Se llama Darío, tiene 23 años y suya es la idea más brillante de toda España
El proyecto de este biólogo murciano consiste en imprimir en 3D órganos de pacientes enfermos para que los médicos puedan ensayar esa cirugía antes de operar. Calcula que empezará a comercializarse antes de que acabe el año.
Los fabrica con la misma textura y consistencia que el original. Utiliza impresoras 3D, máquinas de inyección, un software aplicado con algoritmos específicos y… un TAC o una resonancia magnética. Es el instrumental que Darío García Calderón necesita para reproducir órganos, sí, órganos de pacientes enfermos con el objetivo de que los cirujanos que vayan a operarles puedan practicar antes de la intervención y minimizar así los riesgos en operaciones complejas.
Tras graduarse en Biología y cursar un máster en Investigación Clínica y Aplicada en Oncología, este murciano de 23 años acaba de recibir el premio a la idea joven más brillante de España en el concurso anual que organiza El Ser Creativo y que patrocina Adecco, dotado con 10.000 euros. Sin embargo, Darío huye de la etiqueta brillante: «Para nada, ni mucho menos». «Sólo soy un trabajador que con mucho esfuerzo está intentando sacar adelante su proyecto», insiste.
La reproducción de órganos en 3D podría ser especialmente útil en enfermedades hepáticas y cirugías mamarias
Asegura que con la tecnología que ha desarrollado es capaz de reproducir cualquier órgano. No quiere dar demasiadas pistas pero sí adelanta que su empresa, Cella Medical Solutions, ya ha conseguido ‘calcar’ un hígado y que el tiempo para conseguirlo oscila entre cuatro y siete días. Explica que la reproducción de órganos en 3D podría resultar especialmente útil en enfermedades hepáticas: «Para un cirujano es una intervención difícil porque al ser opaco el hígado, no ve lo que opera. Los órganos que fabricamos en 3D son transparentes precisamente para que se vean por dentro».
«Necesitamos el diagnóstico por imagen del paciente (TAC), un software aplicado nos permite crear un modelo tridimensional del órgano y luego con otra serie de maquinaria e instrumental le damos la forma adecuada. Se fabrica con la misma consistencia que el original, para que pueda ser operado y suturado con las herramientas quirúrgicas habituales», detalla.
También contribuiría en gran medida en cirugías mamarias, «donde el resultado estético es muy importante a la vez que se cumplen los resultados oncológicos», según describe a Vozpópuli. Sin embargo, aclara que no tiene sentido hacer una impresión 3D para quitar unas piedras en la vesícula: «Hablamos de cirugías donde es muy importante la planificación quirúrgica debido a cualquier tipo de riesgo para el paciente».
«No me considero una persona brillante, sólo alguien muy trabajador», dice Darío García Calderón
«Totalmente asequible»
Por ahora, todo marcha viento en popa. Afincados en el Instituto Tecnológico de Murcia y en colaboración con el Departamento de Ingeniería en Sistemas de Telecomunicación, asegura que las primeras impresiones han sido «muy buenas». «Ha tenido buena aceptación porque han sido los propios médicos los que nos han hecho llegar esa necesidad. Es un paso más hacia la planificación quirúrgica, que es una etapa crítica en cualquier cirugía y más aún en una cirugía oncológica. También contribuye a que esa cirugía sea más óptima y precisa», comenta al respecto.
Una vez supere la fase de prototipado y de validación científica, pasarán a comercializarlo. El murciano calcula que antes de final de año la habrán adquirido varios hospitales de España. No adelanta costes ni centros, sólo que será «totalmente asequible para la sanidad pública, y por supuesto, para la privada». Aunque las pruebas de prototipado sólo las ha realizado en centros privados, recalca que su intención es abordar ambas vías.
De momento, los 10.000 euros que ha ganado con el premio los va a destinar a continuar con la fase de validación y a adquirir impresoras. «Nos da un respiro», confiesa, añadiendo que hasta ahora se financiaban a través de ahorros propios y de la familia, con la que comparte el reconocimiento. «También es una alegría para mí verlos emocionados, eso me da más ganas para trabajar», cuenta. Y en ello seguirá, aunque algunos de sus ratos los dedique a practicar vela y ajedrez, forjando a base de tiempo y esfuerzo la elegida idea más brillante de España.