Cinco ruidos extraños que hace tu cuerpo y lo que realmente significan
Sin quererlo a veces pareces el hombre orquesta porque tu organismo no deja de emitir singulares sonidos. ¿Sabes por qué se produce el hipo? ¿O por qué a veces no podemos parar de estornudar? ¿Es bueno crujirse los nudillos de la mano? Te lo contamos
Como se suele decir, el cuerpo humano es una máquina perfecta. Ya, menos cuando le da por dejarnos en evidencia con determinados sonidos que, aunque son perfectamente normales y le ocurren a todo el mundo, pueden resultar de lo más embarazosos. Pitidos, chasquidos y rebuznos que no podemos controlar y que nuestro organismo descarga para aliviarnos.
¿Aliviarnos de qué? Descubre a qué se deben esos extraños sonidos que tu cuerpo hace de vez en cuando, y toma nota porque en algunos casos su presencia puede ser motivo de preocupación.
1. Silbido de nariz: suele producirse cuando tenemos un exceso de mucosidad en las fosas nasales y el flujo aéreo se obstruye. Tiene dos soluciones distintas en función de su origen: un descongestionante si es por un resfriado o un antihistamínico cuando se produce por síntomas alérgicos.
Si se repite demasiado a menudo y sin tener ningún tipo de congestión cuidado porque estos silbidos pueden ser indicio de un desgarro en el cartílago de las fosas nasales. Un otorrinolaringólogo o un cirujano plástico se harán cargo de ponerle solución.
2. El hipo: otro pitido repetitivo que puede resultar de lo más agobiante. Este divertido ‘hip’, que en medicina se conoce como singulto, es un sonido inspiratorio que se produce como consecuencia de la contracción brusca, involuntaria e intermitente del diafragma, lo que hace que la epiglotis se cierre y el ritmo respiratorio se altere.
Suele surgir sin motivo aparente, aunque en ocasiones deriva de una estado de excitación, nerviosismo, como consecuencia de ciertos medicamentos o provocado por la distensión del estómago después comer.
A veces nos resulta complicado pararlo, pero se puede conseguir conteniendo la respiración unos segundos para que los niveles de dióxido de carbono en los pulmones se normalicen y el diafragma se relaje de nuevo. Eso sí, ojo si superas las 48 horas de hipo: lo mejor es buscar ayuda médica para descartar que se deba a una irritación del nervio o a un problema del sistema nervioso central.
3. Estornudos: qué placer cuando lo conseguimos y qué molesto resulta cuando nos quedamos a medias. Es uno de los mecanismos de defensa naturales del cuerpo que sirven para expulsar a los invasores, generalmente a través de la nariz y eventualmente por la boca, y proteger a nuestros pulmones y a otros órganos de la contaminación.
Los estornudos pueden provocarse por multitud de razones: desde el virus del resfriado común, pasando por partículas ambientales como el humo o el polvo, hasta como consecuencia de inhalar aire frío o haber estado expuestos a una luz muy brillante.
Con un promedio de velocidad establecido entre los 50 y los 70 kilómetros por hora, pueden ser más débiles o escandalosos según la capacidad de nuestros pulmones, el tamaño de la tráquea o la fuerza que tengan nuestros abdominales. Si estornudamos a menudo y demasiadas veces seguidas puede ser síntoma de algún tipo de alergia. En tal caso es conveniente acudir al médico.
4. Crujido de las articulaciones: nuestras rodillas, codos o dedos están lubricados por un líquido especial para que no se produzca fricción cuando los doblamos. Muchas veces, si nos tiramos un buen rato de cuclillas, de pie o en una postura incómoda sin movernos, se reduce la presión de las articulaciones y los gases que contiene el mencionado líquido se encargan de llenar el espacio que se ha quedo libre formando burbujas.
Entonces te sientes agarrotado, te estiras y ahí está: el crujido que escuchas son esas burbujas al estallar. Si el chasquido de las articulaciones te resulta doloroso y molesto, podría ser síntoma de osteoartritis y de deterioro del cartílago.
5. Pitido en los oídos: ¿sabes cuando escuchas un pitido que parece que sale de tu interior porque te tapas los oídos y es aún más sonoro? Claro, habrás escuchado mil veces que eso se debe a que alguien está hablando -mal- de ti, pero los especialistas en medicina dan una explicación menos crédula y conspiranoica del denominado acúfeno o tinnitus.
La duración e intensidad de estos pitidos son diferentes según la persona y suelen deberse a causas externas como algún tipo de lesión en alguna zona del cuerpo (por ejemplo, en la columna o en los huesos de la cara), haber estado mucho rato expuestos a ruidos fuertes, infecciones en los oídos, presencia de cuerpos extraños dentro del oído e incluso porque estemos taponados por el cerumen.
Pero también surge de factores internos y son más frecuentes en personas hipertensas, diabéticas o que sufren el síndrome de Ménière. Los expertos también consideran que el tinnitus puede ser una señal de alergia o anemia y, en muy raras ocasiones, signo de un problema grave como un tumor o un aneurisma.