Cuando paséis por la Carrera del Darro, seguramente os  llamará la atención esta antigua casa con pinturas en su fachada.

Se trata de la Casa de Mitra, se encuentra haciendo esquina con Lavadero de Santa Inés y su nombre hace alusión a los frescos de su fachada, que representan, en la parte central, al «Dios Mitra» y una inscripción con el lema;
 
«Deo Soli Invicto Mithre» que viene a decir: «Al Dios Sol Mitra el Invicto»
 
Aunque dichas pinturas, en la actualidad, son unas copias de las auténticas y más antiguas, pertenecientes a un edificio cercano, la llamada;»Casa del Padre Eterno».Dichas pinturas, fueron obra de Nicolás Fajardo Vilchez, hijo mayor del comerciante y colecciónista Nicolás Fajardo Arcos, quien fuera en otro tiempo el propietario del edificio.
 
¿Quien era Mitra?
 
Era un dios del Sol persa protector de la verdad y las aguas, conocido desde la antigüedad, y cuya adoracion se difundió más tarde en la India y en el Imperio Romano tardío.
 
El culto al dios Mitra, se organizaba en sociedades secretas y gozó de gran popularidad en ambientes militares, ya que obligaba a la honestidad, pureza y coraje de sus adeptos.
 
En cuanto a la casa, se cree que se construyó en el siglo XVI, como casi todos los demás edificios de la Carrera del Darro, y no se conocen más datos hasta principios del siglo XX, cuando el citado Nicolás Fajardo Arcos en 1920 estableció allí su pequeño museo de antigüedades que perduró hasta 1936.
 
Esta casa estuvo abandonada durante casi una década, sobreviviendo a su ruina gracias a que en sus bajos se instaló «Muebles Bonal (1940 /1980) Muebles Bonal, era una entrañable tienda de muebles, como he dicho antes, sobre todo, por su gran generosidad con todos los granainos que por allí iban a adquirir los muebles, con mucha ilusión, pero con poco dinero, (una de esas cluentas, fue mi madre) que gracias a sus facilidades de pago, mediante un pago semanal o mensual «sin intereses algunos» y de poca cuantía, que se cobraba por un «semanero» que iba por las casas todos los meses. Por lo que, personalmente, lo tendré siempre en mi recuerdo, ya que gracias a Muebles Bonal pude disfrutar de una buena cama y de un magnífico y coqueto escritorio, que, por cierto, he conservado hasta hace muy poco tiempo, y donde guardaba todos mis libros favoritos, como los ejemplares de Julio Verne o los Hermanos Green, mi lectura favorita.
En la actualidad está casa es un hotel.
 
JUANDE GOMEZ FERNÁNDEZ EN FACEBOOK
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