Trabajo maniobra para reducir la factura de las bajas por riesgo en el embarazo

Ofrece a las empresas una rebaja del 50% en su aportación a la Seguridad Social por recolocar a sus empleadas en puestos de bajo riesgo.

El gobierno quiere incentivar a las empresas para resituar a sus trabajadoras embarazadas en puestos de bajo riesgo

«Los tiempos han cambiado y los trabajos también. Las situaciones en que una incapacidad o una discapacidad te impide desarrollar una actividad profesional se han reducido de forma significativa. Claro que hay que dar cobertura a las personas que no pueden trabajar, pero nuestro objetivo debe ser mantener con actividad laboral al mayor número de personas posible». La reflexión es de un alto cargo del Ministerio de Trabajo e ilustra una preocupación generalizada en los gestores del sistema de protección social, tanto la Seguridad Social como las mutuas de accidentes de trabajo: la falta de alternativas para evitar que determinadas personas acaben cogiendo una baja.

El fenómeno no es nuevo y sus consecuencias ya han comenzado a notarse. Las mutuas de accidentes de trabajo – a las que les toca gestionar estos procesos – operan bajo una tensión financiera sin precedentes que, por extensión, presiona a las cuentas de la Seguridad Social. El equipo de Octavio Granado, en Seguridad Social, hace semanas que tomó cartas en el asunto y ha incluido en el proyecto de Presupuestos de 2019 una nueva herramienta para tratar de reducir las bajas en un segmento sensible: las prestaciones por riesgo durante el embarazo.

La maniobra del Gobierno pretende incentivar a las empresas para que busquen un puesto menos exigente a las mujeres embarazadas cuya actividad laboral ordinaria pueda entrañar algún riesgo para la gestación, en lugar de prescindir directamente de ellas y empujarlas a una baja, que les preserva en la mayoría de los casos el 100% de su base reguladora y costea íntegramente el sistema de Seguridad Social.

Las fuentes consultadas explican que el juego de incentivos en estos casos suele animar a las empresas a facilitar la baja de estas trabajadoras, ya que evitan el riesgo y con un coste reducido porque únicamente asumen la parte de la aportación empresarial a la Seguridad Social. El problema es que la situación empuja a la inactividad a mujeres sanas, que podrían continuar trabajando sin ningún problema en un puesto que no entrañara los riesgos de su puesto original.

El fenómeno se da de manera muy significativa en ámbitos como el sanitario, el sociosanitario, el farmacéutico o el de la distribución y está lejos de ser irrelevante. Según las últimas estadísticas de la Seguridad Social, el pasado mes de noviembre había 21.395 madres en esta situación, casi 22.000 si se suman las que están de baja por riesgo para la lactancia, otra contingencia que también se quiere paliar con el incentivo.

Abaratar el coste empresarial

La medida plantea reducir en un 50% la aportación empresarial por contingencias comunes en los casos en que el empresario encuentre un puesto de bajo riesgo a su empleada, de modo que continúe desarrollando una actividad pero sin riesgo alguno para su proceso de gestación, ni para ella ni para el feto..

El planteamiento original del Gobierno es que este incentivo se aplique a las mujeres expuestas a un puesto de trabajo con riesgo durante el embarazo o durante el proceso de lactancia, pero también para los trabajadores y trabajadoras con una enfermedad profesional a los que se encuentre, en su empresa o en otra diferente, un puesto de trabajo compatible con el estado del trabajador.

Bruno Pérez

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