De un derecho laboral a la corresponsabilidad de cuidar
España ha avanzado a pasos agigantados: de las dos semanas para las madres a las 16 para ambos progenitores, intransferibles y remuneradas. Pero los datos siguen mostrando que es un asunto de ellas.
Lejos quedó el entender la conciliación como un problema exclusivo de las mujeres. Hoy en día, hablar de conciliación es hablar de corresponsabilidad de los cuidados.
En los últimos 20 años España ha cambiado mucho en este aspecto. Fue a finales de 1999, un año antes del nacimiento de 20minutos, cuando el Gobierno, entonces al mando de José María Aznar, aprobaba la primera ley para promover la conciliación, entendida en ese momento como la necesidad de compaginar el trabajo y la familia. El objetivo de aquella primera norma era flexibilizar los permisos de maternidad, equipararlos a la maternidad adoptiva, prohibir el despido por embarazo y establecer una prestación económica en caso de baja laboral durante el mismo.
Ocho años después, con José Luis Rodríguez Zapatero como jefe del Ejecutivo, entró en vigor la ley de igualdad, la cual obligaba a las empresas de más de 250 personas en plantilla a negociar con los agentes sociales planes de igualdad y reconocía dos semanas de permiso para los varones. Desde entonces, se suceden las promesas de ir ampliando este derecho pero no es hasta 2017 cuando aumenta a cuatro semanas para los varones.
El 92,3% de las excedencias por cuidado de hijos, solicitadas por las madres
Hace apenas un año, en 2019, se estableció mediante real decreto la igualación progresiva de los permisos de nacimiento, acogida y adopción, de forma intransferible y 100% remunerados. Un «avance histórico», defiende la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Cifras demoledoras
Sin embargo, las cifras son demoledoras. Según los últimos datos disponibles del Instituto de la Mujer, en 2017 el 92,3% de las excedencias por cuidado de hijos fueron solicitadas por las madres. Un porcentaje que en 2005 se situaba en el 96,6%. Los padres que solicitan este permiso representan una parte ínfima del total: apenas 946 pidieron excedencia en 2005, cifra que ha ido ascendiendo año a año pero que en 2017 se queda todavía en 3.363, frente a 40.536 mujeres.
En cuanto al tiempo dedicado a cuidar del hogar y la familia, tampoco hay diferencias. En 2002 las mujeres empleaban una media de 4h 24′ al día, mientras que los hombres 1h 30′. Los últimos datos, de 2010, indican una tímida reducción de este desequilibrio, con 4h y 7′ para las mujeres y 1h 54′ para los hombres. En cuanto a las reducciones de jornada, las mujeres también son las que más renuncian: el 95,2% de las reducciones de 2018 las cogieron ellas, un porcentaje que en 2005 se situaba en el 97,9%.
«El gran reto es que las políticas de conciliación y corresponsabilidad no se conciban solo como subsidiarias de los derechos laborales»
«El gran reto que quiere abordar el Ministerio de Igualdad es que las políticas de conciliación y corresponsabilidad no se conciban solo como subsidiarias de los derechos laborales de las personas, porque eso es fundamental, pero necesitamos comprender que esto va más allá del empleo y que tiene una dimensión de igualdad que es clave. Tenemos que explorar el cuidado en igualdad y eso precisa que tanto el Estado como nuestro tejido empresarial nos hagamos corresponsables de dicho cuidado, porque eso supondrá ser conscientes de que la sostenibilidad de la vida debe ser el principio rector de nuestro diseño socioeconómico», ha declarado Irene Montero a 20minutos.
La «trampa» de la letra pequeña de la ley
En enero de 2021 entran en vigor las 16 semanas de permiso por nacimiento o adopción para los varones (o progenitor/a distinto a la madre). Será entonces cuando finalice el periodo de igualación de este derecho para ambos progenitores previsto en el RD 6/2019. Sin embargo, la letra pequeña de esta norma esconde una «trampa».
Según lamentan desde la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA), conforme ahora mismo está redactado el decreto, las primeras seis semanas deben tomarse a partir del nacimiento, y por tanto simultáneamente. Mientras que el resto del permiso debe acordarse con la empresa, que puede forzar el disfrute a tiempo parcial y/o en determinadas fechas.
Este detalle, denuncian, «desvirtúa seriamente la utilidad del permiso». Por ello, demandan que antes de que acabe 2020 se reforme la ley para «que los padres puedan cubrir el periodo entre el fin del permiso de maternidad y la escuela infantil. Así, las madres no se verían obligadas a prolongar su permiso con reducciones de jornada y/o excedencias», reprueban.
Así pues, si bien en los años más recientes se ha avanzado a pasos de gigante, conciliar en España sigue siendo una ardua batalla que se lidia mayoritariamente en femenino.
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