24 noviembre 2024

¿Por qué García Lorca ‘murió’ primero en Albacete?

Un excepcional reportaje, con pasajes nunca antes publicados, del investigador Gabriel Pozo Felguera, que desvela claves desconocidas hasta ahora que ayudan a comprender el primer lugar donde se informó del asesinato de Federico García Lorca. Una aportación magistral que no debes perderte.

  • El novio de Federico (el Rubio) y su cuñado fueron de los primeros que conocieron el  asesinato y lo publicaron en el Diario de Albacete

  • Juan Ramírez de Lucas mantenía una estrecha relación de amistad y amor con el poeta desde 18 meses antes de su muerte; era su amor oscuro

  • El joven amante de Lorca dejó publicado un poema, seguramente dedicado a la ausencia de su amor, en una revista del frente de guerra

  • Diputación de Granada (Casa de Fuente Vaqueros) negocia con los herederos de Juan Ramírez para publicar el diario en que narra sus relaciones con Lorca

La exclusiva del asesinato de Federico García Lorca fue dada por el Diario de Albacete. Sólo doce días después de que ocurriera. ¿Por qué en esta ciudad manchega y no en Murcia, Alicante o Madrid? ¿Quién la llevó a la capital de las navajas? ¿Quién fue el primer destinatario? El fusilamiento del poeta entre Víznar y Alfacar fue conocido el mismo 18 de agosto de 1936 por sus más íntimos y su familia; pero el cerco de Granada por los republicanos tenía cortadas las comunicaciones. ¿Quiso Federico que, si lo mataban, se supiera pronto en Albacete? ¿Le hizo ese encargo a alguien? Entre los primeros en saberlo en zona roja fueron el “novio” y el “cuñado” de Federico: Juan Ramírez de Lucas, el Rubio, y su hermano mayor. Los dos estaban en Albacete. Tiempo después, el que fuera último amante de Lorca le dedicó un poema póstumo y dejó un diario íntimo de sus relaciones, pendiente de publicación en la actualidad.

Juan Ramírez de Lucas (Albacete, 1917- Madrid, 2010) ordenó a sus hermanos que le sacaran del armario una vez muerto. Pero al final, ya en 2012, fue el escritor Manuel Francisco Reina quien lo hizo a partir de una filtración con su libro Los amores oscuros. Por lo que sabemos hasta ahora, dentro del armario del Rubio de Albacete se encerraba una relación intensa de amor y amistad entre el afamado Federico García Lorca y un joven aficionado actor de sólo 17 años.

El flechazo entre el granadino consagrado y el albaceteño principiante en las tablas surgió en los últimos meses de 1934, cuando ambos coincidieron en el Club Anfistora durante los ensayos de la obra Peribáñez y el comendador de Ocaña. Federico era un sostén vital de aquella compañía de teatro fundada por Pura Maórtua de Ucelay, además de aportador de sus textos y director artístico; Juan Ramírez de Lucas, un joven estudiante de Administración que acudía a aprender arte dramático con la compañía teatral. Les presentó Pura Ucelay, que actuó de confidente de ambos durante el año y medio largo que se prolongó la relación entre Federico y Juan.

Crónica del estreno de Peribáñez, donde Federico comentaba la novedosa puesta en escena.

En los cajones del armario del Rubio de Albacete estaban los Sonetos del Amor Oscuro, sin duda la última gran revelación de obras de Federico. Ya no había duda de que esos poemas iban dirigidos a él y no al anterior novio del poeta, Rafael Rodríguez Rapún. Además, también estaba en Albacete la última carta de García Lorca dirigida a su último amante; la había firmado el 18 de julio de 1936 en la Huerta de San Vicente de Granada. El mismo día que comenzaron a sonar tambores de guerra.

Muy pocas personas conocieron entre 1934 y 1936 el apasionado idilio entre Federico y Juan. Se sabe de Pura Ucelay, Rodríguez Rapún, Luis Rosales… y Otoniel Ramírez de Lucas, el hermano mayor

García Lorca había venido a Granada a celebrar en familia la onomástica suya y de su padre, mientras que el Rubio se había marchado a Albacete a pedir permiso a su padre para viajar a México en compañía de su amante. Ambos se reunirían con la compañía de Margarita Xirgu, quien se había adelantado a la gira teatral americana.

Muy pocas personas conocieron entre 1934 y 1936 el apasionado idilio entre Federico y Juan. Se sabe de Pura Ucelay, Rodríguez Rapún, Luis Rosales… y Otoniel Ramírez de Lucas, el hermano mayor. Éste fue el único de la familia de manchegos que estuvo al tanto de las relaciones homosexuales de su hermano con el poeta; jugó un papel importantísimo en la historia que me dispongo a contarles entre 1934 y 1939… con punto y seguido en los últimos seis años.

Estudiante manchego en Madrid

Juan Ramírez de Lucas fue enviado por su padre a estudiar a Madrid. Era hijo del médico forense Otoniel Ramírez, muy reconocido socialmente en una ciudad pequeña (Albacete tenía unos 60.000 habitantes). Corría el año 1933. Juan era de los hijos mayores del médico (formada por diez vástagos). Empezó por Ayudante de Obras Públicas, pero recaló finalmente en Administración Pública, con clases en la Academia Orad. Pero tenía predilección por  las artes. De ahí que por las tardes se interesara por pintura, cine, literatura… y teatro. Curioseó en el entorno de un grupo de actores jóvenes llamado Club Teatral de la Asociación Femenina de Educación Cívica, creado por Pura Maórtua de Ucelay. Aunque al final acabó abreviándose en Club Anfistora. ¿Qué significa Anfistora? Pues nada, era una palabra más inventada por Federico, le resultaba sonora.

Imagen de Otoniel Ramírez García, padre de Juan Ramírez, de la época en la que era médico en Yeste, en 1913.

Día del estreno de Peribáñez y el comendador de Ocaña (25 de enero de 1935). Lorca y Pura Ucelay acompañan a parte de los actores. Entre ellos también se encontraba el último novio del poeta granadino, aunque o aparece en esta foto. AHORA, 29.01.1935

Retrato que hizo Gregorio Prieto al joven amante de García Lorca.

Tres actores, jóvenes y guapos del Club Anfistora, como gustaban a Federico. El reportaje es de El Trovador, en el que también actuó Juan Ramírez. EL MUNDIAL, mayo de 1936.

Dicen que Juan Ramírez de Lucas era alto, de buena constitución, guapo y rubio. De buenos modales, vasta cultura y también comenzaba a hablar idiomas. El yerno perfecto. Y con dotes para la interpretación. Pura Ucelay no dudó un instante en incorporarlo a su Club Anfistora, mayormente compuesto por aficionados, gente virgen hablando en términos teatrales. En octubre-noviembre de 1934 empezaron a ensayar Peribáñez con la intención de representarla en enero siguiente.

Federico hizo la presentación antes de comenzar; entre bambalinas estaba Juan Ramírez de Lucas para representar uno de los papeles. La compañía conocía perfectamente las intenciones del poeta de convertir a su último novio en uno de los mejores actores del panorama español

Un día impreciso apareció por el local de ensayos del Lyceum Femenino el dramaturgo Federico García Lorca. La admiración por el maestro, asesor de la compañía y director artístico, debió estallar entre los jóvenes actores. Pura Ucelay le presentó al último incorporado al grupo, un joven de 17 años procedente de Albacete. Parece que el flechazo fue instantáneo entre los dos, aunque al principio disimularon. Federico habría preguntado a Pura de dónde sacaba a aquellos jóvenes tan guapos. Especialmente al Rubio de Albacete. Lo que ocurrió seguidamente entre ambos no lo sabemos, pero lo imaginamos al leer Los amores oscuros. García Lorca se prodigó en sus visitas a los ensayos, principalmente a recoger a Juan. La obra, Peribáñez, fue estrenada en el teatro Capitol de la Gran Vía  el 25 de enero de 1936. Federico hizo la presentación antes de comenzar; entre bambalinas estaba Juan Ramírez de Lucas para representar uno de los papeles. La compañía conocía perfectamente las intenciones del poeta de convertir a su último novio en uno de los mejores actores del panorama español. Y suramericano también. Las relaciones entre los dos empezaban a consolidarse; Rodríguez Rapún, el anterior novio, ya había dejado de partirle el corazón a Federico con su bisexualidad manifiesta.

Durante todo el año 1935 y hasta mediados de 1936 llegó la estabilidad emocional al poeta. Y se notó en su producción poética y teatral. Juan Ramírez de Lucas acompañó cuanto pudo a Federico a sus estrenos y compromisos por España. Siempre en un segundo plano, de manera que sus relaciones sentimentales pasaron desapercibidas para casi todo el mundo… Excepto para Otoniel Ramírez de Lucas. Este médico había conseguido plaza de su especialidad en la Diputación Provincial de Albacete en 1934. Era el mayor de los hermanos y seguía la senda de su progenitor. No obstante, aspiraba a más y en 1935 frecuentaba Madrid para unas oposiciones. Allí conoció las relaciones íntimas de su hermano Juan con García Lorca. Y las aceptó y comprendió. Siempre estuvo a su lado; sabía que en Albacete tachaban a su hermano de afectado, aunque le respetaban por pertenecer a una familia de prestigio. En cambio, su padre debió preferir mirar hacia otro lado para no reconocer la realidad de su hijo.

Incluso en Los amores oscuros se novela la presencia de Otoniel y su esposa en la Semana Santa de Sevilla acompañando a la pareja García Lorca-Juan Ramírez, como una pareja de hecho.

Despedida, proyecto de viaje y dolorosa separación

El año y medio de noviazgo entre Federico García Lorca y Juan Ramírez de Lucas llegó al 13 de julio de 1936. Federico acababa de escribir la Casa de Bernarda Alba, la había leído a sus más cercanos. Madrid estaba revuelto políticamente. Se mascaba el conflicto en la calle. Como todos los años, aquella tarde se dispuso a tomar el expreso para Granada. Su intención era  celebrar la onomástica entre los suyos.

Federico no deseaba violentar la situación, sino hacerlo todo legalmente. El rapto y huida con el menor no entraba en sus planes. Por eso le escribió la famosa carta del 18 de julio de 1936, ya en Granada, en la que le pedía que no estuviera triste, pues sólo faltaban dos meses para partir: “No llores. Dos meses pasan pronto…”

En la estación de Atocha, en la escalerilla del tren, el último beso de Federico fue para su amado Rubio de Albacete. Rodríguez Rapún, ya relegado sólo a gerente de La Barraca, les dejó solos en el último instante. Allí debieron repasar juntos sus planes de futuro: se irían a la gira americana con la compañía de Margarita Xirgu. La actriz reclamaba insistentemente la presencia del maestro en los teatros americanos. Incluso era probable que ya tuviesen previstos los pasajes en el barco que partía de Cádiz.

Juan Ramírez de Lucas debería salvar primero el escollo de su padre. Era menor de edad (entonces la mayoría era a los 21 y él tenía 19 años). Tomó un tren hacia Albacete poco tiempo después que Federico. Pero su padre se resistió a permitir que abandonase sus estudios para irse a América con un dramaturgo de 38 años y con el deseo de hacerse actor. Debía conocer perfectamente –y rechazar– la realidad homosexual de su hijo.

Federico no deseaba violentar la situación, sino hacerlo todo legalmente. El rapto y huida con el menor no entraba en sus planes. Por eso le escribió la famosa carta del 18 de julio de 1936, ya en Granada, en la que le pedía que no estuviera triste, pues sólo faltaban dos meses para partir: “No llores. Dos meses pasan pronto…” García Lorca debía pensar que su separación duraría hasta septiembre, cuando ambos tomarían el trasatlántico en Cádiz.

Situación de las zonas en conflicto al estallar la guerra civil en julio de 1936.

La carta llegó a manos del Rubio de Albacete justo cuatro días después del Alzamiento. Debió ser de las últimas en llegar antes de que se estabilizara el frente de guerra y cada uno quedara en un territorio. En Granada triunfó la sublevación inmediatamente; en Albacete triunfó en un primer momento, pero pocos días después cambió la situación y los sindicatos-partidos izquierdistas consiguieron dar la vuelta a la tortilla. De hecho, Albacete se convertiría con el discurrir de la guerra civil en una importante ciudad-corredor entre Madrid y los puertos mediterráneos. Además, fue capital de las Brigadas Internacionales.

Pero ocurrió lo que no estaba previsto y Federico acabó sacado de casa Rosales y asesinado vilmente en un lugar desconocido entre Víznar y Alfacar. Aquella mañana del 18 de agosto de 1936, con el cadáver aún caliente, la noticia de su muerte corrió calladamente de boca en boca de granadinos: la escribieron los hermanos Bérriz Madrigal a su cuñado Manuel Rodríguez Acosta

En aquel clima bélico de Albacete sobresalía la figura de Otoniel Ramírez de Lucas, el médico hermano mayor del Rubio. Había sido miembro destacado de Juventudes Socialistas y con el tiempo llegaría a ser presidente provincial de Unión Republicana. Otoniel y su grupo marxista controlaban uno de los periódicos provinciales, el Diario de Albacete, al que habían convertido en su órgano de información y propaganda. Otoniel escribía en él con cierta regularidad.

El frente de guerra que separaba ambas zonas partía de Jaén, pasaba por el Puerto de la Mora, Sierra Nevada y la Costa. Granada era una isla nacional, mientras Guadix y Baza fueron el centro de poder de los fieles a la República. Aunque las comunicaciones estaban cortadas, había cierta permeabilidad e intercambio de mensajes a través de las sierras. Incluso de fugas de personas de una a otra zona.

Hasta que el 16 de agosto de 1936 le llegó el turno a Federico García Lorca. Estaba protegido en casa de la familia Rosales Camacho, era su invitado. Había ido allí por la gran amistad que mantenía con Luis Rosales, estudiante en Madrid y gran discípulo, seguidor y admirador de Federico. Llevarlo a su casa para protegerlo fue un gran honor para él. Jamás pensó que allí, en casa de la familia falangista con más poder, iba a correr peligro.

No he sido capaz de avanzar más acerca del modo en que la noticia del asesinato de Federico llegó tan pronto a Guadix. Allí se sabía cuatro días después. En 1983 hablé dos veces con Luis Rosales y jamás se me ocurrió preguntárselo. Él seguro que lo sabía y tuvo algo que ver con la expansión de la noticia para que la conociera España y resto del mundo

Pero ocurrió lo que no estaba previsto y Federico acabó sacado de casa Rosales y asesinado vilmente en un lugar desconocido entre Víznar y Alfacar. Aquella mañana del 18 de agosto de 1936, con el cadáver aún caliente, la noticia de su muerte corrió calladamente de boca en boca de granadinos: la escribieron los hermanos Bérriz Madrigal a su cuñado Manuel Rodríguez Acosta; Emilia Llanos (amiga íntima de Lorca) la supo por boca de Ramón Pérez Roda, Enrique Gómez Arboleya y Antonio Gallego Burín; a la familia del poeta se lo comunicó el padre de los Rosales.

No he sido capaz de avanzar más acerca del modo en que la noticia del asesinato de Federico llegó tan pronto a Guadix. Allí se sabía cuatro días después. En 1983 hablé dos veces con Luis Rosales y jamás se me ocurrió preguntárselo. Él seguro que lo sabía y tuvo algo que ver con la expansión de la noticia para que la conociera España y resto del mundo. Nunca se lo pregunté porque jamás Luis Rosales habló del mejor secreto que guardaba su admirado Federico; para entonces nadie teníamos idea de que el Rubio de Albacete tenía tanto guardado en el armario, referido al gran poeta. ¿Dejaría el encargo García Lorca a Luis Rosales de que avisara a su amante si le ocurría algo? ¿Tendrían algo que ver los Rosales con el paso de la noticia a zona republicada? Conjeturas es lo único que puedo manejar. Pero pudo haber ocurrido, los Rosales se movieron por los frentes y pasaron gente protegida a ambos lados. De hecho, Luis Rosales siempre dijo que podría haberlo hecho con Lorca si así lo hubiese querido él. Además, los Rosales tenían grandes relaciones de parentesco en la comarca de Guadix a través de los Vallecillo.

Fuese de una u otra manera, lo cierto es que el día 29 de agosto de 1936 la noticia del asesinato de García Lorca en Granada ya había llegado a Albacete. El cuñado de Federico –Otoniel Ramírez de Lucas– como jerifalte de milicianos y responsable del Diario de Albacete decidió publicar lo que por entonces todavía era un rumor confuso. Se basaba en comentarios que habían partido de Guadix y llegado a Albacete; la noticia aventuraba que García Lorca había sido asesinado en Córdoba, no en Granada.

Primera página del Diario de Albacete donde se dio la exclusiva mundial del asesinato de García Lorca (en el óvalo rojo). Debajo, noticia ampliada. 30 de agosto de 1936.

A partir de aquel 30 de agosto de 1936, el rumor se propagó en la mayoría de periódicos de la zona republicana. Poco a poco, fue tomando cuerpo de noticia, si bien de modos muy confusos. Hasta que acabó por confirmarse. El día 2 de septiembre lo publicaron un periódico de Madrid y otro de Tarragona; ambos hacían referencia a la noticia del Diario de Albacete, recordemos que controlado por Otoniel Ramírez de Lucas, hermano de la pareja del asesinado.

El dolor se adueñó del corazón del Rubio de Albacete. Ya nunca más vería a su amado Federico. Jamás partirían juntos hacia América. Ya no sería actor. Ya no tenía sentido intentar convencer a su padre en busca del permiso. Empezó a odiar a su padre y a culparse de haber tenido parte en la muerte de Federico. Juan también deseaba morir.

El Liberal de Madrid replicó la noticia del Diario de Albacete el 2 de septiembre de 1936 (en el recuadro central).

El Diari de Tarragona también reprodujo la noticia originaria de Albacete, el 2 de septiembre de 1936.

A partir del día 9, el asesinato de García Lorca comenzó a extenderse por toda la prensa española. El 14 de octubre se interesó por el tema el Presidente del Pen Club de Londres. Todo el mundo conocía ya el destino del poeta, aunque había mucha confusión y rumores sobre cómo había ocurrido y dónde. Abajo, recorte de El Sol (14 de octubre de 1936)

La Voz de Oviedo dedicó su columna de apertura a dar la noticia de la muerte del poeta. 8 de septiembre de 1936.

Albacete fue la primera ciudad en poner una calle con el nombre del poeta (Feperico???) asesinado. EL DEFENSOR DE ALBACETE, 20 DE OCTUBRE DE 1936.

Página especial que le dedicó Mundo Gráfico el 16 de septiembre de 1936.

Recordando al ser amado en medio del combate

En 1937 seguimos los pasos de los hermanos Juan y Otoniel Ramírez de Lucas dentro de la XV División que actuaba en la zona de Madrid. Debieron prestar servicios para Sanidad y Propaganda. Recordemos que Otoniel era médico aficionado al periodismo en las publicaciones de Albacete, tanto en el Diario como en el Defensor. También Juan, quien ya hacía sus primeras crónicas y con el tiempo acabaría dedicado al periodismo.

En el seno de la XV División –también se extendía a otras brigadas– nació un periódico dedicado a dar noticias de sanidad, aunque también de otros muchos temas. Se llamó La Voz de la Sanidad. Era publicado en tres idiomas, ya que también iba dirigido a los brigadistas internacionales. Durante el tiempo de su existencia (25 de mayo de 1937 a 27 de enero de 1938) fue Otoniel el que más se prodigó con sus artículos de corte sanitario.

No obstante, en los 18 números que salieron he encontrado dos colaboraciones del currinche de periodismo Juan Ramírez Lucas. La primera de ellas es una extensa crónica de la Escuela de Prácticas de Sanidad, en la que estaba aprendiendo el Rubio. El estilo de la crónica resulta sumamente poético, más propio de Juan Ramón Jiménez o de Rubén Darío que de un militar asustado entre las bombas de Madrid. Resulta curioso comprobar que en aquellas mismas páginas empezaba a mostrar su vena artística un joven llamado Antonio Buero Vallejo; con la pluma y con el carboncillo de dibujante. Firmaba sus pinturas como BVERO XXXVII.

La sorpresa nos la da la última página de La Voz de la Sanidad en su edición del 17 de noviembre de 1937: Comparten su espacio un artículo sanitario de Antonio Buero Vallejo y un precioso poema de Juan Ramírez de Lucas titulado Jardín de los Molinos. La poesía va ilustrada con una acuarela de BVERO XXXVII. No hay que ser muy perspicaz para adivinar el sentimiento de abandono, soledad, falta de consuelo, ausencia de abrazos, melancolía, silencio, etc. que rezuman los versos. Tampoco es difícil adivinar en quién estaba pensando cuando lo escribió y a quién le hubiese gustado dedicárselo. Y enviárselo escrito en el reverso de una factura de la Academia Orad, igual que hizo Federico cuando le regaló el poema Romance del Rubio de Albacete, que le volvía loco de amor.

Portada del periódico militar, página escrita y dibujada por A. Buero Vallejo, y poema de Juan Ramírez.

Hospital de campaña en la Sierra de Madrid donde fue sanitario militar el Rubio de Albacete.

Otoniel Ramírez de Lucas prosiguió la guerra en Albacete. También su actividad política. En el congreso que celebraron los miembros de la Unión Republicana de Albacete resultó elegido su presidente el 31 de julio de 1938. Lo primero que hizo fue enviar un mensaje inquebrantable de adhesión y fidelidad al Presidente de la República. Pero la Batalla del Ebro daba comienzo e iba a suponer el principio del fin para la causa roja. Otoniel fue retrocediendo hasta Barcelona y, finalmente, acabó por exiliarse en Francia. Allí permaneció hasta noviembre de 1941, cuando consiguió pasaje en el barco Nerpa Pinto y huir hacia México. La Junta de Auxilio a Republicanos en el país azteca le concedió un subsidio y le ayudó a sobrevivir durante un mes, hasta que le hicieron un préstamo de 1.218 pesos y adquirió instrumental para ejercer de médico urólogo. En América ejerció hasta su regreso a España en las postrimerías del franquismo. De nada la había servido interceder por derechistas, religiosos y conservadores de Albacete, a quienes salvó la vida durante los disturbios del 16-17 de marzo de 1936.

Juan, el Rubio, se quedó en Albacete. Era un muchacho que no había sobresalido ni política ni militarmente. Pero arrastraba el baldón de haber sido rojo junto a su destacado hermano. Tal como ocurrió en otras muchas familias de la zona roja, se vio obligado a alistarse en la División Azul. Estuvo en Rusia en la 250 División hasta que resultó herido y fue licenciado con una pensión alemana. Él y su familia habían lavado su pasado rojo, aunque la mayoría de ellos eran conservadores y monárquicos.

Juan Ramírez, cuando trabajaba en ABC en la década de los años cincuenta.

Juan Ramírez de Lucas se afincó en Madrid, estudió periodismo y consiguió entrar a trabajar en el diario ABC de la mano de Luis Rosales. Para entonces, el poeta granadino ya comenzaba a encumbrarse. Era uno de los autores más valorados del momento. Pero no escondo que la historia de la literatura le hubiese tratado mejor de no arrastrar la losa del falangismo y no haber conseguido salvar a García Lorca. Consta que él y casi todos sus hermanos lo intentaron con extenuación.

La herencia del ‘viudo’ de García Lorca

Hace unos meses leí una entrevista (en el Periódico de Extremadura) en la que un hermano de Juan Ramírez (Jesús) decía que, en cierto modo, Federico fue su cuñado. Siguiendo con la metáfora, el viudo de Lorca falleció en el año 2010. Su discreción durante más de 70 años en los ambientes periodísticos y culturales de España hizo que jamás se supiera que había sido el último gran amor del granadino. Poquísimas personas sospecharon de la relación entre ambos.

Foto de la familia Ramírez de Lucas. Juan es el segundo por la derecha. FUENTE: EL PERIÓDICO DE EXTREMADURA.

El Rubio fue un gran personaje de la vida cultural madrileña y de Albacete. Se codeó con los grandes artistas españoles del siglo XX. Encontró otro amigo, con el que mantuvo una larga relación íntima. Incluso dejó una colección de arte pendiente de llenar un museo. Su libro sobre arte está repleto de guiños a García Lorca (Arte Popular, 1976). El secreto de su armario lo confió toda su vida a una hermana monja; eran muy pocos en su familia quienes sabían detalles a fondo. Pidió que dieran a conocer su relación con Lorca, una vez hubiese fallecido él. Las dudas y discrepancias entre sus hermanos y sobrinos les mantuvo sin tomar decisiones a partir de 2010.

Pero uno de sus sobrinos comentó el tema de su tío con un médico. Y ahí entró en acción el autor de Los amores oscuros. El armario de Juan Ramírez de Lucas comenzó a abrirse y empezamos a conocer parte de su contenido. El Rubio dejó un diario en el que habla de sus relaciones con García Lorca entre finales de 1934 y julio de 1936. Y también de sus vivencias posteriores. Un sector de la familia Ramírez de Lucas desea cumplir con su última voluntad, pero otro alberga dudas. Por el libo se ha interesado más de una editorial.

Pero uno de sus sobrinos comentó el tema de su tío con un médico. Y ahí entró en acción el autor de Los amores oscuros. El armario de Juan Ramírez de Lucas comenzó a abrirse y empezamos a conocer parte de su contenido. El Rubio dejó un diario en el que habla de sus relaciones con García Lorca entre finales de 1934 y julio de 1936.

Hasta que Manuel Francisco Reina abrió el armario de Juan, nadie ajeno a su círculo conocía nada. Solamente Agustín Penón olisqueó algo e intentó conocer a Juan, pero seguramente Pura Ucelay le protegió al darse cuenta de la indiscreción que había cometido por mencionar su nombre al investigador catalano-americano. La famosa maleta de Penón fue dando tumbos por varias manos sin que nadie supiera o pudiera sacar jugo al tema del Rubio.

La referencia que hizo Agustín Penón en sus apuntes al tema de Juan Ramírez fue publicada en 2001 por Marta Osorio en el libro Miedo, olvido y fantasía. Como en tantas otras apreciaciones sobre Lorca, Penón fue muy por delante de todos los investigadores. Sobre Juan Ramírez dejó escrito lo siguiente: “… Comenta también que a Federico no le gusta viajar solo. Que si alguien le hubiera acompañado quizás se hubiera ido, que decía: “Qué horror! ¿quién se va de viaje ahora…?” Que le daba pereza meterse en el barco.

Pura Ucelay sonríe recordando una vez que a la salida de uno de los ensayos Federico le dijo: “Oye, Pura, ¿pero de dónde sacas tú unos hombres tan guamos…?” Parece que la última ilusión amorosa de Federico fue precisamente un joven actor del Club Anfistora, un muchacho muy guapo y con un gran atractivo. Se llamaba Juan Ramírez, era de Albacete y pertenecía a una buena familia. Federico estaba loco por él. Le prometió que lo haría un gran actor, que lo llevaría al extranjero, a todos los teatros, que se le aclamaría en el mundo entero…

Inmediatamente le pido a Pura si habría alguna posibilidad de que pudiera conocerlo, sería importantísimo para mi trabajo poder saber a través de él los últimos y más íntimos sentimientos de Federico. Pura Ucelay no me da ninguna seguridad, aunque me dice que lo intentará. Quizás del algún modo quiera proteger la intimidad de este muchacho que no era un homosexual declarado.

Me pregunto si entonces: ¿pudo ser también este nuevo amor lo que demoró su partida hacia Méjico…?” (Página 632).

PENDIENTE DE PUBLICAR POR DIPUTACIÓN DE GRANADA

El Diario secreto de Juan Ramírez de Lucas ha sido ofrecido a la Diputación de Granada (Casa Natal de Fuente Vaqueros). El ofrecimiento llegó por parte de los herederos a su director, Alfonso Alcalá (fallecido hace un par de años); ambas partes estuvieron negociando con sumo interés: los herederos no buscaban lucrarse con la venta del libro, sino asegurar un resultado de calidad. Esa calidad se la garantizaba la Diputación de Granada. Pero el fallecimiento de Alfonso Alcalá, primero, y la negativa de una de las hermanas del Rubio, después, mantienen atascadas las negociaciones. Sólo falta que la mujer estampe su firma de consentimiento.

El ofrecimiento de publicación alcanzaba sólo al Diario, especialmente a lo referido a los años 1934-35-36. No se incluía el depósito del original entre los documentos de la Fundación Lorca de Fuente Vaqueros. Posteriormente se pensaba continuar negociando la aportación de otros documentos de García Lorca en manos de los Ramírez de Lucas. Incluso ya estaba elegido el especialista que hará el estudio preliminar, el hispanista Christopher Maurer.

El tema está atascado, de momento. Me consta que la diputada de Cultura y Memoria Histórica –Fátima Gómez– tiene mucho interés en llevar a buen puerto este asunto. Sería interesante para Granada que ese diario de Juan Ramírez recalara en Granada, bien en Fuente Vaqueros bien en el Centro Lorca de la Romanilla.

Agradecimientos:
  • Al Archivo Histórico del Ayuntamiento de Albacete.
  • A la Biblioteca Nacional.

Para ampliar información:

  • Los amores oscuros, de Manuel Antonio Reina (2012).
  • Miedo, Olvido y Fantasía, de Agustín Penón (2001).

FOTO PORTADA: Parte de la plantilla del Club Teatro Anfistora poco antes del estreno en que debutó el Rubio de Albacete, con 17 años. ¿Sería el joven que aparece tercero por la izquierda?