Las clases de padres en las que se divide el grupo de WhatsApp del ‘cole’
Lo que más temías te acaba de suceder: «Fulano de tal te ha añadido a…», ya no hay marcha atrás. Estáis todos dentro. ¿Qué papel desempeñarás ahí?
Tener hijos es una de las tareas más díficiles. Si los tienes sabrás que a veces pueden ser más agotadores que el propio trabajo y que realmente son una enorme responsabilidad que implica un desgaste físico y emocional muy grande que en muchas ocasiones no se valora.
Por si esto fuera poco, las redes sociales le han añadido un obstáculo más: los grupos de padres en Whatsapp. Es habitual que por cada niño que tengas se formen reuniones de clase, de extraescolares, cumpleaños o fiestas de fin de curso, y a raíz de todas estas, un chat diferente con el objeto de disponer de un canal de comunicación ágil que ayude a mantenerse informados sobre novedades e imprevistos.
Qué pasa cuando te meten por error en un grupo de WhatsApp de padres
En los tiempos que corren, los corrillos a la puerta de los colegios mientras se espera a que salgan de clase los más pequeños se están extinguiendo. Estas conversaciones grupales se han convertido en el medio más eficaz para distribuir información. Pero, ¿qué papel desempeñas en ellos? ¿Cómo te comportas? ¿Dónde está el límite a la hora de enviar ciertos mensajes?
Los guerrilleros
En ocasiones se comparte un asunto que resulta de interés para todos, sin embargo, las respuestas no se obtienen de inmediato. Ante esto, frecuentemente quien lo ha mandado se comporta de manera muy susceptible y empieza a exigir que sea atendido de inmediato al considerar el asunto importante para todos.
Desactiva la descarga automática de tu teléfono si no quieres quedarte sin memoria
Además, nada les parece bien. Siempre tienen algo que objetar y todo está mal. Quieren llevar la razón en todo momento y no hay quien se atreva a responderles por miedo a las siguientes represalias. Normalmente suelen salirse con la suya y su ego es más grande que el Amazonas.
Los domingueros
Son los típicos que mandan sus fotos haciendo la barbacoa todos los domingos, del último viaje que han hecho, una que se ha hecho con su jugador de futbol preferido, el postre que ha hecho en casa… Su vida privada se convierte en asunto de Estado cada día y les encanta chulear sobre su día a día.
Los cotillas
Hablan mucho, pero no sobre lo importante. Los temas importantes y por los que se debería hablar pasan a un segundo plano. Prefieren escribir sobre lo que se han enterado del padre de la mejor amiga de su hija, el último chisme del profesor de Educación Física con la de Matemáticas o simplemente las cosas de ‘Sálvame’.
Los silenciosos
Están ahí. Lo sabes. Son como el viento. Los sientes, pero no los ves. Sabes que leen lo que ponéis porque está el doble ‘check’, pero nunca responden. Les da igual lo que pase, no les interesa o prefieren no destacar y no meterse por medio.
Hay muchas razones por las que no contestan, pero no debes ofenderte. Sin olvidar que debes respetar el derecho de los demás a guardar sus opiniones si así lo consideran, igual que tú las reservas en muchas ocasiones.
Los preocupados/incorformistas
Todo es un drama: “¿Quién ha cogido la chaqueta de mi hijo?, ¿van seguros en ese autobús?, ¿ese profesor de Lengua es bueno?, ¿no cuesta mucho dinero esa excursión?». Nada les parece bien. Todo lo replantean porque todo está mal o puede salir como «el rosario de la aurora». Se obcecan y no leen bien las respuestas de los demás. Prefieren seguir viéndolo desde su punto de vista y vivir al ras del infarto cada día.
¿Dónde quedaron los corrillos de padres a la salida del colegio de los niños? Ahora reinan los grupos
A veces por la excesiva preocupación, llegan mensajes en las redes sociales sobre: nuevas drogas, pandillas a las afueras de los colegios, videojuegos violentos, etc. sin confirmar la veracidad de la información, se alertan y lo reenvian dando que pensar a los demás.
Los de las cadenas
«Si no se lo reenvías a veinte personas, algo malo te pasará», memes, frases célebres, vídeos virales, noticias engañosas… un no parar de cosas que nada tienen que ver con los niños. Colapsan la memoria de tu móvil porque su actitud es frustrante.
Recuerda desactivar la descarga automática del teléfono, consiguiendo así que solo se descarguen en tu móvil los archivos que tú elijas. Seguramente seguirán ocupando lugar, pero bueno, ya pasarán tu filtro al menos.