6 octubre 2024

A BUENAS HORAS, MANGAS VERDES y LO MALO DE LA MEMORIA. por Juan Alfredo Bellón

A BUENAS HORAS, MANGAS VERDES y LO MALO DE LA MEMORIA. por Juan Alfredo Bellón PARA EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 21-10-2018

Tiene nuestro Refranero Tradicional una serie de proverbios o paremias que pasan por ser perlas de la sabiduría ancestral, provienen de la época medieval y, sobre todo, de los Siglos de Oro y componen una especie de Gramática Parda que se integra en un corpus de referencia del saber popular y constituye una parte importante de nuestra cultura. Hoy comentaré el que encabeza este artículo que, como todos los refranes tiene su origen en una frase popular usada originalmente para comentar el retraso con que los agentes del orden público acudieron a solucionar un conflicto uirgente para el que habían sido llamados con anterioridad, siendo las mangas verdes una forma de referirse a un cuerpo policial, probablemente los migueletes, o de orden público por alguna característica, en este caso el color verde de las bocamangas del uniforme, como a la Policía Armada durante la dictadura franquista se la denominó popularmente «los Grises» por el color de su uniforme o a los guardiaciviles, «los Aceitunos» y «los Picoletos» por el colorverde oliva de los suyos o por laforma picudade sus sombreros. Por lo que el refrán viene a significar «a buenas horas dijo el rey ¡Gachas!» referido a lo que alguien tardó en decidirse a comer o a pedir la comida. De igual manera, las mangas verdes serían criticadas como fuerzas del orden por su tardanza en acudir a solucionasr un conflicto, algo así como lo que ha hecho la jerarquía católica española al reunirse la Conferencia Episcopal y cumplir el mandato del actual pontífice de crear una comisión investigadora para detectar y, en su caso, castigar la pederastia cometida en el seno de la Iglesia española poniendo a su frente a un personaje tachado de poca solicitud en el desempeño de su labor en épocas pasadas, siendo eso como si se pusiera al zorro a guardar las gallinas y la iniciativa eclesial fuera «tarde, mal y nunca» como ocurre con la solución delos asuntos vaticanos y esto levanta la sospecha de poca credibilidad en las medidas disciplinarias, si es que en sudía las hubiera.

Parece mentira la terquedad católica española en detectar y sancionar esta conductas (no como pecados sino como delitos) cuando además contrasta la cantidad y gravedad de las denuncias y la renuencia en depurar responsabilidades en nuestro país. con la diligencia apreciada al respecto en otros paises de nuestro entorno, como es el caso de Alemania. Y conste que traigo el tema a colación por estar de plena actualidad por la cuestión nada baladí de pretenderse la prescripción de estos delitos (y no estar nosotros de acuerdo) como ocurre con los casos, también flagrantes, de los bebés robados, donde aparecen autores eclesiásticos y, en lo que respecta a Granada, con el asunto no menos oscuro y deplorable de Los Romanones y de la actitud presuntamente obstruccionista del arzobispo Martínez sobre la que yo mismo he opinado desde este periódico para que el Vaticano no lo traslade a otra diócesis donde no se le conozca y así pueda (también presuntamente) seguir haciendo de las suyas por acto u omisión.

Esto es, queridos lectores, lo malo de la memoria. Y si no, que se lo pregunten a ese periodista saudí reciente y supuestamente descuartizado en la embjada saudí de Constantinopla.

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