José Muelas: «No habrá libertad de expresión si las redes sociales obedecen a los más ricos»

TAT Granada subió al escenario a respetados juristas españoles para intercambiar opiniones sobre la intervención de la ley en las redes y la responsabilidad de las compañías

Libertad y humor con límites. En los últimos años se ha condenado a penas de cárcel a tuiteros que habían publicado mensajes considerados por la justicia de incitación al odio o enaltecimiento al terrorismo. Tras la explosión de las redes sociales, los tribunales nacionales y europeos se enfrentan a un reto en la regulación de las plataformas, que aún no han terminado de resolver. TAT Granada sentó a la mesa, moderada por Yenalia Huertas, periodista de IDEAL especializada en tribunales, a respetados juristas españoles para debatir sobre las líneas rojas del uso de Twitter. Miguel Pasquau, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; María Jesús del Barco, jueza decana de Madrid y portavoz de la asociación profesional de la magistratura; José Muelas, abogado especializado en delitos informáticos; y Fernando Benítez, fiscal de Málaga, intercambiaron opiniones sobre la intervención de la Justicia en el ‘timeline’ de los usuarios y la responsabilidad de las compañías.

Casandra Vera, Willy Toledo o el tuitero que humilló al hijo, asesinado en el 11M, de Pilar Manjón, expresidenta de la asociación de víctimas del terrorismo. Todos se han sentado en el banquillo por pasarse, y no precisamente de espacio, con el teclado de Twitter y Facebook.

Los cuatro ponentes coinciden: los límites dentro de Twitter son los mismos que fuera. Miguel Pasquau fue el primer en tomar la palabra para lanzar una petición: contención en las redes sociales. Premisa que el magistrado lleva por bandera cada vez que se sienta frente a su ordenador a opinar en su cuenta oficial, en la que tiene casi 19 mil seguidores. «Cualquier profesional tiene ciertas barreras y obligaciones en su carrera. La preocupación no son tantos los límites como dejarse llevar e influenciar por ciertas dinámicas», señaló.

El fiscal Fernando Benítez se unió al alegato y añadió que la plataforma «es una caja de resonancia inmensa». «No es lo mismo que tener una conversación de barra con 10 o 15 amigos, sobre todo las personas que desempeñan cargos públicos», prolongó.

Para Benítez la plataforma se ha convertido en «juez, parte y verdugo» y pide a los juristas que tengan cuidado con las críticas a otras resoluciones judiciales y al trabajo de sus compañeros, acciones que perjudican a al trabajo y a la independencia de los profesionales. Situaciones que se han podido ver en la red social en casos como en el de ‘la Manada’, en el que tanto políticos como jueces salieron a respaldar o a rechazar la decisión de la audiencia.

Influencia

Por su parte, José Muelas responsabilizó a las compañías administradoras de las grandes plataformas de influenciar en los usuarios y elegir qué censurar: «Me siento seguro con mi libertad de expresión controlada por la ley y no por un algoritmo. Se estudia si Google pudo afectar a los resultados de las elecciones en Estados Unidos. Tienen una influencia enorme y son una plaza del pueblo que controla con mano de hierro el vecino más rico», añadió.

La segunda mujer tras Carmena en convertirse en jueza decana de Madrid, María Jesús del Barco, recordó que no hay olvido en la red. «Lo que escribas en Twitter deja huella. Ha provocado incluso la dimisión de ministros. Procuro no meterme en ningún charco, tengo que ser independiente como jueza. Leo y releo lo que escribo como cuando elaboro una sentencia».

Hubo algunas disensiones entre la bancada sobre el anonimato. Los cuatro juristas convinieron que es preferible que las reflexiones lleven nombre y apellidos para evitar que los internautas se escuden en cuentas secretas para no hacerse responsable de los contenidos que vierten. Muelas discierne: «El anonimato es uno de los derechos que deben existir en la red. Hay que proteger también el arte, el humor o la parodia», expuso.

A la pregunta de la periodista Yenalia Huertas sobre si absolverían o condenarían a Twitter, la decisión fue unánime: la plataforma es «inocente». Los profesionales que se amplíen los recursos de las fuerzas del estado para que la intervención de la Justicia sea más rápida y no se lesione el honor de los damnificados. Sobre la censura y el acceso desigual a la información, Muelas reiteró la necesidad de que sean de libre acceso para todos los ciudadanos. «El concepto y el signo de la revolución de Tiananmén no existe en China. No habrá libertad si no todos tienen acceso y las redes obedecen a los más ricos».

PILAR GARCÍA-TREVIJANO

https://www.ideal.es/granada/jose-muelas-libertad-20190614114504-nt.html

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