Dime dónde vives y te diré lo que gastas en el supermercado
El mismo producto puede llegar a costar hasta cuatro veces más dependiendo de la ciudad en la que se haga la compra
Un kilo de pollo, solomillo de cerdo, plátanos, tomates, limones, lentejas, macarrones, azúcar, jabón de manos, papel higiénico, yogures, leche, refrescos, cerveza… Aquí, la lista de la compra de una familia media española una semana cualquiera del año. Esto compran las familias gallegas, y las andaluzas, y las extremeñas… Pero a unas les cuesta más que a otras. ¿Cuánto? Hasta un 40%. Es la diferencia de precio en el carrito de la compra –un carro con exactamente los mismos productos– en función de la ciudad donde se resida y la cadena de supermercados donde se haga la compra. El cálculo es el resultado de varios estudios de mercado realizados por la Organización de Usuarios y Consumidores (OCU).
No es una estimación, sino una cuenta exacta. Aquí un ejemplo: Un paquete de medio kilo de macarrones de la misma marca cuesta 0,48 euros en Badajoz y 0,70 en Las Palmas de Gran Canaria.
Más: unas galletas de desayuno. En algunos supermercados de Madrid se pueden encontrar por 80 céntimos, mientras que ese mismo paquete de 800 gramos en el municipio madrileño de Alcobendas cuesta 2,08 euros, más del doble.
Para ilustrar estas diferencias, la OCU ha elaborado para este periódico una cesta de la compra con una treintena de productos básicos de las diferentes secciones del supermercado (frescos, droguería, alimentación envasada…) y ha comparado los precios que se cobran en cada ciudad por idénticos artículos.
Las diferencias son considerables. De hecho, si comprásemos esos treinta productos en los municipios donde son más baratos, el ticket no superaría los 50 euros. Y hasta 80 euros tendríamos que desembolsar al pasar porcaja si los adquirimos en las ciudades más caras.
Pongamos un ejemplo práctico y llamativo para ilustrar esta amplia horquilla de precios: hoy cenamos pechugas de pollo, ensalada de tomate y un refresco. Si los ingredientes de esta comida los compramos en un supermercado de Sevilla pagaremos por un kilo de pollo fresco y limpio 1,75 euros, mientras que en un ‘súper’ de Bilbao la misma cantidad y calidad de pollo nos costará 4,85 euros. En el caso de los tomates –son de la misma variedad–, nuestra ensalada saldría cuatro veces más cara en Lérida que en Badajoz. Y en cuanto al precio del refresco, las ciudades catalanas se llevan la palma: 1,92 euros tendríamos que pagar por dos litros de refresco de cola en Tarragona y Barcelona, frente al 1,19 que cobran en Murcia. Es decir, la misma cena puede llegar a costar hasta tres veces más en función de la ciudad en la que se compren los productos.
«La diferencia en el precio del refresco se debe fundamentalmente al impuesto a las bebidas azucaradas aplicado por la Generalitat de Cataluña. En el resto de casos, el baile de precios suele estar vinculado al nivel de vida de cada ciudad. También puede ocurrir que el producto más caro y más barato esté en el mismo municipio, como pasa con los limones en Leganés», precisa la portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu.
Al margen del precio de unos cuantos productos concretos, la ciudad española más barata en general para hacer la compra sigue siendo Jerez de Frontera (Cádiz), seguida de Teruel, Zamora y Ciudad Real, mientras que en el otro lado de la balanza se sitúa Las Palmas de Gran Canaria, donde la misma compra cuesta un 13% más de media que en la localidad gaditana. Le siguen muy de cerca Palma de Mallorca, Barcelona, Bilbao, Barakaldo, Getxo, San Sebastián y Lérida, según los datos del último estudio de supermercados realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios.
Ahora bien, dentro de una misma ciudad las diferencias de precio entre un supermercado y otro son tan significativas que los consumidores pueden llegar a ahorrarse una media de 971 euros en su cesta de la compra anual si eligen siempre la opción más barata, una cantidad que representa el 20% del gasto medio por hogar.
Subida general de precios
El ahorro máximo se consigue en la ciudad de Madrid, donde el abismo entre el supermercado más barato y el más caro suponen 3.226 euros de diferencia al cabo de un año, «debido sobre todo a la gran diversidad de oferta comercial con la que cuenta la capital de España», precisan en la OCU. Por el contrario, Cuenca es la ciudad donde más difícil resulta ahorrar –o gastar de más–, ya que solo hay 247 euros de diferencia entre el establecimiento más caro y el más barato. Además de Madrid, las ciudades donde el consumidor puede guardarse un ‘piquito’ si recorre los supermercados en busca de las mejores ofertas son Alcobendas (2.690 euros), Barcelona (1.966 euros) y Gerona (1.632 euros). En el otro extremo, las localidades como Ciudad Real, Ávila o Soria, donde l
as diferencias de precio entre establecimientos apenas suponen 300 euros al año. «Al final, es en las ciudades grandes, donde hay una oferta diversificada que atiende a perfiles de consumidores muy diferentes, donde es más sencillo ahorrar», concluye el estudio.
En cualquier caso, este 2020 está siendo un año extraño para los supermercados y «todos estos cambios también han tenido su lógico reflejo en los hábitos de compra de productos de alimentación, droguería e higiene. Con la irrupción del coronavirus en nuestras vidas gastamos más en productos que antes consumíamos en bares y restaurantes como cerveza, aperitivos o carnes de mayor calidad, pero también hay cada vez más hogares que se han pasado a la compra ‘online’», explica Izverniceanu.
Por otro lado, el estudio llama la atención sobre la subida generalizada de los precios. Un 64% de los más de 200 productos analizados por la organización son más caros que el año pasado, sobre todo los alimentos frescos, que han experimentado una subida media del 5%. Además, más de la mitad de los artículos ofertados en los supermercados «se han encarecido por encima del presupuesto de las familias, lo que significa que no solo son más caros, sino que el esfuerzo para comprarlos es mayor».
Sánchez Carvajal, la cadena más cara un año más
Los supermercados de la cadena madrileña Sánchez Carvajal, la tienda online Ulabox y la enseña catalana Sorli Discau encabezan un ejercicio más la lista de los comercios más caros del país elaborada cada año por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en la que se analiza el precio de más de 200 artículos en un total de 1.062 tiendas de las 17 comunidades autónomas. El que también repite puesto es el hipermercado de Alcampo en Coia (Vigo), pero en su caso lo hace como el supermercado más barato de todos los estudiados por la OCU, hasta un 80% más económico que las tiendas de la cadena Sanchez Carvajal.
En cualquier caso y pese a que las diferencias todavía son muy llamativas, este año llama la atención el ‘acercamiento’ de precios entre los supermercados más exclusivos y los más económicos.
Por ejemplo, si el ejercicio pasado la diferencia de precio entre los productos que se venden en la cadena madrileña y los ofertados en supermercados Dani –uno de los más baratos– superaban el 78% de media, en esta ocasión esa brecha se sitúa en el 66%.