VÁMONOS CON TOS NUESTROS MUÁS…  por JUAN ALFREDO BELLÓN

VÁMONOS CON TOS NUESTROS MUÁS… por JUAN ALFREDO BELLÓN

VÁMONOS CON TOS NUESTROS MUÁS… por JUAN ALFREDO BELLÓN para  EL MIRADOR DE ATARFE del domigo 04-11-2018

Ya tenemos aquí el primero de noviembre y por tanto a los muertos y a los difuntos y hay que tragár porque esta vieja tradición, con ser profundamente religiosa, nos implica a todos y no permite, casi, ningún tipo de laicidad para escabullirse de su implicación. De aquí no se va nadie, / ni el místico ni el suicida, como escribió León Felipe con tanto tino como sinceridad. De ahí que sea perfectamente posible y heroico declararse ateo en esta sociedad, o simplemente laico, pero no desafecto con los ancestros, estén donde estén y los supongamos donde los supongamos. Y aunque no tegamos dioses heroicos, todos, toititos todos tenemos nuestros dioses lares, nuestros muás, como dicen en Sevilla y Cádiz, y que no se le ocurra a nadie mentárnoslos, porque salimos en su defensa con un cuchillo entre los dientes, en defensa de lo que nos parece lo más nuestro y lo más sagrado:

¿Mis muertos? No: los tuyos tos, Eso. Y el caso es que, para despachar malamente a una persona impertinente y malencarada, le aspetamos: –Vete con tos tus muertos o con un eufemismo suavizante, vete con tus/toas tus/ muelas o tus muás/ o con toititos tus muás. Se trata, como se ve, de unos juegos eufemísicos teñidos con unos procedimientos lúdicos y atenuativos de carácter popular frecuentes en la Andalucía más castiza y en las letras del flamenco.

Y con este mismo asunto, enlazamos con la recién extinguida costumbre de representar El Tenorio de Zorrilla por estas fechas otoñales y El Cuento de Navidad de Charles Dickens, que también se representaba por Navidad en Gran Bretaña donde era un clásico popular como lo fue entre nosotros, incluyendo América, y la gente memorizaba y asumía como propio el Tenorio de Zorrilla: ¡Don Juan Tenorio: Ánimas del purgatorio![…] ¡Cuál gritan esos malditos! / Pero mal rayo me parta / si en concluyendo esta carta / no pagan caro sus gritos.

¡Qué diferencias entre esta literatura y dramaturgia tan popularmente culta y galana a la que don Antonio Machado dedicó su trágicamente inconcluso discurso de ingreso en la Real Academia Española y las obras completas en esa prosa ramplona y mal transcrita por el tristemente famoso comisario Villarejo que desde la cárcel sueña con zafarse de la justicia sometiendo al tercer grado inquisitorial a la bazofia de sobremesa del famoseo seudo político y seudo cultural en uno de los ejercicios más deleznables de chivateo socio político!

Nunca se han esquilmado y aireado tan sistemáticamente los fondo las cloacas de Palacio, de la Tribuna, de la Magistratura, de la Academia y de los Cuarteles con fines criminalmente específicos por una especie tan degradada de Diablos Cojuelos o de nuevos Asnos de Apuleyo que, rebuznando, descubren y ablentan toda la podredumbre del estiércol social que nos ha tocado la desgracia de padecer y de sufrir. Y nunca tampoco la podredumbre radical que nos asfixia ha llegado a tanto descaro y pudibundez merced a la corrupcion profundamente implantada por la derecha política y sociológica de nuestro país con el sostén de la clase política más reaccionaria y la ayuda y sotén de la Iglesia Católica y otros círculos oligárquicos.