3 diciembre 2024

FEDERICO 2015 Por Juan Alfredo Bellón DESDE EL MIRADOR Nº60 para el domingo 28-06-2015

Cuando hace ahora 35 años celebrabamos en Fuantevaqueros aquel Cinco a las Cinco, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Federico, quién nos iba a decir el mucho recorrido que tendría el rito que entonces acabábamos de iniciar pidiendo la normalización democrática, la amnistía y la libertad de conciencia, expresión y creación para todos y cada uno de los españoles. Entonces necesitamos un permiso especial de las autoridades del tardofranquismo para reunirnos y celebrar en aquel acto multudinario el cumpleaños del poeta y toda la opopsición supo atraerse a no pocos sectores de los más tibios de la caverna dictatorial para reivindicar, a través de la apertura cultural, la antecedente y consecuente apertura política.

Aquel Federico, el de siempre, siguió siendo patrón laico de Granada y, desde entonces, el icono de las libertades en nuestros pueblos y ciudades y también el patrón de nuestra memoria histórica, tan denigrada y postergada por los que la hicieron y la hacen necesaria, por sus hijos naturales y espirituales y por algunos desnaturalizados, familiares incluso del poeta, que se han avenido a beber en los abrevaderos de la derechona y se han prestado a maquillarel crimen de Alfacar aplaudiendo la consigna ¡Federico vive! cuando la poclamaban hoy, no solo los herederos de sus mismos asesinos, sino quienes se han venido resistiendo cínicamente a aplicar los mínimos preceptos de la Ley para la Memoria Histórica mientras se aprovechaban de lo que ellos llamaban figura institucional del poeta de Fuentevaqueros para servir sus oscuros plantemientos culturales, contrarios a la verdad y a justicia presente y pasada.

Pero hay más. Este pasado Cinco a las Cinco estaba previsto inaugurar el Centro Lorca, construido en La Romanilla en memoria del poeta y destinado a enaltecer su obra como consecuencia de la confluencia de diferentes instancias públicas y privadas: la familia y la Fundación Lorca, el Ayuntamiento granadino, la Junta de Andalucía y el Gobierno Central; y cuando todo estaba preparado para que la empresa constuctora entregara las dependencias totalmente acabadas para su inauguración y el uso y disfrute de los muchos visitantes que las esperábamos con fruicción, se conoció que una irregularidad administrativa impedía el cumplimiento de nuestras espectativas. Faltaba la justificación contable de un monto de un millón de euros para que se pudiera dar luz verde al traspaso de las instalaciones. Luego se ha sabido por la prensa que la cantidad ascendía a tres y por fin a cinco millones, de modo que esa cantidad, anunciada a mitad de semana, no se conoce si será la definitiva o seguirá creciendo la losa hasta no se sabe cuándo ni cuánto, dejando perpleja y desconcertada a la ciudadanía que ignora la diferencia entre un impedimento administrativo y una imposibilidad legal de origen doloso.

Parece que pronto podrán aclararse y allanarse los impedimentos actuales y a ello puede contribuir la constitución inmediata de la nueva Corporación Provincial de la Diputación, de quien depende, junto al Ayuntamiento de Fuente Vaqueros y al recién reinstitucionalizado de Valderrubio, la cuadratura del círculo del universo lorquiano y sería muy conveniente que se dispusira cuanto antes de los medios necesarios par la inauguración urgentísima de las dependencias del Centro Lorca en la Romanilla granadina. Luego vendrá su rodaje y el conocimiento real de si los plácemes y las críticas que lo han precedido son tan justos como sus impulsores pretanden, pero ahora lo necesario es que se constaten en el usufructo diario de la institución.

Ya solo falta dejar de enredar sobre los restos del poeta, bien porque se haya esclarecido dónde están y en qué estado se ecuentran o bien porque se llegue a un acuerdo -cosa bastante improbable- sobre lo inútil de esa aclaración y sobre todo se conozca y se asuma la historia con todas sus consecuencias. Entonces descansará Federico en verdadera paz se acabarán las apropiaciones legítimas e ilegítimas que se multiplican sobre su figura, sobre todo las provinientes de los sectores que desencadenaron la tragedia de su muerte y la de los miles y miles de granadinos que murieron por la represión cruelísima e indiscriminada de las fuerzas franquistas contrarias a la República.

A ver si para mediados del próximo mes de agosto, aniversario ahora sí de la muerte del poeta, se ha podido avanzar en la resolución de estos problemas tan enquistados entre nosotros y se ha puesto la primera piedra para que el año próximo 2016 se celebren los actos lorquianos de forma unitaria tras haber resuelto el foso que ahora separa a quienes lo ensalzamos y lloramos de quienes, tras haber contribuido a su muerte, tratan sobre todo de usufructuarlo no siendo nada, nada, absolutamente nada de Federico.