«LA VEGA AZUCARERA GRANADINA» por José Enrique Granados
La sociedad anónima La Vega Azucarera Granadina fue constituida el 3 de enero de 1904 con un capital inicial de 1.500.000 pesetas representado por 1.500 acciones, todas ellas con un valor nominal de 1.000 pesetas nominativas e indivisibles y no transferibles a extranjeros, y unos estatutos que obligaban a los socios a aportar 30 toneladas de remolacha por acción.
La fábrica, en principio, con una capacidad de molturación de 400 toneladas diarias, se instaló en una parcela con una superficie de 70.000 m2 en el municipio granadino de Atarfe, al pie de Sierra Elvira, junto a la carretera de Granada a Córdoba y al ferrocarril Granada-Bobadilla, del que partía un ramal que entraba a la propia fábrica para la entrega de la remolacha azucarera y suministro de carbones.
Además, cuando se estableció la línea del tranvía Granada a Pinos-Puente, la fábrica dispuso también de una vía de entrada para el abastecimiento de remolacha.
La factoría comenzó a funcionar en 1904 y fue parada en 1982.
Tras su cierre la maquinaria fue desmontada y algunas edificaciones, como el cuerpo principal de fabricación, han sido demolidas.
Entre los primeros presidentes de esta empresa se encuentran D. Manuel Jiménez Abril y D. Enrique Sánchez Molinero y vicepresidente D. Inocencio Romero de la Cruz, con posterioridad también presidente.
Su primer gerente fue D. Manuel Mancebo Muñoz y su primera sede social estuvo ubicada en c/ Cárcel nº 26 de Granada, pues luego pasó plaza Isabel La Católica, nº 2.
La industria producía azúcar, pulpa seca y, posteriormente, se le dotó de una destilería para producir alcohol para bebida y alcohol desnaturalizado para usos industriales a partir de las melazas azucareras.
En los últimos años, la instalación contaba con unos 200 trabajadores, organizados en tres turnos, 1 director, 1 químico, 3 ayudantes de laboratorio, 1 gerente y 1 médico.
En el recinto fabril vivían los trabajadores más especializados, el administrador de la fábrica, el médico y el jefe del taller, en casas independientes y en dos casas adosadas, vivían dos vigilantes permanentes del recinto.
(Extraído del artículo publicado en el especial de las fiestas de IDEAL de 2003 titulado “La Vega azucarera granadina”. Autores: Miguel Giménez Yanguas, José Miguel Reyes Mesa y Miguel Ángel Rubio Gandía)
En la fotografía carro de bueyes cargado de remolachas dirigiéndose a la factoría.
Curiosidades elvirenses.