El miedo al contacto amenaza el trono del dinero en efectivo como principal método de pago en el mundo
Antes de la pandemia, el dinero en efectivo copaba el 87% de los pagos en España pero solo el 20% en Suecia. La tarjeta y el móvil han ganado terreno durante la crisis
La pandemia de COVID-19 ha incrementado en los últimos meses el uso de las tarjetas bancarias o pago con móviles frente al dinero en efectivo. La precaución de evitar el intercambio físico de monedas y billetes por miedo al virus ha dado un nuevo impulso a la tendencia de usar cada vez menos el dinero en efectivo que se lleva registrando en diferentes países del mundo desde hace años. Sin embargo, mucho tiene que acelerarse la tendencia con la pandemia para que el efectivo desaparezca.
El dinero en mano sigue siendo hasta ahora el instrumento de pago más utilizado en todos los continentes, según datos de finales de 2018 recogidos en el G4S Cash Report. El efectivo en circulación aumentó un 1,5% desde 2011 y América Latina registró entonces, con diferencia, la mayor dependencia de efectivo en relación con su PIB, destaca el informe.
En la Europa prepandemia, el 79% de los pagos en el punto de venta se realizaron en efectivo, un aumento del 19% con respecto al año 2016. Si se desgrana el dato por países, España se sitúa en las primeras posiciones de los países analizados con más uso de efectivo (87%), seguido de Italia (86%), Alemania (80%), Francia (68%), Reino Unido (42%) y Suecia (20%).
De hecho, según el informe World Payments Report 2019, Suecia espera operar “sin efectivo” para el año 2023 y Noruega es el país que más transacciones sin efectivo realiza. El estudio, realizado por la multinacional francesa Capgemini, también posiciona a Singapur, Reino Unido, Finlandia y Holanda como países líderes en el desarrollo de infraestructuras más digitales. Los que «se quedan atrás» son Estados Unidos, Italia y Arabia Saudita.
Para hacer un análisis de los datos también hay que tener en cuenta el ámbito en el que se realiza el pago -existen notables diferencias entre la economía de ciudadanos y particulares y entre las grandes transacciones entre empresas y naciones- y el tiempo de estudio de los datos, ya que suelen pasar meses entre que se hace el estudio y se publican los resultados, y el mercado cambia constantemente.
Incluso la propia Unión Europea incluye un párrafo aclaratorio en su Informe Anual del Banco Central Europeo (BCE) de 2019, en el que especifica que las consideraciones se elaboraron “antes de la propagación de la pandemia mundial de coronavirus”. “La situación económica y las medidas adoptadas por el BCE han cambiado sustancialmente desde entonces”, advierte.
Además, los datos de pago y uso del dinero están también relacionados con el estilo de vida. En líneas generales, los jóvenes en las grandes ciudades son quienes más utilizan los pagos virtuales en comparación con otros grupos de edad y localizaciones. Según el Barómetro de Tarjetas Mastercard de 2019, un 55% de los consumidores españoles elige el pago sin contacto, 12 puntos porcentuales más que en 2018, cuando un 43% de los españoles empleaba este sistema de pago.
Los meses de confinamiento en diferentes países para contener la propagación del coronavirus ha hecho aumentar los pagos virtuales, especialmente con tarjeta, porque a su vez han aumentado las compras online. Incluso en pequeños establecimientos, muchos de los propietarios prefieren el pago con tarjeta a raíz de la situación sanitaria actual, incluso para cantidades muy pequeñas. En algunos servicios públicos se ha eliminado temporalmente la posibilidad de pagar en efectivo.
Mastercard afirma en un estudio publicado el pasado junio que los consumidores de todo el mundo optan en la actualidad por «formas de pago sin contacto, seguras y sin problemas». La multinacional destaca que los ciudadanos de Estados Unidos se gastaron más dinero en abril y mayo que en los últimos 12 Ciber Monday -lunes de noviembre después de Acción de Gracias con descuentos en las compras-. También señalan que el comercio electrónico alcanzó un dato «sin precedentes» en Reino Unido, ya que un 33% del todas las ventas «al por menor», como pagar la gasolina o en los restaurantes, fue pagado de manera digital.
Un dato que llama la atención del informe G4S Cash Report 2019 es que en Asia el aumento de las compras online no significaba que el efectivo se elimine de la ecuación: más de 3 de cada 4 compras online en varios países asiáticos son pagadas contra reembolso. A nivel internacional, solo Corea del Sur, donde el gobierno tiene un proyecto en marcha para reducir la circulación de monedas, y Suecia son los países que muestran una disminución significativa en los pagos en efectivo.
Hay poco menos de un tercio de la población mundial sin acceso a una cuenta bancaria. Es decir, 2.000 millones de personas que utilizan única y exclusivamente el efectivo como método de pago, por lo que se considera como una forma “fundamental” para la inclusión financiera, indica el informe de G4S.
Tecnologías de pago
Pero lo que sí parece claro es el aumento de las tecnologías de pago a lo largo y ancho del planeta. “De una forma u otra, el mundo posterior a la pandemia se moverá muy rápido en las tecnologías de pago. Los bancos centrales deben actuar con rapidez para ponerse al día”, afirma Kenneth Rogoff, profesor de economía y políticas públicas en la Universidad de Harvard y economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2001 a 2003, en un artículo de opinión en The Guardian.
En el informe ‘Monedas digitales y monedas estables: riesgos, oportunidades y desafíos por delante’, publicado el pasado 30 de julio, el G30 -un grupo de consultoría sobre asuntos económicos y monetarios internacionales- pide que los bancos centrales y los gobiernos que se coordinen de manera internacional y establezcan estándares y una infraestructura pública segura para los pagos. El motivo de esta petición es que el aumento del uso transfronterizo de monedas digitales requiere un marco internacional que “no puede dejarse únicamente en manos de las fuerzas del mercado”.
En la actualidad existen más de 1.500 monedas virtuales en circulación. En septiembre de 2018 se calculaba que las monedas virtuales movían en el mercado casi 200.000 millones de dólares. En comparación, existen 164 monedas nacionales oficiales circulando por todo el mundo.