Siete puntos de fricción en el informe de los expertos en Transición Energética
Este lunes, el Ministerio de Energía, Turismo y Medio Rural publicó el informe del Comité de Expertos sobre Transición Energética.
En el documento, los 14 miembros (todos hombres) elegidos por gobierno, oposición, sindicatos y patronal esbozan una serie de escenarios de modelo energético tanto para 2030 como para 2050, tratando de encontrar estrategias que permitan cumplir los compromisos de reducción de emisiones adquiridos por España.
El informe, de unas 500 páginas, ha sido recibido con poco entusiasmo en general. Varios puntos han centrado la mayor parte de las críticas.
1.Aprobación no unánime: Lo primero a reseñar es que el consenso no ha sido total. Tres de los 14 miembros de la Comisión se han abstenido, mientras que los otros 11 han votado a favor. Las abstenciones han correspondido a Cristóbal Gallego (propuesto por Podemos), Josep Sala (propuesto por ERC) y Jorge Aragón (propuesto por CCOO). Estos tres miembros han emitido votos particulares criticando algunas de las partes del informe.
2.Carbón: El informe considera, en la mayoría de los escenarios, la reducción casi total del carbón en el mix energético para 2030, aunque no recomienda el cierre de las centrales térmicas. Esta reducción se conseguiría fijando un precio mínimo para las tasas sobre las emisiones de CO2, tasas que ya existen. Al ser el carbón el combustible fósil que más produce, se espera que esta tasa favorezca a otras fuentes de energía, en particular al gas. Sin embargo, tal y como señalan varios de los votos particulares del informe, no se especifica cuál sería este precio mínimo.
Si no llega al umbral de 33€ por tonelada de CO2 (ahora mismo la tasa está alrededor de 7 €/tonelada), el peso del carbón no se vería reducido, según denunció Marta Victoria Pérez, cofundadora del Observatorio Crítico de la Energía, en una conversación con La Marea.
3.Gas: El espacio dejado por el carbón sería ocupado por el gas natural. No obstante, este combustible sólo sería importante a corto plazo (2030), ya que para 2050 se plantea su declive y su sustitución por fuentes renovables. Esto ha levantado suspicacias, ya que las infraestructuras gasistas necesarias para cumplir el primer escenario podrían convertirse en activos varados tan solo dos décadas más tarde.
4.Nuclear: La energía nuclear adquiere un papel central en los escenarios base del informe. Según el mismo, eliminar la generación de energía a partir de esta fuente provocaría una menor reducción de emisiones y un aumento del precio de la energía. Para ello, en algunos escenarios, el informe considera la extensión de la vida útil de las centrales nucleares.
Este ha sido uno de los puntos criticados por los grupos ecologistas. Javier Andaluz, responsable de energía y clima de Ecologistas en Acción, afirmó en una nota enviada a los medios que el documento no contempla “las cuestiones sobre seguridad, emisiones y costes de todo el ciclo nuclear”. En la misma línea se ha pronunciado el diputado por EQUO, Juantxo López de Uralde, que en una columna en Público.es, ha criticado que se haga elegir a la población entre “la catástrofe climática o la nuclear”.
5.Renovables: Las renovables se erigen como fundamentales para conseguir el objetivo de descarbonizar la economía. Las dos fuentes que han recibido más atención en el informe han sido la fotovoltaica y, en menor medida, la eólica. El escenario base para 2030 plantea la implantación de un 27% de renovables en el mix, de acuerdo con la posición negociadora del Consejo Europeo de la Energía (que ya fue criticado por su falta de ambición y que no es una meta definitiva). El informe indica, además, que será “complicado” alcanzar esa proporción.
“Es posible alcanzar este objetivo, y objetivos superiores. Esperaba que este informe presentara escenarios con objetivos mayores”, afirmó Marta Victoria Pérez. “Además, un país que va a sufrir enormemente las consecuencias del cambio climático debería ser ambicioso en la lucha contra el cambio climático”, añadió.
Además, el autoconsumo y la descentralización de la generación se contempla como pieza clave en la implantación de estas energías. No obstante, según indica el voto particular de Cristóbal Gallego, “no se proporcionan soluciones concretas para el corto plazo a determinadas barreras que impiden actualmente su desarrollo”. En otras palabras, se critica el “impuesto al sol”, pero no se establecen estrategias para su eliminación.
6.Impuestos: Muchas de las medidas recomendadas en el informe se introducirían mediante reformas fiscales, lo que supondría varios nuevos impuestos. Además de las tasas sobre emisiones se gravarían combustibles como el diésel (casi un 29%), lo cual ha sido rechazado frontalmente por la Federación de Asociaciones de Transportistas (Fenadismer), en una nota de prensa publicada hoy.
7.Interconexiones: Uno de los puntos más criticados por los votos particulares críticos ha sido el de la falta de claridad en cuanto a las interconexiones eléctricas con la Unión Europea. Según Cristóbal Gallego, estas han recibido un tratamiento positivo por parte del informe, pero en las simulaciones realizadas por los expertos se demostraba que las mismas “dificultan el logro de los objetivos ambientales y encarecen la energía”.
Para Pérez, esta sería una de las claves más importantes, al contradecir el discurso no sólo del Gobierno, sino de la Comisión Europea: “Aumentar las interconexiones con Francia no va a suponer que se integren, de repente, más renovables. Al contrario, mirando el informe, parece que el porcentaje sobre la energía final prácticamente permanece constante y las emisiones de CO2 aumentan un poco. Por lo tanto no es ni de lejos la clave para la implementación de las renovables”, afirmó la investigadora.