CARTA ABIERTA AL SEMIDIÓS HÉRCULES por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 27-01-2019

Querido Hércules mío:

Te escribo en una de las encrucijadas más críticas de nuestras respectivas existencias, la tuya y la mía, pero, para no contar tampoco la de las nuestras, quienes esto lean me podrán entender si pormenorizo el momento histórico en que lo escribo, ocasión en que nuestra tierra, la de tus trabajos y la mía, pasa por una coyuntura de alienación a manos de estos extranjeros, hijos de la estulticia como son, hijos de la ignorancia, pero también crueles hasta puntos insospechados, tanto que es una barbaridad pensar ni defender la bondad de ninguno de ellos en ningún momento ni situación.

Como te decía, amigo, esta es la ocasión en que tus dos columnas paralelas a entrambos lados del Estrecho, se han quedado mochas y tú ya no tienes nada que sostener. Ni la Junta, tu metáfora, tiene sobre qué sostenerse ni con quien gobernarse si excluimos a los tres correveidiles que se han ofrecido a ayudar a los nuevos a gobernar. Pero, cómo se podrán figurar algunos que se puede intentar gobernar sin acometer una verdadera remoción de esas de levantar alfombras y derribar estructuras para sustituir a todo quisque y arrancar de cero sin dejar a un solo enchufado sobre su peana ni a un solo títere sobre su cabeza..

No sé si se me entenderá, porque tampoco es que lo haya escrito para que se me entienda; pero ponte en mi lugar y supón con certeza la de regates que tengo que hacer para que no me pille el toro y darle algunos lances con aparente enjundia. Y conste que, si difícil lo tienen los que llegan, no menos se les dará a los que se van. Sin dineros, ni plantillas, ni despachos, ni flotas, ni dietas, ni perrito que les ladre. En cuadro, vaya.

Y con todo, la debacle es la nada por delante y la nada por detrás. La nada, vaya, la soledad de mil en el desierto y el despertar del pueblo elegido en mitad del desierto y sin norte ni rumbo pre-designados. La debacle y la hecatombe, sendas instituciones que tú y yo conocemos: cien bueyes sacrificados aunque aquí no se vea la sangre y todo por tierra menos los toros y el flamenco, contando con que esos parecían nuestros. ¿Y Velázquez? ¿Y Murillo? ¿Y Valdés Leal? ¿Y Picasso? ¿Y Alonso Cano? ¿Y Zabaleta? Porque por Cernuda no va a preguntar nadie. Ni por Lorca, ni por Miguel Hernández, cuya esposa, Josefina, era de Quesada. Mientras que Fernando Villalón veía el mundo desde lo alto de un caballo, como estos de Vox y Vidal Cuadras, aunque uno sea jerezano y otro tenga tanta carraspera que parece tener hecha la traqueotomía.

Y el turismo va a ser el punto de apoyo para que esta tierra granadina empiece de verdad a repuntar. Con el punto de apoyo de tres millones de turistas. Que hay que ser bien tonto para con esos mimbres, y la Sierra, y la Alhambra no ser capaces de desarrollar definitivamente media Andalucía. Pero ¿cómo se puede entender al presidente del legislativo venezolano la legitimidad para levantarse en contra del gobierno de Maduro sin el apoyo de Trump?

Esto parece una jaula de grillos saltando enloquecidos entre Washington, Brusselas, Caracas, Davos, La Habana, Madrid y Moscú viendo cómo consiguen levantar más la voz que el vecino y dominar mejor el tablero de juego. Nadie como sus representantes ha gritado tanto, ni ha realizado tantos trabajos hercúleos para arrimar el ascua a su sardina. Nadie entenderá jamás de los jamases ni las palabras ni las razones de los otros ni logrará hacer prevalecer su voz ni sus razones. Como nadie entenderá la lógica del rescate de Totalán donde ya nadie da un euro por la vida de Julen después de tantas horas sin poder rescatarlo. Ay, los Montes de Málaga, qué celosos de su inexpugnabilidad. Ya está a punto de producirse el Parto de los Montes.

Bueno, maestro, aquí en esta tu tierra adoptiva todo son trabajos imposibles, no siete sino siete mil setecientos setenta y siete infinitos trabajos, infinitos retos imposibles: levantar y sostener Andalucía con la ayuda de todos… y todas.

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