22 noviembre 2024

MANIFIESTO QUE LA PLATAFORMA 8M HACE PÚBLICO EN ETE DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER Y NOS INVIA A LA MANIFESTACIÓN QUE SE DESARROLLARÁ EN GRANADA EL DOMIGO 8 DE MARZO

Un 8 de marzo más celebramos el día en que nuestras abuelas dijeron ‘basta’. Un 8 de marzo más, habiendo pasado ya más de 100 años del primero, ¡continúa siendo necesaria la lucha!
A pesar de los innegables avances, el patriarcado continúa fuertemente enraizado en las estructuras sociales que alimentan la desigualdad. Denunciamos los ataques directos que sufren algunas compañeras activistas feministas, enseñantes, y colectivos de mujeres. Estamos muy lejos de la igualdad real, una igualdad que ahora se ve amenazada por la irrupción de sectores ultraconservadores que pretenden retrotraernos al pasado, negando la existencia de la violencia de género o atemorizando a profesorado y Asociaciones de Madres y Padres para que limiten el desarrollo de la educación en igualdad mediante el uso del veto parental. Mensajes que abonan una sociedad desigual, machista y violenta.
Otro 8 de marzo nos volvemos a juntar para repetir que las mujeres nos seguimos haciendo cargo mayoritariamente de las tareas domésticas, de los cuidados de hijas e hijos y personas dependientes, tareas esenciales para el sostenimiento de la vida. Esta asignación de roles de género sigue siendo una de las causas más importantes de la desigualdad estructural. Los cuidados son un bien social y deben ser una responsabilidad colectiva.
La ausencia, inadaptación y precariedad de las políticas de conciliación y dependencia, la lentitud del avance hacia la corresponsabilidad social e institucional, y el escaso apoyo a las cuidadoras, tiene terribles consecuencias en la salud y la vida de las mujeres y son un lastre importante en el camino hacia la igualdad. Esto explica también la mayor presencia de mujeres en trabajos a tiempo parcial y en una economía sumergida que mantiene a muchas en situación o en riesgo de exclusión social. La precariedad laboral y la sobrecarga en las tareas de cuidados familiares se retroalimentan y nos conducen a una pobreza insostenible. Es necesario que se reconozcan nuestros derechos, que se visibilice y reconozca el valor y dignidad del trabajo doméstico y de cuidados que realizamos mayoritariamente las mujeres. Compañeras, ¡hoy es día de huelga laboral y de cuidados! ¡Qué se note que sin nosotras no es posible la vida!
Un 8 de marzo en medio de una crisis climática consecuencia de un modelo económico que prioriza el beneficio de unos pocos a costa del bienestar de la mayoría, cuyo extractivismo contribuye a perpetuar la pobreza y la desigualdad, y fomenta un consumismo que nos atrapa en una forma de vida perjudicial para la especie, para nosotras y para el medio ambiente. Es por ello que llamamos también a la huelga de consumo y reivindicamos un uso responsable, sostenible y crítico de los limitados recursos del planeta que nos sustentan y han de sustentar a las generaciones futuras. Cuidar la tierra, es también cuidarnos.
La violencia patriarcal se sigue cebando con nosotras en sus diversas expresiones: desde las más invisibles y cotidianas como los micromachismos y el acoso callejero; hasta las más notorias como la violencia en la pareja, las agresiones sexuales y grupales, los feminicidios, la trata, los matrimonios forzados… Se ceba también en particular con nuestras hermanas procedentes de otros orígenes o con otro color de piel. Como feministas no podemos mirar para otro lado, la lucha por la igualdad es también la lucha por la igualdad entre nosotras. Seguimos sin desarrollar políticas que sean efectivas de prevención de las situaciones de acoso y agresiones en nuestros lugares de trabajo y estudio que tienen graves consecuencias en nuestra salud mental y física. Es necesario revisar los protocolos existentes de forma que se ponga en primer plano la seguridad y bienestar de las víctimas y no la imagen de las instituciones o centros de trabajo.
La normativa de extranjería y la regulación de la trata están dejando en situación de vulnerabilidad absoluta a las víctimas de trata con fines laborales o de prostitución. Persiste la vulneración de los derechos humanos de las personas refugiadas, en particular de las que huyen a causa de violencia de género, agresión sexual, o que sufren persecución por su orientación sexual o identidad de género. Persiste la vulneración de los DD.HH en las fronteras, en este sentido, es una vergüenza la reciente sentencia del Tribunal de DD.HH de la UE que avala las “devoluciones en caliente” sin tener en cuenta los derechos que asisten a estas personas. Sentencia que por cierto, nuestro Gobierno no está obligado a cumplir. Es indecente la existencia de centros de internamiento de extranjeros y extranjeras, donde se aplica un régimen carcelario con pésimas condiciones, para recluir a personas cuyo delito es no poseer documentación y buscar una vida digna. ¡No habrá igualdad si no nos alcanza a todas!
Un 8 de marzo más reiteramos que la doble moral machista que enjuicia las conductas sexuales de forma diferente según los protagonistas sean mujeres u hombres actúa como límite a nuestra libertad sexual. La misma moral que excluye a quienes no respondemos a la norma de cuerpo, identidad y sexualidad, siendo una fuente de discriminación y sufrimiento. Se continúa aplazando una educación sexo-afectiva basada en cuidados que prevenga las agresiones sexuales. Se perpetúa un sistema educativo que invisibiliza a las mujeres en los temarios, que no rompe con la segregación por género de muchas carreras y que no mejora verdaderamente en la igualdad. Las mujeres somos más y tenemos mejores expedientes pero nos es más complicado conseguir un trabajo digno debido a los prejuicios machistas y el diseño de carreras profesionales masculinizadas. Nos sentimos atrapadas por un suelo pegajoso que nos impide desarrollar nuestro proyecto de vida. Vivimos situaciones de acoso y se nos obliga a una hipersexualización en muchos ámbitos laborales (hosteleria, comercio, etc.).
Por ello, EXIGIMOS, sin más excusas ni dilación:
[Toman la palabra los colectivos que aportan su reivindicación]
“Un gobierno que se define como feminista tiene que reconocer en la práctica el valor de los cuidados y traducirlo en hechos”. Las trabajadoras de hogar y cuidadoras exigimos ser tratadas en igualdad con el resto de la gente trabajadora, recibir al menos el salario mínimo por todas las horas de trabajo, cotizar a la Seguridad Social por los salarios reales que cobramos, tener prestación de desempleo cuando quedamos en paro y pensiones dignas de jubilación. Muchas de nosotras pasamos años trabajando sin papeles, por una Ley de Extranjería que nos obliga a demostrar estancia durante al menos tres años y conseguir un contrato escrito de trabajo. A muchas internas, sus empleadores y empleadoras les niegan el derecho a estar empadronadas donde viven y por eso tienen que conseguir otra vivienda para el padrón, muchas veces pagando por ello. Frente a todos los abusos, los gobiernos miran para otro lado, porque les es más rentable utilizar a trabajadoras de hogar sin derechos para cubrir las necesidades de cuidado que no cubren los servicios sociales. El gobierno actual ha vuelto a prometer que ratificará el Convenio 189 de la OIT, sobre trabajo decente para las empleadas de hogar, pero dicen que lo harán a lo largo de la legislatura. Nosotras exigimos que lo hagan ya!, que firmen un Convenio que reconoce a todas las trabajadoras de hogar del mundo su derecho a ser tratadas como verdaderas trabajadoras, porque lo somos, y simboliza el compromiso de los países firmantes de poner el punto final al régimen de servidumbre y discriminación que ha sido siempre el empleo de hogar
El colectivo del Personal Técnico de Integración Social e Intérpretes de Lengua de Signos Española que atendemos al alumnado con Necesidades Educativas Especiales en los centros educativos públicos de la provincia de Granada contratadas a través de empresas privadas, como en tantos otros colectivos que se dedican a la atención a personas, somos un colectivo feminizado (en un 90% somos mujeres) y llevamos años con condiciones muy precarias, con jornadas parciales, despidiéndonos en verano, con contratos que a menudo ni siquiera reflejan nuestra categoría profesional, sin cobrar complementos que aparecen en nuestro convenio. Para colmo de males, ahora que la administración se plantea asumir este servicio desde la gestión pública vemos peligrar nuestros puestos de trabajo. Por eso decimos ¡Basta ya de explotación! ¡La solución: Subrogación!
El colectivo de monitoras escolares en los colegios públicos, muy feminizado y precarizado, que trabajamos a tiempo parcial, que, a pesar de las promesas del Consejero de Educación Imbroda de que iría paulatinamente aumentandonos la jornada hasta hacerla completa, seguimos con jornadas semanales de 8, 12, 16 o 20 horas.

Desde Kellys Unión Granada queremos reivindicar nuestro papel como mujeres trabajadoras en el sector hotelero , un trabajo que todavía hoy en día no está bien regulado para todas igual pero por el que luchamos para que así sea. Reivindicamos la derogación de la reforma laboral y que prevalezca el convenio sectorial sobre el de empresa, una jubilación anticipada ligada a la gran carga de trabajo que ejercemos y las enfermedades que todo ello conlleva. Para ello, pedimos más control por parte de la inspección de trabajo. Y sobre todas las cosas que todas nosotras que desempeñamos la misma función, tengamos la misma categoría : Camareras de pisos.

[se retoma la lectura por la organización]
– Derogación de las Reformas Laborales. Medidas eficaces de lucha contra la precariedad laboral y el acoso (sexual, por razón de género, maternal) Reducción de la jornada laboral y revisión de los horarios que faciliten la conciliación con otros ámbitos de la vida. Mayores recursos y formación con perspectiva de género para juzgados laborales e inspección de trabajo.
– Ampliación y desarrollo de las políticas de conciliación familiar. Ampliación de los permisos de maternidad y paternidad universales que faciliten el cuidado de hijas e hijos. Avanzar en la corresponsabilidad intrafamiliar, social e institucional en los cuidados.
– Revisión con perspectiva de género de todo lo relacionado con salud laboral (evaluaciones de riesgos laborales, enfermedades profesionales, personas con especial vulnerabilidad, riesgo para el embarazo y la lactancia, etc.)
– Aumentar los recursos y el gasto público destinados a cuidados de personas dependientes (con diversidad funcional, mayores y menores de edad) y atención a las cuidadoras, que primen la creación de servicios públicos y el reconocimiento económico del trabajo doméstico en lo que vale. Reducciones de jornada y excedencias por cuidados remuneradas. Eliminación de barreras arquitectónicas y de todo tipo que dificultan la integración de las personas con diversidad funcional.
– DD.HH. en las fronteras. Atención a los derechos de las personas refugiadas que huyen por causa de violencia de género, orientación o identidad sexual. No a las devoluciones en caliente. Cierre de los Centros de Internamiento de personas extranjeras. Cambiar la Convención de Dublin (2013) para permitir los procesos de solicitud de asilo internacional en fronteras y sedes consulares.
– Recursos y formación del profesorado para el desarrollo de la educación en igualdad y la prevención de la violencia de género. La introducción de educación sexo-afectiva basada en los cuidados. Reivindicamos una educación que combata el machismo, el racismo y la LGTBfobia, que cuestione los tabúes existentes y que apueste por la coeducación, el reconocimiento y la gestión de la diversidad.
– Mejora de los recursos de atención y apoyo a las víctimas de todas las formas de violencia de género y sus hijas e hijos y personas dependientes. Por la implicación del conjunto de la sociedad para desterrar la violencia machista de nuestras vidas.
– Políticas de prevención y protocolos efectivos ante situaciones de acoso, abuso y agresión sexual en entornos laborales, educativos e institucionales, tanto en el sector público como privado.
– Políticas que fomenten la contratación de mujeres en situación de especial vulnerabilidad (víctimas de violencia machista, migrantes, trans, etc) y acabar con las subcontratas en las administraciones públicas.
– Renta de Inserción mínima garantizada para las mujeres sin recursos que garantice su subsistencia y programas de acompañamiento que apoye los procesos de salida de la exclusión.
– Desarrollo de políticas contra el cambio climático que haga sostenible la vida humana y la biodiversidad en el planeta. Políticas con justicia climática que den salida y no dejen en la cuneta a los sectores afectados por el impacto del cambio climático y por las necesarias transformaciones del modelo de desarrollo. Que apueste por formas de vida no consumistas, que garantice la cobertura de las necesidades esenciales y ponga en el centro la igualdad, el cuidado de las personas y del medio ambiente. Por una economía sostenible, justa y solidaria.
[Broche]
No vamos a permitir que nos arrebaten los insuficientes logros alcanzados. No pararemos hasta visibilizar la importancia del papel y la participación de las mujeres en el sostenimiento de la vida y lograr un cambio social, laboral​, educativo​ y legislativo que ponga la igualdad, la vida y la protección del medio ambiente en el centro de nuestra sociedad, y no el mercado o el beneficio privado.