22 noviembre 2024

FREUD, SORAYA Y YO Por Juan Alfredo Bellón

FREUD, SORAYA Y YO Por Juan Alfredo Bellón  DESDE EL MIRADOR Nº42 Para el domingo 15-03-15

Qué duda cabe de que vivimos tiempos convulsos y ahora más, cuando se nos junta la consagración de la primavera; el apogeo de la Cuaresma; la aparición en nuestras calles de los primeros turistas orientales, con mascarilla, debido al principio de las alergias; la reaparición en los mercados de las primeras habas, tan traicioneras por lo gaseosas; los penúltimos ensayos de los costaleros y las bandas de Semana Santa; el apogeo de la Liga de Fútbol Profesional y de la Champions con el anuncio del clásico Barça-Real Madrid para el 22-M; las primeras ferias taurinas de abolengo y el comienzo de tres campañas electorales sucesivas y encadenadas (Andaluzas, Municipales y Generales) que intentarán comernos el coco en cascada, empezando por la de ahora y terminando a comienzos del próximo invierno, cuando ignoremos si y cuantos llegaremos vivos para saborear las mieles del triunfo o morder el polvo de la derrota de unos resultados de los que, si hay algo cierto, será el desplome rotundo, inexorable y estruendoso del PP y el comienzo de un nuevo tiempo sociopolítico con sus reacomodos correspondientes, algunos de emergencia, otros de declive y otros de permanencia.

Luego, a quien dios se las dé, san Pedro se las bendiga y vuelta a empezar y a darle Perico al torno de la Historia, con el inacabable protocolo de las promesas electorales cumplidas e incumplidas, la aparición de nuevos y presuntos casos de corrupción y la manipulación informativa de la opinión pública y, sobre todo, con la gestión más o menos novedosa de las cosas públicas en contraste y contraposición con las privadas y todo ello en un país donde unos pocos seguirán intentando vendernos la moto de que estamos saliendo de la crisis pero que son necesarias más reformas, lo que, para sus adentros, significa más recortes, y la inmensa mayoría continuaremos arguyendo con santo Tomás que lo creeremos cuando lo veamos y sufriendo mientras las consecuencias de los designios inconfesables de los oligopolios traicioneros.

Casi nada. Y Freud explicándonos desde el más acá que madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle y esa es la madre del cordero y que padre, tampoco, y que la una es para los hijos y el otro, para las hijas, y que el mundo está lleno de Edipos y de Electras queriendo solo yacer con sus progenitores y regresar a la fase anal para tocar pezón o sodomizar al personal de a pie o, más bien, de en pompa, mirando al tendido y como si no ocurriera nada, como Rato y Blesa con las preferentes y las tarjetitas, o como Esperanza Aguirre con sus colaboradores, incluido Ignacio González que ha dado y ha tomado y se ha quedado con tres palmos de narices como Pinocho.

Y Antonio Sanz, flamante Delegado de Rajoy en Andalucía, desconsiderando el catalán y a los catalanes; bueno, también ellos y Albert Rivera nos desconsideran a los andaluces creyéndose que no sabemos pescar y por eso Sanz nos defiende, para compensar lo de Monago y lo de tantos paracaidistas de su partido que bajan todos los fines de semana y entre uno y otro, a ver a cuál se le ocurre una cagada mayor, por la boca, claro.

Como Soraya y lo de «bonita» dedicado a Susana, como si le envidiara el empuje trianero y lo estupendo de esta tierra, tan difícil pero tan agradecida cuando hay algo que agradecer. Y no a ellos, que hasta Suárez se equivocó y, desde entonces, no aprenden y cuanto más lo intentan, más lo entuertan. Y luego los de Vox, que nos insultan doblemente por tomarnos por tontos, como si no supiéramos quiénes son y de dónde vienen, disfrazándose de demócratas, con el tufillo a fascistas que aún desprenden. Señor, cómo está el patio. Y yo, viéndolos pasar en la puerta de casa.