Se cierra el mayor agujero de ozono jamás detectado en el Ártico
«El agujero de la capa de ozono del hemisferio norte en el año 2020 es definitivamente un evento que bate récords» comenta la científico de Copernicus Antje Inness.
Depués de mantener en vilo a los cientificos desde finales de marzo, el agujero de ozono del Ártico, inédito por su tamaño y duración, se ha cerrado. Según el equipo del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de la red europea Copernicus no volverá esta temporada, a pesar de que está previsto que el vórtice polar vuelva a reforzarse en los próximos días.
El cierre de este agujero en la capa de ozono sin precedentes no tiene nada que ver con la reducción de contaminación que ha permitido el confinamiento en gran parte del mundo para frenar la pandemia de COVID-19.
Ha sido posible gracias a la disolución del vórtice polar, que se ha dividido en dos y a la «ola de calor» que ha vivido el Ártico esta semana, con temperaturas hasta 20º C superiores a las normales para esta época del año.
¿Por qué se ha formado un agujero de ozono en el Ártico?
Este año el vórtice polar ha sido extremadamente poderoso. El vórtice polar son las corrientes a gran altitud que mantienen el aire frío en torno al Ártico. Además, las temperaturas en el interior de este vórtice polar han sido extremadamente frías. Esto genera nubes estratosféricas que destruyen el ozono por una reacción con los gases CFC, ahora prohibidos por el Protocolo de Montreal.
En los últimos días el vórtice polar se ha disgregado y debilitado. Las previsiones de Copernicus ECMWF apuntan a que volverá a formarse, pero sin afectar tanto a los niveles de ozono.
«Es muy inusual que ocurra una reducción del ozono tan fuerte en el hemisferio norte, pero el vórtice polar de este año fue excepcionalmente fuerte y persistente, y las temperaturas fueron lo suficientemente bajas como para permitir la formación de nubes estratosféricas durante varios meses» apunta Antje Inness.
Depués de mantener en vilo a los cientificos desde finales de marzo, el agujero de ozono del Ártico, inédito por su tamaño y duración, se ha cerrado. Según el equipo del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de la red europea Copernicus no volverá esta temporada, a pesar de que está previsto que el vórtice polar vuelva a reforzarse en los próximos días.
«El agujero de la capa de ozono del hemisferio norte en el año 2020 es definitivamente un evento que bate récords» comenta la científico de Copernicus Antje Inness.
El cierre de este agujero en la capa de ozono sin precedentes no tiene nada que ver con la reducción de contaminación que ha permitido el confinamiento en gran parte del mundo para frenar la pandemia de COVID-19.
Ha sido posible gracias a la disolución del vórtice polar, que se ha dividido en dos y a la «ola de calor» que ha vivido el Ártico esta semana, con temperaturas hasta 20º C superiores a las normales para esta época del año.
¿Por qué se ha formado un agujero de ozono en el Ártico?
Este año el vórtice polar ha sido extremadamente poderoso. El vórtice polar son las corrientes a gran altitud que mantienen el aire frío en torno al Ártico. Además, las temperaturas en el interior de este vórtice polar han sido extremadamente frías. Esto genera nubes estratosféricas que destruyen el ozono por una reacción con los gases CFC, ahora prohibidos por el Protocolo de Montreal.
En los últimos días el vórtice polar se ha disgregado y debilitado. Las previsiones de Copernicus ECMWF apuntan a que volverá a formarse, pero sin afectar tanto a los niveles de ozono.
«Es muy inusual que ocurra una reducción del ozono tan fuerte en el hemisferio norte, pero el vórtice polar de este año fue excepcionalmente fuerte y persistente, y las temperaturas fueron lo suficientemente bajas como para permitir la formación de nubes estratosféricas durante varios meses» apunta Antje Inness.
¿Por qué es tan raro este agujero de ozono en el Ártico?
El agujero de ozono que conocemos todos tiene lugar durante la primavera austral (de julio a septiembre) en el Polo Sur, donde la estratosfera es naturalmente mucho más fría. En general, en el Polo Norte no se dan las condiciones para la destrucción de ozono a estos niveles.
Este año, el vórtice polar tan fuerte y estable ha provocado la concentración de más químicos destructores de capa de ozono, lo que sumado al frío extremo ha creado las condiciones para este agujero inédito.
La primera vez que se observó un agujero de ozono en el Polo Norte fue en el año 2011, pero fue de menor tamaño y durante el mes de enero.
¿Está relacionado con el cambio climático? ¿Qué consecuencias tiene?
Todavía es demasiado pronto para atribuir este fenómeno al cambio climático o evaluar las consecuencias, ya sea a corto o medio y largo plazo. «No sabemos por el momento por qué la dinámica fue tan inusual este invierno. Estoy segura de que muchos científicos harán estudios de modelización para averiguar las razones de esto» explica Antje Inness.
La consecuencia directa es una mayor exposición a los rayos UV en las zonas por las que ha pasado este agujero de ozono: Alaska, Groenlandia, zonas de Rusia.
Los científicos de la Universidad de Santiago de Chile nos explican que el vórtice polar excepcional fue reforzado por el agujero de ozono, y esto ha sido un factor determinante para que Europa haya vivido el invierno más cálido desde que hay registros.
Por lo demás, consideran que «lo sucedido no debería tener efectos en el verano boreal y tampoco permite decir mucho de cómo será el verano».
¿Cual es la situación del agujero de la capa de ozono de la Antártida?
El agujero de ozono de la Antártida en 2019 fue el más pequeño desde que se descubrió esta disrupción atmosférica causada por los gases CFC en 1985. La prohibición de estos gases por el Protocolo de Montreal en 1987 ha permitido una reducción del agujero de ozono antártico e incluso el restablecimiento paulatino de las corrientes atmosféricas del hemisferio sur, según un estudio reciente.
La reducción del agujero de ozono del año pasado también de debió a un episodio extremo de calentamiento estratosférico.
La capa de ozono protege la vida en la Tierra de los rayos UV emitidos por el sol. Su debilitamiento aumenta el riesgo de cancer al exponerse al sol, principalmente cáncer de piel.
Por Rafael Cereceda