MENTIRAS ELECTORALES (4)
El embuste del líder de Vox que tilda de ‘fake’ la brecha salarial
Francisco Serrano, exjuez y cabeza de Vox en Andalucía, niega la existencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres
Francisco Serrano, exjuez que prevaricó para alargar el tiempo de vacaciones de un hijo con su padre en una situación de divorcio, autor de un libro que tituló ‘La Dictadura de Género’ y ahora líder de Vox en Andalucía, ha regresado este viernes a la senda de su particular batalla personal con unas declaraciones que se refieren a la brecha salarial entre hombres y mujeres como un ‘fake’. Serrano niega cualquier diferencia e incluso se afana en explicar que las mujeres «cobran en algunos casos más que los hombres».
«¿Existe la brecha salarial?», se preguntaba Serrano en un acto celebrado en la mañana de este viernes, para responderse a continuación que «esa es una de las grandes mentiras que hay que ir combatiendo». El exmagistrado proseguía con más preguntas con autorespuesta y se interrogaba acerca de si con las mismas condiciones de trabajo, horas, puesto y responsabilidad, hay realmente brecha salarial. Pues bien, los datos sostienen que sí.
El Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) sostiene en su último informe, publicado en marzo de este año, que la diferencia salarial entre hombres y mujeres alcanza el 29,3%. Según este estudio, las mujeres perciben anualmente 4.849 euros menos de salario medio que los hombres. De hecho, pese a que las diferencias de sueldo se redujeron un 15% en la década que va de 2005 a 2015, no han dejado de crecer desde entonces. En 2017 la distancia se ensanchó en 104 euros más.
Los técnicos explican que esta brecha hunde sus raíces en la mayor precariedad que ellas sufren y el conocido como «techo de cristal», es decir, por el hecho de que menos del 30% de los puestos directivos están ocupados por mujeres en nuestro país según el estudio de la asesoría Grant Thornton. En su diatriba negacionista, Serrano afirma que puso su despacho de abogado a disposición de las mujeres que sufrieran desigualdad salarial sin cobrarles nada por su defensa; pero nadie, sostiene, le llamó.
Su argumento, frecuente entre los negacionistas de la brecha, se basa en que las comparaciones estadísticas no tienen en cuenta cuestiones el diferente número de horas trabajadas. Se compara, al fin y al cabo, elementos no comparables y mantiene que en trabajos totalmente iguales la brecha desaparece. Incluso si dejamos a un lado que una mayor precariedad y el menor número de horas trabajadas pueden muy bien no deberse a una decisión personal sino a la carga de responsabilidad atribuida a las mujeres para, en la mayoría casos, ser quienes asuman los cuidados de la casa y los hijos, los datos desmienten a Serrano.
Cuando una mujer trabaja en condiciones similares a las de un hombre, también cobra menos en muchos de los casos. Una mujer gana en promedio un 13% menos realizando tareas similares, según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Fedea depura los datos brutos para obtener empleos similares y comparables entre sí, e incluso de esa forma, existe brecha.
Además, la brecha salarial de género forma parte de los Indicadores de Desarrollo Sostenible incluidos en el Objetivo 5 (Igualdad de Género) difundidos por Eurostat y también de la Estrategia Europea de Empleo (EES) para lograr igual tratamiento de hombres y mujeres y evitar la discriminación por razón de sexo, edad, discapacidad, raza, religión, orientación sexual.
Eurostat muestra que en España la brecha de género toca el 14,9%, algo por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 16,3%. «La brecha salarial total entre géneros», dice el estudio de Eurostat, «es la diferencia entre los ingresos anuales medios de las mujeres y de los hombres. Tiene en cuenta tres tipos de desventajas a las que se enfrentan las mujeres: un menor salario por hora; menos horas de trabajo remunerado, y unas tasas de empleo inferiores (por ejemplo, cuando interrumpen su carrera para cuidar de los niños o de familiares).»
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