7 noviembre 2024

Al socialismo andaluz le va a costar muchísimo tiempo recuperarse tras la sentencia del caso de los ERE

La sentencia de los ERE es demoledora. Lo que yo ayer decía que me parece inverosímil, el tribunal de la Audiencia Provincial de Sevilla lo incluye en su relación de hechos probados y además lo expresa con una enorme rotundidad. Dice así: “Los acusados eran plenamente conscientes de la palmaria ilegalidad de las decisiones que tomaron cuando modificaron el sistema de concesión de fondos de ayuda a empresas en crisis, los ERE, y durante el tiempo que lo mantuvieron, es decir, entre 2000 y 2009. Las transferencias de financiación se diseñaron con la intención de eludir los controles legalmente establecidos. La malversación se cifra en 680 millones de euros”. Fortísimo.

La sentencia no es firme. Tendrá que ir al Supremo, que dirá la última palabra, pero desde luego los efectos de este bombazo no van a esperar entonces, han comenzado ya. Para empezar, parece como que se impugnaron los 36 años de gobierno socialista, incluyendo lo mucho bueno que se haya podido hacer y que se hizo, sin duda. Nadie lo recordará porque, por el momento al menos y por tiempo, quedará marcado ese periodo por esta sentencia y por este hecho, y al socialismo andaluz le va a costar muchísimo tiempo recuperarse.

Como siempre en estos casos, el Partido Socialista siguió la mala costumbre de jugar al hombre invisible y al no los conozco de nada. Este martes, José Luis Ábalos, secretario Organización y ministro de Fomento en funciones, dijo que este asunto no afectaba al Gobierno y que no es un caso del PSOE sino que «afecta a antiguos responsables públicos de la Junta». Lo cual es muy poco elegante y además es absolutamente falso porque, claro que afecta -cómo no va a afectar- y claro que es del PSOE. Pero cómo no va a ser un caso del PSOE si dos de esos antiguos responsables políticos de la Junta eran nada menos que presidentes del partido a escala nacional. Y llevar la representación de un partido tiene sus cargas y aunque el PSOE este en otro momento sigue teniendo esa misma representación. Los que piden que Sánchez dimita piden una bobería, Sánchez no tiene porqué dimitir, el asunto ni le roza ni de lejos. En el año 2009 era concejal de Madrid y en los años anteriores ni siquiera estaba metido en la política, pero sí que tiene la representación y con esa representación le toca encajar públicamente el golpe y hacer públicas las excusas. Escurrir el bulto no tiene sentido, no tiene pies ni cabeza y, repito, no tiene nada de elegante.

Ahora hay que esperar al Supremo. Yo supongo que la familia socialista confía en que llegue el Supremo y pueda colocar las cosas en otro sitio distinto y pueda eximir de responsabilidades a los antiguos dirigentes de la Junta pero, no cabe duda, de que hoy esa militancia socialista está desanimada, está descolocada y está avergonzada, y claro que sí considera que este asunto es un asunto de los suyos.

IÑAKI GABILONDO