Con ocasión de su designación como Autora Clásica del Año en Andalucía para 2021, poetas y estudiosos hablan de su obra y su legado

La escritora granadina Mariluz Escribano Pueo (1935-2019) será la Autora Clásica del Año en Andalucía, según ha comunicado la Consejería de Cultura de la Junta a través del Centro Andaluz de las Letras. Ello significa que durante el próximo 2021 será protagonista de un buen número de actividades culturales en toda la comunidad, incluyendo exposiciones, ciclos de conferencias, monografías y reediciones. En definitiva, se recordará al público lector andaluz la importancia de la obra de la autora, dándola a conocer y acercándola a todos los públicos. Autores como Ricardo Molina, Fernando Quiñones o Carmen de Burgos han tenido esta condición en los últimos años.

Según el comunicado de la Consejería, de la escritora se destaca «su talento, la multiplicidad de actividades que ha desarrollado y su modo de estar en el mundo. Si hay algo que la ha caracterizado ha sido su radical compromiso con el ser humano, ya sea en su faceta como docente, como columnista de prensa, como activista cultural, como líder ciudadana de una Granada sin brújula o como escritora polifacética».

La distinción llega para la granadina de forma justa, aunque póstuma. Escribano representa multitud de valores, no solo literarios, sino de actitud ante la vida y de defensa de las causas justas. Dotada de una profunda sensibilidad, quiso ser siempre una poeta no de conciliábulos, sino de consenso; no de abrir heridas, sino de cerrarlas; no de dividir, sino de unir en torno a iniciativas que preservaran la historia y el patrimonio de la ciudad. Su padre, Agustín Escribano, dirigió la Escuela Normal, donde se formó a los maestros granadinos durante medio siglo, y fue fusilado junto a las tapias del cementerio de Granada en los primeros meses de la guerra civil. Ella misma, junto con su madre, sufrió un destierro del que volvió con un amor a Granada acrecentado.

La escritora ejerció como columnista de IDEAL durante varias décadas, destacando en sus artículos un espíritu combativo pero respetuoso con la opinión del que disentía de sus postulados y, al mismo tiempo, como observadora minuciosa del entorno, del paisaje y del paisanaje. A su capacidad combativa y su eficacia al concitar voluntades se le deben, entre otros logros, el que Granada conserve el Carmen de los Mártires, que iba a convertirse en hotel de lujo. También fue la referencia de toda una generación de profesores de Literatura, merced a su responsabilidad como catedrática en la Universidad de Granada.

Entre sus obras más destacadas se encuentran ‘Desde un mar de silencio’ (1993), ‘Umbrales de otoño’ (2013), ‘El corazón de la gacela’ (2015), la antología personal ‘Azul melancolía’ (2016) o su último volumen, ‘Geografía de la memoria’ (2018). Entre sus obras de narrativa está ‘Diálogos en Granada’ (1995), ‘Cartas de Praga’ (1999), o su volumen de cuentos ‘Los caballos ciegos’ (2008). Entrañable resulta la descripción de su infancia en ‘Sopas de ajo’ (2001).

La profesora de la UGR y responsable del legado literario de Mariluz Escribano, Remedios Sánchez, destaca que con esta distinción «Andalucía reconoce, gracias a este gesto de la Consejería de Cultura, el valor inmenso de la poeta de la memoria y de la concordia civil, una autora que desde su cercanía y su compromiso con Granada supo construir una obra universalista desde su absoluta independencia. Por fin, con este nombramiento, vamos a trabajar con más fuerza para incorporar al canon escolar a una de las grandes voces silenciadas de este país, una escritora esencial, y eso es fundamental para construir la verdadera Literatura».

Fernando Valverde, poeta granadino y profesor en la Universidad de Virginia (EEUU), es uno de los grandes conocedores de la obra de la escritora granadina. Al hilo de esta distinción, afirma que «Granada está huérfana de paz. La marcha de Mariluz la dejó vacía, como una muchedumbre que camina sin saber el sentido de sus pasos. Puedo decir orgulloso que ella fue mi amiga. Puedo decirlo con orgullo y sin vanidad porque en las tardes que pasábamos juntos en su casa lo que hacía era aconsejarme, limpiarme de mi pena, enseñarme que el odio no sólo te hace daño sino también peor».

Referente

Y añade: «Mariluz Escribano, maestra de maestros, es un referente moral para cualquiera que crea en la paz y en la reconciliación. Su amor por Granada, la ciudad que asesinó a su padre, es la prueba de su inmensa capacidad de perdón. Es nuestra Antonio Machado. Hay dos cosas que te marcan de forma decisiva toda la vida: el lugar donde naces y el sexo con el que llegas al mundo. Esas son las razones por las que no pudo crear su obra al completo. Esas son las razones por las que no se la escuchaba, por las que se la discriminó».

Valverde destaca que «es de sabios corregir errores. Andalucía, con este reconocimiento a Mariluz, corrige un daño histórico». Y comenta que «en algún lugar, ella y Machado celebran que brindemos por la poesía y por la igualdad en la tierra de Federico. Gracias, Mariluz, por tu poesía, por tu ejemplo, por abrir puertas a miles de jóvenes que fueron tus estudiantes, por enseñarles que podían lograr cualquier cosa que se propusieran y que no, que no íbamos a detenernos hasta lograr ser iguales».

La poeta Trinidad Gan afirma que «repasando el otro día fotos en mi ordenador, encontré algunas de la Feria del Libro en que leímos juntas, y me gustó mucho compartir espacio con ella. Es de esas autoras que tardé en conocer, pero cuando lo hice descubrí una persona, más allá de la escritora, de gran calidad humana. La guerra, los años oscuros, fueron para ella un catalizador de alegría. Su poesía tiene la hondura de la nostalgia y el brillo del amor a las cosas pequeñas: la naturaleza, los pájaros, la familia, los libros… Me alegra mucho esta distinción, porque su obra así llegará a lectores jóvenes, que podrán conocer una obra que es puente entre nuestra historia y el futuro». Añade que, «en una etapa en que es preciso reivindicar el valor de los mayores, es necesario volver la vista al magisterio de personas como Mariluz. Y para mí, es igualmente clave el hecho de que sea una mujer que siempre nos defendió y volcó en su poesía muchos de nuestros anhelos».

Para Ángeles Mora, Premio Nacional de Poesía, «la obra de Mariluz Escribano tiene el valor del compromiso y la ética. Su postura con respecto a la vida fue muy valiente. No dejó ningún tema importante en el tintero, por doloroso que fuera. La suya es una poesía que, desde el horror vivido en su infancia, supo construir un discurso en el que brilló, sobre todo, la verdad». Y añade: «Tenemos en común el hecho de ser poetas de lo cotidiano. Siempre la vi como una autora valiosa, no reconocida suficientemente en su momento, como tantas mujeres que tuvimos que luchar por ser escuchadas en un panorama literario donde la igualdad no existía», por lo que ahora, afirma, «es muy importante esta distinción, que ayudará a que su obra se difunda entre las nuevas generaciones de lectores».

Amelina Correa, catedrática de Literatura de la Universidad de Granada, ha sido una de las investigadoras que abrieron los ojos del público para descubrir a un buen número de autoras no suficientemente reconocidas, entre ellas a Escribano. Comenta que «mi primer e imborrable recuerdo fue el de su nombre: sus padres fueron profesores de mis abuelos en la Escuela Normal de Magisterio, y ellos siempre los evocaban con afecto y admiración. Y de hecho, de entre la amplia y rica obra literaria de esta autora granadina que por fin alcanzará ahora proyección gracias a su nombramiento como Autora Clásica del Año por parte del Centro Andaluz de las Letras, sin duda mi favorita es su prosa, tan lírica y emocionante. Es el caso de ‘Paseo con mi padre’. Una vez que se lee, ya no se olvida».

 

FOTO:La poeta granadina Mariluz Escribano, Autora Clásica del Año 2021. / RAMÓN L. PÉREZ

https://www.ideal.es/culturas/mariluz-escribano-escritora-20201126213705-nt.html?fbclid=IwAR2cUJRDz9YaLEfoD4nAsq-pxgxKbOmdCOd2cML8sqlt1oh8BWSf5RuthWs

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