El recorte de las pensiones se acelerará tras 2015: se multiplicará por cinco tras las elecciones
La carga del recorte se acelerará tras las próximas elecciones. En lo que resta de legislatura, el recorte sumará 2.400 millones de euros, un 7% del total, frente al 45% que se recortará tras las próximas elecciones. El año posterior a las elecciones, el recorte duplicará al de la cita electoral.
El recorte de las pensiones presentado por el Gobierno no es lineal: reserva el grueso de los ahorros para después de las elecciones de 2015, según revelan los cálculos del propio Ministerio de Empleo y Seguridad Social. A partir de esa fecha, la intensidad de los recortes se duplicará. El diseño deja sombras de intencionalidad política entre la oposición. El Ejecutivo justifica ese esquema en una cuestión económica: la hucha de las pensiones se agota en 2025.
La cuenta atrás política: elecciones en 2015
El esquema diseñado por el ministerio de Trabajo reduce los recortes a 2.400 millones de euros (un 7% del total) durante los próximos dos años con los que, teóricamente, se agota la legislatura. Así, el primer año la mengua para los pensionistas sería de 809 millones y de 1.639 el segundo, hasta sumar un recorte acumulado de 2.449 millones en total.
Sin embargo, a partir de 2016, es decir, tras la teórica cita con las urnas si el Ejecutivo apura su mandato, los recortes a los pensionistas se acelerarán de manera considerable. 2016 registrará recortes iguales a los dos años previos a las elecciones y el ritmo se acelerará hasta sumar 15.100 millones en la próxima legislatura y una cantidad siimilar de 15.390 en la siguiente, un 46% y un 47% respectivamente.
En total, el recorte sumará 17.549 millones en sus seis primeros años y 32.939 en la década para los que está previsto el nuevo sistema. Si el sistema fuera lineal, el recorte para 2014 debería ser del triple de lo previsto y del doble de lo anunciado para 2015.
El calendario económico: la hucha se agotará en 2025
El Ejecutivo justifica el ritmo y el tamaño de los recortes en otra cuenta atrás: la que vive el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, es decir, la «hucha» de las pensiones. Según los cálculos de la Seguridad Social, la baja natalidad y el envejecimiento de la población dispararán la tasa de dependencia del 26,1% en 2012 al 45,2% en 2032. El Ejecutivo estima que en el año 2030, la esperanza de vida de los españoles será superior a la actual.
Como consecuencia de ello, el Gobierno considera que el recurso al Fondo de Reserva irá aumentando hasta drenarlo totalmente en el año 2025 por lo que defiende una solución de incrementos graduales de los recortes a lo largo de la próxima década. La oposición asegura que, precisamente, el colchón hasta 2025 permite dibujar una solución menos drástica que la planteada por el Ejecutivo.
El factor inesperado: la caída de las nóminas
Las dos interpretaciones política y económica, sin embargo, sólo alcanzan hasta el medio plazo. A largo plazo, en las décadas siguientes, las pensiones sufrirán una rebaja natural como consecuencia de un factor inesperado que no está siendo incorporado a ninguno de los cálculos del Pacto de Toledo: la devaluación interna a la que se está sometiendo a las nóminas. La caída de los salarios y, por tanto, de las cotizaciones tendrá también como resultado una devaluación de las pensiones. Los sueldos han caído en España un 7% desde que comenzó la crisis, según los datos remitidos por el Ejecutivo a la UE. Eso significa que las pensiones a las que dan derecho esas contribuciones también caerán en las próximas décadas a medida que los actuales cotizantes se jubilen con menores rentas.