Facebook inhabilita la cuenta de un usuario por poner un fragmento de un cuadro de 1931 donde aparece un pecho
El equipo de Facebook está desbordado y no llega a revisar todas las imágenes que su algoritmo censura absurdamente.“Llevo toda la vida poniendo imágenes de todo tipo”, declara José Eugenio Carretero, familiar del pintor costumbrista extremeño Eugenio Hermoso
La imagen en cuestión es un fragmento de un cuadro titulado “Tierra, Fauna y Flora”, obra de 1931 donde se pueden ver tres figuras femeninas desnudas.
«Esta función está bloqueada temporalmente. Una de tus publicaciones recientes infringe las políticas de Facebook por lo que se te ha bloqueado temporalmente y no puedes usar esta función. Para obtener más información visita el servicio de ayuda. Para evitar que se te vuelva a bloquear asegúrate de haber leído y comprendido las normas comunitarias de Facebook».
Este es el mensaje que puede leer desde hace una semana cada vez que trata de interactuar con cualquiera de las funciones de su cuenta de Facebook el exprofesor e exinspector de Educación y ahora jubilado, José Eugenio Carretero.
Lo sucedido es lo siguiente: Carretero está un día de vacaciones en su casa y decide que le apetece publicar algunos detalles del cuadro « Tierra, Fauna y Flora«, obra del pintor Eugenio Hermoso en 1931 donde se pueden ver tres figuras femeninas desnudas. Una de las imágenes era un perfil del torso desnudo de una de las tres mujeres: «Lo publiqué sinceramente porque el detalle me parecía representativo de su pintura y porque la técnica es impresionante», comenta incrédulo Carretero. De hecho, no es la primera vez que lo hace.
«Mi familia creó la Fundación Eugenio Hermoso, en colaboración con su hija Rosario Hermoso Ramos, para cuidar de su legado». Carretero explica que lleva toda su vida vinculado de forma artesanal y no remunerada a difundir la obra del que fuera su tío: el pintor costumbrista Eugenio Hermoso. Hermoso nació en Fregenal de la Sierra en 1883. Llegó a ser alumno de los conocidos pintores Gonzalo de Bilbao y José Jiménez Aranda. Su obra fue reconocida en vida y llegó a ser catedrático Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. En 1904 obtuvo la Medalla de bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes con La muchacha haciendo media que adquiere el Museo de Cádiz. Su sobrino, José Eugenio Carretero, lleva toda su vida difundiendo su obra. En los últimos años sobre todo en Internet.
«He hecho de todo: he revisado tesis doctorales en las que me referenciaban, he editado artículos de Wikipedia o de Wikimedia Extremadura, he puesto multitud de imágenes en Facebook, Instagram y galerías de imágenes en google…». Carretero siente absoluta devoción por la obra de su tío y llegó a escribir un libro que puede ser consultado en Google Books: « Eugenio Hermoso: 1883-1963. Visión y Realidad«. Y es precisamente por el reconocimiento de su tío y por llevar toda la vida difundiendo su obra por lo que Carretero no entiende qué está pasando: «No sé porqué será, pero lo considero censura. Y dado los tiempos que corren, el año en el que estamos, me resulta extraño este puritanismo».
Facebook utiliza un algoritmo para este tipo de situaciones. Cualquier imagen que detecte que pueda infringir sus normas es bloqueada y se le solicita al autor en cuestión que la retire. De hecho, en las normas de uso comunitarias se cita explícitamente el caso de los desnudos:
«Nuestras políticas relativas a los desnudos se han matizado con el paso del tiempo. Comprendemos que se pueden compartir desnudos por muchos motivos, incluso como forma de protesta, para concienciar sobre una causa o con fines educativos o médicos. Cuando esa intención queda clara, permitimos ese contenido. Por ejemplo, aunque restringimos algunas imágenes de pechos femeninos que incluyen el pezón, permitimos otras, incluidas aquellas que representan actos de protesta, mujeres dando el pecho y fotos de cicatrices de mastectomías. También autorizamos fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas».
Después de que un robot ponga en marcha esta «censura a priori», lo que suele haber es una segunda revisión en la que una persona que trabaja en Facebook evalúa el caso. Pero por lo general, suele pasar bastante tiempo hasta que esta segunda revisión se produce. ¿La razón? Están desbordados.
En 2017 salieron a la luz gracias a The Guardian algunos contenidos de muchos documentos donde se especifican las reglas que rigen a la compañía a la hora de decidir qué se publica y qué no. Además de indicaciones relativas a temas como pornografía, violencia explícita, racismo, autolesiones o discurso del odio, los documentos demostraban que Facebook estaba teniendo que lidiar con 6,5 millones de reclamaciones por cuentas falsas a la semana. Y es muy probable que el número de incidentes con contenidos publicados sea muy superior. De hecho, una fuente anónima reconocía a The Guardian que era imposible controlarlo: «Facebook no puede controlar qué se publica. Ha crecido mucho en muy poco tiempo». En esta misma línea pero de forma más crítica se pronunciaban Julia Angwin y Hannes Grassegger en un reportaje para ProPública el pasado mes de Junio de 2017: «Lo que Facebook está haciendo para erradicar el discurso de odio de la plataforma puede ser la operación de censura global más opaca y extensa de la historia».
Carretero, de 74 años y ajeno a estos entramados político-legales, sigue sin entender porqué lo han hecho y no quiere rectificar: «No voy a quitar la imagen. Llevo años difundiendo la obra de Eugenio Hermoso y de otros pintores. ¿Vamos a dejar de mostrar los cuadros de Rubens? Estamos hablando de arte. Aquí lo importante es la mirada». Y la mirada es subjetiva y es social. Por eso para Carretero no es relevante si detrás de la decisión hay un robot o un algoritmo. Porque para él es censura.