EL ARZOBISPO DESARZOBISPADO por Juan Alfredo Bellón

EL ARZPBISPO DESARZOBISPADO por Juan Alfredo Bellón para Mirador de Atarfe del domingo 13-09-2015

Dice mi amiga Montse, mientras me puntura con perfección samaritana para doblegar mis achaques corporales y enderezarme los anímicos, que no merece la pena abominar del clero y mucho menos de su jerarquía, incluyendo en tan abyecto cubil al archiepíscopco garnatensis monseñor Martínez, ese a quien tanto le gusta tumbarse boca abajo ante el altar de su sede catedralicia para implorar a María Santísima por las víctimas de los curas pederastas granadinos que (supuestamente) se calzaron carnalmente a uno, o varios acólitos, menores de edad, en la ciudad donde surgió hace cinco siglos la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción de María. Según mi esforzada acupuntora, tan laicista y atea como yo, no conviene darle cuartos al pregonero porque así magnificamos la figura y las obras de los pederastas y sobre todo las de sus encubridores.

Pero como ocurre que intermitente e inexorablemente salta a la prensa alguna nueva noticia de la causa criminal civil que, por acoso contra los supradichos, se sigue, dando pormenores de su procedimiento, los periodistas nos afanamos en trasladárselos a los lectores para que, aquellos que aún la conservan, no pierdan la fe en las instituciones eclesiásticas ni la esperanza de que acaben por reformarse. Yo no coincido en esto plenamente con mi acupuntora porque, sin llegar al rencor extremo ni al rigor tremens que deberían poseerme, si considero beneficiosa una ejemplaridad contundente y con que a cada cual se le dé lo que sus obras merecen, para mayor escarmiento de transgresores y aviso de navegantes.

Pues como ahora resulta ser que pronto se verá la causa del caso Romanones, una vez se dilucide la no prescripción de los delitos, se procederá a la inculpación de los acusados por la comisión de abusos deshonestos y a la del pastor diocesano por no haber vigilado eficazmente lo que pasaba entre su grey.

Hasta aquí, todo perfecto. Por fin, el Papa Francisco ha contribuido a desenmarañar la madeja indulgentemente urdida por los presuntos implicados, que no son precisamente un grupo musical cualquiera, ni siquiera gregoriano. Pero aún queda una aclaración y es que, aunque pueda parecer una pormenorización puntillosa, leo en el titular a toda plana de un periódico granadino «EL ARZOBISPADO, RESPONSABLE CIVIL SUBSIDIARIO DEL CASO ROMANONES» cuando debiera decir «EL ARZOBISPO…», no porque el resto del personal de la Curia sea o deje de ser de mejor catadura que el titular de la archidiócesis, sino porque el presunto reo de invigilandia, y no sé yo si también de encubrimiento y obstrucción culposa a la justicia, es la persona del «Arzobispo», también llamado en la jerga vaticana «el ordinario del lugar»´, y no la institución «Arzobispado», de modo que debe responder por lo civil con las penas materiales correspondientes, como en los casos similares de la casi arruinada iglesia católica USA, que a quien Satanás se la dé, el Infierno se la maldiga y, aunque no confío yo mucho en esos tribunales eclesiásticos que ahora despenalizan por unos meses el aborto y relajan las condiciones para anular el matrimonio canónico, lo que hasta hace poco era, de hecho, un divorcio para ricos regulado por el tribunal de La Rota, no está nada mal que este no llegue, dado el caso, a rebajarles el precio del divorcio a Piqué y a Shakira, con la anuencia de sor Lucía Caram, la única persona religiosa que les ha sabido poner las peras a cuarto a José Mouriño y a Cristiano Ronaldo.

…Y el desarzobispador que los desarzobispare, buenísimo desarzobipador será.

 

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