Las temperaturas pueden subir hasta 6 grados en Sierra Nevada al final de siglo
Hasta 84 evidencias del impacto del cambio global sobre los ecosistemas de Sierra Nevada se han constatado en el observatorio puesto en marcha en 2007 en este espacio natural, un laboratorio único que afronta nuevos retos.
Para 2100, las temperaturas máximas aumentarán entre 2 y 6 grados en Sierra Nevada, mientras que las mínimas experimentarán un aumento de entre 1 a 4. Es una de las predicciones fruto del trabajo desarrollado por el Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada, recopilado en un trabajo presentado este martes en Granada.
Son proyecciones para el futuro establecidas en diferentes escenarios de emisiones de gases invernadero y que según destacan los investigadores, coinciden con los valores apuntados en estudios regionales y también para el ámbito de la Península Ibérica. Las predicciones «más severas» plantean un futuro con promedios de temperaturas máximas 6 grados más altos, y 4 en el caso de las mínimas; y pese a ser el escenario más duro, concuerdan con los patrones de otros estudios.
El aumento de las temperaturas es una tendencia de los últimos 50 años, periodo en el que se ha registrado de manera paralela una disminución de las precipitaciones que afecta prácticamente a la mitad del territorio del macizo. Las zonas más occidentales de Sierra Nevada son las que han sufrido más esta tendencia, a diferencia de la zona oriental, donde las precipitaciones proceden de perturbaciones climáticas generadas en el Mediterráneo, que parecen estar aumentando como consecuencia del calentamiento del mar.
A diferencia de las temperaturas, para la predicción de las precipitaciones los investigadores advierten que la «alta incertidumbre» de las simulaciones para esta variable. Con esa reserva, plantean que los modelos predicen una reducción de estas precipitaciones.
No son las únicas evidencias del cambio global. Hasta 84 han constatado los científicos y agentes implicados en el Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada, que arrancó en 2007 y en el que participan los técnicos, gestores y agentes de la Consejería de Medio Ambiente, del propio espacio de Sierra Nevada, así como investigadores de la Universidad de Granada y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Una menor duración de la cubierta de la nieve, cambios importantes en las lagunas de alta montaña, desplazamiento de especies y cambios en el uso de los suelos son algunos de los aspectos que se detallan en «La huella del Cambio Global en Sierra Nevada: Retos para la conservación», título bajo el que se presenta de manera resumida y asequible una investigación de años, tan valiosa que se mostrará en la cumbre sobre el cambio climático que se celebrará en París a finales de mes.
De Observatorio a Laboratorio con un nuevo proyecto europeo
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, ha presentado en Granada el proyecto Life Adaptamed, un programa que pretende definir las herramientas con las que mejorar la capacidad de adaptación de ecosistemas mediterráneos vulnerables al cambio climático. En concreto, el programa se centrará en los espacios naturales de Sierra Nevada y Doñana, y en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar. Los tres, Reserva de la Biosfera declaradas por la Unesco.
Fiscal ha indicado que se trata de desarrollar y difundir medidas de gestión para paliar los efectos de la elevación de temperatura global provocada por el cambio climático en ecosistemas claves, cuyos servicios son básicos para el desarrollo socioeconómico de la población, entre otros: retención de suelos, polinización, mantenimiento de pastos, regulación de la temperatura, provisión de agua, prevención de incendios forestales o desertificación. En este sentido, los estudios realizados por el Observatorio de Cambio Global han sido determinantes para conseguir este proyecto.
Las acciones llevadas a cabo en el marco de este proyecto proporcionarán datos, experiencias y herramientas a otros gestores, propietarios y grupos de interés para hacer frente a las mismas amenazas. Estas medidas van dirigidas también a la consolidación a largo plazo de la Red de Observatorios del Cambio Global en Andalucía.
Esta iniciativa, que cuenta con un presupuesto cercano a los 5,5 millones de euros, tendrá una duración de cinco años.
Este LIFE liderado por la Consejería de Medio Ambiente, incluye socios del ámbito investigador y académico, como la Universidad de Granada (UGR), a través del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía; la Estación Biológica de Doñana, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); y la Universidad de Almería, a través del Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global. Asimismo, el Consorcio del Parque de las Ciencias apoyará principalmente acciones de educación ambiental y difusión y el Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN asegura una articulación del proyecto en el ámbito internacional, principalmente mediterráneo. En este proyecto participa también la Agencia de Medio Ambiente y Agua, empresa pública adscrita a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, y la empresa Aguas Font Vella y Lanjarón, S.A. con su apoyo financiero.
Este LIFE cuenta además con la colaboración de los grupos de interés de los territorios implicados como ganaderos, y representantes del sector turístico o empresarial, entre otros.
En la presentación del proyecto, la rectora de la UGR, Pilar Aranda, ha destacado que la participación de la institución en la estrategia europea 2020 se está viendo «muy fortalecida» con proyectos en los que colaboran distintas disciplinas, con los que se obtiene un «éxito» impensable hace unos años. Aranda ha elogiado en este sentido el esfuerzo de los distintos grupos de investigación y, en el caso concreto de este Life Adaptamed, la experiencia de su coordinador, el científico Regino Zamora, dedicado desde hace muchos años a la investigación del impacto del cambio global.
El observatorio de Sierra Nevada, referencia mundial
El Life Adaptamed aprovechará la extraordinaria diversidad ecológica que encontramos en Andalucía y que permite pasar de una zona semiárida como Cabo de Gata a un humedal costero como Doñana y, finalmente ascender a la alta montaña nevadense. Este enfoque permite cubrir aspectos biofísicos y económicos complementarios que enriquecen el proyecto y que fortalecen su noble aspiración de extender los resultados a otras zonas del planeta. Otro aspecto resaltado por el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha sido la referencia internacional que ha adquirido el Observatorio de Cambio Global del Espacio Natural Sierra Nevada. Este observatorio andaluz es, tras ocho años de trabajos e investigación, un modelo para instituciones como la Unesco o la Federación Europea de Parques (Europarc); y para países como Brasil o Chile, que están importando su modelo de gestión para desarrollar actividades similares.
Entre los resultados recopilados por el Observatorio se constata una reducción de la cubierta de nieve, un recurso base para actividades económicas como el esquí o reserva de agua y que es un elemento «fundamental» para entender muchos de los procesos ecológicos que se desarrollan en los ecosistemas de montaña, más importante aún -destaca el estudio- en un contexto de cambio global. Se han recopilado estos datos mediante muestreos in situ combinados con otras técnicas y que incluyen un seguimiento conimágenes tomadas por satélite.
Una de las conclusiones respecto a la capa de nieve es «la gran heterogeneidad espacial y temporal» de la misma. La profundidad de la nieve, señalan las conclusiones, puede cuadruplicarse entre dos años consecutivos dependiendo de las condiciones climáticas locales.
Se observa también ‘una clara tendencia’ hacia la reducción de la duración de la presencia de nieve. Cada vez nieva más arde y la nieve se funde antes en primavera, añade el trabajo, que alerta del continuo proceso de degradación de los hielos glaciares ‘relictos’ y el ‘permafrost’ -la capa que permanece congelada-
Impactos del cambio global en los ríos y lagos de montaña
Los sistemas acuáticos de Sierra Nevada constituyen ambientes «extremadamente sensibles» a los cambios ambientales. Ha subido la temperatura del agua de los ríos, en 1,63 grados, ha descendido el caudal y se ha deteriorado la vegetación de ribera, en una combinación que acentúa las repercusiones y que están poniendo en peligro el «delicado equilibrio» de estos sistemas y de los organismos que viven en ellos.
Se detienen las conclusiones en las lagunas de origen glaciar, 74 en total, que son «auténticos centinelas del cambio global», al mostrarse «extremadamente sensibles a anomalías climáticas» como los incrementos de la radiación ultravioleta o la deposición de polvo atmosférico procedente del Sáhara, afectando po rejemplo a la presencia de algas ‘mixotróficas’, «seriamente afectadas».