24 noviembre 2024

Granada rinde tributo a Mariana Pineda en el 187 aniversario de su ejecución

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Tras la ofrenda floral en la plaza que lleva el nombre de la heroína granadina, la Banda Municipal ha interpretado tres pasodobles

Mariana de Pineda Muñoz o Mariana Pineda (Granada, 1 de septiembre de 1804-Granada, 26 de mayo de 1831) fue una liberal española del siglo XIX ejecutada durante la restauración de Fernando VII.

El 18 de marzo de 1831 la policía al mando del alcalde del crimen Pedrosa irrumpió en su domicilio, el número 6 de la casa 77 de la calle del Águila en Granada, y al encontrarse «dentro de la casa que habitaba doña Mariana Pineda, cabeza o principal de ella» una «bandera, señal indubitada del alzamiento que se forjaba» fue «aprehendida… teniéndosela legalmente… por autora del horroroso delito», según el relato del fiscal que presentó en el juicio al que fue sometida. Según Carlos Serrano, las condiciones en que se encontró la «bandera» en casa de Mariana «hacen sospechar que la introdujo en ella algún agente manipulado por la policía, sin duda una de las propias bordadoras del Albaicín a quien ella tenía encomendado el trabajo y que, descubierta o denunciada, se habría visto más o menos obligada a introducir el famoso pendón en su casa para que pudiera ser «descubierto» luego allí y sirviera de base para la acusación».

De momento fue confinada en su propio domicilio, bajo la custodia de un guardia, de donde escapó tres días después aprovechado un descuido del vigilante disfrazada de anciana, pero el guardia logró alcanzarla en la calle y Mariana le rogó que no la denunciara y para tratar de ablandarle le propuso que le acompañara en la huida. Este hecho sería utilizado por el fiscal para imputarle un supuesto segundo delito, además del de preparar un alzamiento contra «la soberanía del Rey N.S.», el de «haber emprendido su fuga de la prisión que le fue constituida en su casa», tratando de «seducir o cohechar al dependiente que la custodiaba y que le dio alcance en su fuga, diciendo a este que la dejara, ofreciéndole que se fuese con ella y le haría feliz». A causa de este intento de fuga fue recluida en la cárcel de mujeres de mala vida del convento de las ArrecogidasSanta María Egipcíaca.

Hoy parece claro que las autoridades absolutistas, dada su condición de mujer, no la consideraban uno de los dirigentes de la conjura liberal que creían que estaba en marcha en Granada —de hecho en ninguno en los pronunciamientos liberales del final del reinado de Fernando VII hubo mujeres directamente implicadas—, sino que la detuvieron para que denunciara a sus cómplices, verdaderas cabezas de la conspiración en la que ella sería nada más que una comparsa. Prueba de ello sería que Pedrosa, el jefe de la policía de Granada, estaba habilitado para indultarla incluso después del juicio si aceptaba declarar sobre sus cómplices, cosa a la que ella se negó hasta el final —una firmeza que por otro lado no había mostrado su primo Fernando Álvarez de Sotomayor, a quien Mariana había ayudado a escapar de la cárcel, que informó a las autoridades absolutistas de las actividades del grupo de José María Torrijos en Gibraltar a cambio del indulto—.

Por otro lado se especuló que la detención y la condena a muerte de Mariana se debía al despecho sufrido por el alcalde del crimen Ramón Pedrosa que estaría enamorado de ella. Esta teoría la expuso veladamente durante el juicio su abogado defensor al referirse a «ciertos acontecimientos y circunstancias fatales» que habían hecho que a la referida [Mariana] «se la tenga por algunos en un concepto» que no merecía, entre las que se encontraba «no haber accedido a pretensiones de otros sujetos» quienes «no sería extraño que se hayan propuesto llevar su resentimiento y venganza hasta el extremo de arruinarla». Mucho más explícitas fueron las coplas que circularon por la ciudad, y que perduraron mucho tiempo, como esta:

Granada triste está
Porque Mariana de Pineda
A la horca va
Porque Pedrosa y los suyos
Sus verdugos son,
Y esta ha sido su venganza
Porque Mariana de Pineda
su amor no le dio

La ciudad de Granada ha conmemorado este sábado el 187 aniversario de la ejecución de la heroína granadina Mariana Pineda, figura histórica que, simboliza la lucha liberal constitucionalista del siglo XIX que murió ajusticiada por haberse unido a los defensores de una causa política antiabsolutista y no consentir en traicionar sus ideales.

El acto programado por el Ayuntamiento de la capital comenzó hacia las 11.30 horas, cuando la Corporación Municipal bajo mazas se ha trasladado desde Plaza del Carmen hasta la Plaza de Mariana Pineda. La comitiva estaba acompañada por la comisión Ejecutiva del Consejo Municipal de la Mujer -que portaba la bandera de Mariana Pineda-, junto a la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831, ataviados con trajes de época.

En el monumento de la Plaza de Mariana Pineda se ha llevado a cabo una ofrenda de flores por el Ayuntamiento, Consejo municipal de la Mujer, y distintas personas afines la movimiento feminista de Granada. Tras la que la Banda Municipal ha interpretado tres pasodobles.

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