Como ciudadanos, todos tenemos la obligación de intervenir y de implicarnos. Es el ciudadano el que cambia las cosas (José Saramago)

La fábrica de ácido sulfúrico de Carrillo data de 1920, por lo que el año próximo cumplirá un siglo. El nombre le viene de su primer propietario don José Carrillo de Albornoz, que dio nombre a la empresa S.A. Carrillo, constituida el 6 de diciembre de 1920, según estatutos registrados ante el notario D. Federico Fernández Ruiz, cuyos objetivos eran la fabricación de superfosfatos, abonos y productos químicos.

Esta sociedad fue fundada con un capital social de tres millones de pesetas, representado por tres mil acciones de 1.000 pesetas cada una; después, en noviembre de 1927 se realizó una emisión de cuatro millones de pesetas, en ocho mil obligaciones hipotecarias al portador, de 500 pesetas cada una, lo que le otorgaba una gran importancia en el tejido productivo del momento. (Nuevos usos para una antigua industria: la fábrica de ácido sulfúrico de Carrillo S.A. en Atarfe. Miguel Giménez Yanguas; José Miguel Reyes Mesa; Miguel Ángel Rubio Gandía del grupo de investigación de patrimonio industrial, de la Universidad de Granada).

Nuestro patrimonio industrial también debe ser objeto de estudio y preservación. Otra acción para desarrollar en la próxima legislatura.

Vista aérea de las instalaciones fabriles de Carrillo, cortesía de Jorge Rodríguez Puche, en donde podemos ver en un primer plano, el enorme acopio de mineral que había en aquellos momentos.
El mineral que mayoritariamente se usaba para la fabricación de abonos ricos en azufre era la pirita, la cual llegaba por transporte ferroviario hasta la factoría. Esta, está compuesta por hierro y azufre, disulfuro de hierro, de ahí el color rojizo que aún es visible en la fábrica.


Fotografía de la fábrica de abonos Carrillo SA cortesía de Jorge Rodríguez Puche, que representa un magnífico documento gráfico en el que podemos ver en primer término dicha instalación fabril, los acopios de mineral, parte de las instalaciones ferroviarias o el colegio nuestra señora del Rosario.

En la margen superior izquierda apreciamos el casco urbano, mientras que una vega inmensa, salpicada por pequeñas construcciones complementa el resto de la imagen.

Curiosidades elvirenses.

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