, la propia revista The Lancet acusaba a Wakefield de haber incurrido en un conflicto de intereses durante la investigación, ya que cobró cerca de ochenta mil euros de un organismo encargado de estudiar los supuestos daños de la vacuna.

Consecuencias del bulo

Las consecuencias del estudio fraudulento de Wakefield significaron una reducción del 7% de las vacunaciones al año siguiente de su publicación, una cifra que se incrementó aún más en la siguiente década pese a las advertencias sobre las inexactitudes del trabajo.

Desmontando el bulo

En 2015 se llevó a cabo otro estudio en el que participaron 95.000 niños, en lugar de la reducida muestra de 12 niños que estudió Wakefield. Este concluyó que no había ningún tipo de relación entre la vacuna y el autismo.

Desde la publicación del estudio de Wakefield, los movimientos antivacunas han vinculado el autismo con las vacunas debido a que algunas contienen metales que el cuerpo de los niños no es capaz de absorber. De hecho, algunas contienen tiomersal, que se compone de etilmercurio para evitar el crecimiento de bacterias y hongos, pero según indica la OMS la cantidad es inferior al 0.1% del mercurio al que los seres humanos se exponen.

Polémica en redes sociales

Hace unos meses, el presentador Javier Cárdenas avivó la polémica en su programa de radio al defender la polémica tesis de Wakefield. El revuelo motivó que la Organización Médica Colegial emitiera un comunicado en el que denuncia “las situaciones que conlleven mensajes equívocos y faltos de evidencia científica sobre salud y que supongan un riesgo sobre la población general”.

Mientras que la a Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) se unió a la condena a este bulo y aportaba información contrastada al respecto. También la Confederación Autismo España destacó que la comunidad médica y científica de todo el mundo apoya de forma unánime la conclusión de que no existe evidencia que relacione la vacunación y el desarrollo de los TEA.

Además, la pediatra Lucía Galán, autora del blog Lucía, mi pediatra, replicó a Cárdenas con una carta que se hizo viral en cuestión de minutos. El presentador, por su parte, respondió pidiendo a la doctora una disculpa pública por cuestionarle.

Referencias:

La OMC, por una información en salud de calidad y contrastada. Organización Médica Colegial de España.

Las vacunas no causan autismo, señor Cárdenas. Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI).