La selectividad sí es desigual
Ocho expertos analizan los ejercicios de Lengua castellana y de Historia de Andalucía, Canarias, Cataluña, Castilla y León, Madrid y País Vasco
España tiene 17 exámenes de selectividad y la nota final abre la puerta para cualquier universidad del país. Tras la polémica sobre si la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU o EvAU, según la comunidad autónoma), es más fácil en unas autonomías que en otras, EL PAÍS ha consultado a ocho expertos que han analizado los ejercicios de junio de 2018 de dos asignaturas obligatorias, Lengua castellana y Literatura y de Historia de España de seis comunidades autónomas: Andalucía, Canarias, Cataluña, Castilla y León, Madrid y País Vasco. Nadie discute que hay diferencias pero no todos coinciden en los niveles de dificultad.
El debate comenzó con el consejero de Educación de Castilla y León, Fernando Rey, que sostiene que son más fáciles en unas comunidades que en otras y que las notas de algunos estudiantes llegan «hinchadas» a su autonomía. Rey, que propone un examen único para toda España, va a recopilar los exámenes de este año para tratar de demostrar su tesis ante el Ministerio de Educación. «Es evidente que hay desigualdad y desequilibrio», coincide José Manuel González Herrán, catedrático de Literatura.S INFORMACIÓN
El profesor emérito de la Universidad de Santiago de Compostela no quiere señalar a ninguna comunidad pero opina que «algunas pruebas son del tipo que hace un profesor cuando quiere dar aprobado general: tan sencillas, tan elementales, que el alumno diga lo que quiera que algo colará». Las que le han parecido «más adecuadas, más justas, no excesivamente difíciles, pero en las que un alumno se puede lucir» son las de Castilla y León, Madrid y Cataluña. «Las otras me parecen algunas más aceptables que otras y algunas inadmisibles», dice sin querer especificar.
Almudena García, asesora del área de Lengua Castellana y Literatura de la EBAU en Castilla-La Mancha ve «clarísimamente» también que «hay diferencias de unas comunidades a otras en la dificultad y en el nivel de exigencia». A García le llama la atención especialmente el caso de Canarias, por fácil. En la prueba los alumnos tienen que hacer un comentario de texto y responder con un «posicionamiento crítico personal». «No hay ninguna pregunta que demuestre los conocimientos lingüísticos del alumno, ni teórica ni práctica», critica, a diferencia del resto.
Que el enunciado del ejercicio canario no concrete qué elementos debe contener la respuesta del estudiante no significa que no se examine su comprensión lectora, su expresión escrita y sus conocimientos de lingüística, advierte Magdalena Romera, profesora titular de Lengua castellana y Literatura de la Universidad Pública de Navarra. Romera tampoco ve criticable la pregunta en la que el alumno canario debe expresar su opinión, porque está pensada para medir la madurez de sus escritos y se hacen también en otras autonomías. Para ella la cuestión sobre las diferencias no está tanto en los exámenes, sino en «qué contestan los alumnos y cómo se corrige».
En los exámenes de País Vasco en algunas preguntas se dan múltiples opciones de respuestas y esto «lo hace más sencillo», en opinión de Almudena García, aunque considera que el examen es muy completo. Lo mismo sucede con la parte de la sintaxis de Cataluña, que también da opciones, pero de ese examen lo que más reseñable le parece, por innovador, es que están trabajando con pares mínimos, «un tipo de análisis sintáctico morfológico que intenta que los alumnos interpreten el sentido de un texto a través de la sintaxis».
Un ranking de dificultad para Historia
Miguel José Deyá, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat de les Illes Barears, con décadas de experiencia como corrector y redactor de exámenes de selectividad, ve desigualdades «notables» en las pruebas de Historia y se lanza a hacer un ranking. «El más fácil es el de Andalucía, seguido del de Cataluña y País Vasco (también son los exámenes más previsibles). Los demás andarán a la par de dificultad, aunque el más correcto de acuerdo con la normativa es el de Castilla y León».
En un repaso exhaustivo de los exámenes señala que Canarias hace preguntas «muy concretas y bien seleccionadas». Las de Madrid, en su opinión, parecen precisas pero son mucho más amplias y un alumno «difícilmente podrá resumirla en 10 líneas». Andalucía tiene «unas preguntas cortas tan fáciles que es imposible discriminar al muy buen alumno, del bueno, del regular, del malo y del muy malo».
El decano señala también que las pruebas de Cataluña y País Vasco eliminan toda referencia a la Historia de España anterior a 1800. Ese detalle también ha llamado la atención de Carlos Navajas y Diego Iturriaga, profesores de Historia Contemporánea de la Universidad de La Rioja y correctores de la EBAU. Ellos no ven, sin embargo, diferencias desproporcionadas en las preguntas y los temas que abordan las pruebas. «Son equiparables entre sí y tienen la dificultad adecuada para los alumnos de esa edad», señalan.
Del examen de Andalucía critican una pregunta que les parece tendenciosa -porque da por hecho que Alfonso XIII conocía el golpe de Estado de Primo de Rivera, y hay debate entre historiadores-, y que los enunciados no son lo suficientemente precisos, en su opinión. A los dos les ha gustado el examen catalán porque introduce imágenes y un comentario de texto. Y critican el castellanoleonés por otorgar dos puntos por una mera ordenación cronológica de cuatro hechos históricos. Pero insisten: «Todos tienen su dificultad o facilidad».
La corrección determina las diferencias
La coordinadora de la EBAU en Cantabria, María José González, que contesta junto con la responsable de Historia en la prueba, Aurora Garrido, rechaza opinar sin tener detalles como los porcentajes de evaluación para cada parte, los tipos de respuesta que son puntuables y penalizables, los criterios de corección, etc, aspectos que se deciden en las reuniones de coordinación de la selectividad en cada autonomía. «Diferencias sí se ven muchas, es muy evidente a simple vista; lo que es difícil de valorar es la dificultad», aclara González.
Como coordinadora de la EBAU de Lengua y Literatura en Navarra, Magdalena Romera asegura que el tipo de contenido que se evalúa en todas las comunidades es el mismo y las seis pruebas que ha revisado le han parecido «muy similares» porque deben responder al curriculo de Bachillerato. La disparidad en los resultados viene desde su punto de vista de las diferencias en las correcciones, que se observa también dentro de una misma comunidad.
En junio han aprobado el 94,53% de los alumnos, pero es en las notas altas donde se ve desigualdad. En 2017, el 32,1% de estudiantes canarios sacó sobresaliente en Lengua y Literatura mientras en Baleares solo un 2,2% tuvo más de un nueve. A Romera no le extrañan los resultados del archipiélago canario, porque “los alumnos llevan todo el año preparándose”. La cuestión para ella es “qué es un sobresaliente en Canarias y qué en otra autonomía”. “Ahí radica la diferencia”, dice, pero duda de que alguien que no haya cursado el bachillerato en las islas, sin saber qué se les exige en el comentario de texto, lograse bordar el examen.
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FOTO: Estudiantes momentos antes de iniciar los exámenes de selectividad en Barcelona. En vídeo, las protestas estudiantiles en Castilla y León en el mes de marzo. Massimiliano Minocri VÍDEO: ATLAS