Una experta da todas las claves sobre los terremotos en Granada: «Creo que la intensidad no irá a más»

La longitud de la Falla de la Vega no anticipa, en principio, temblores muy superiores a 4,5, pero los expertos advierten de que el enjambre sísmico podría durar varios meses

 
Cuando la naturaleza muestra sus garras, sucede exactamente lo que ocurrió ayer: pánico. Partiendo de la base que, en relación a la inmensa línea del tiempo, la medición generalizada de los terremotos solo abarca el periodo de los últimos cincuenta años ¿tenemos motivos para estar preocupados en Granada? Según Ana Crespo Blanc, profesora del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada, «en función de todo lo que sabemos, creo que no irá a más». Bajo su punto de vista, es poco probable que haya seísmos de magnitud mayor por un motivo fundamental, «porque se puede establecer una relación de proporcionalidad entre la longitud de la falla y la intensidad». Y en el caso de la capital y el área metropolitana, que se asientan sobre diez fallas activas, ninguna de ellas supera los veinte kilómetros. En este punto conviene hacer una comparación que tiene poco de odiosa. La de San Andrés, en California, mide 1.287 kilómetros -las imágenes desde el aire son sencillamente impresionantes- y ha provocado auténticos desastres como el de San Francisco de 1906, que fue de 7,9 grados frente a los 4,4 de ayer en Granada.
Ciudadanos en las calles tras los terremotos de ayer por la noche.
  Ciudadanos en las calles tras los terremotos de ayer por la noche. / PEPE MARÍN

Pero cuidado, advierte Ana Crespo, la capacidad de causar daño y alarma de unos temblores no depende tan sólo de que sean más o menos potentes, sino que hay una serie de factores muy importantes que deben de tenerse en cuenta. El primero de ellos es la profundidad. Los que se están produciendo en las últimas semanas en Granada tienen un epicentro relativamente cercano a la superficie -ha habido uno de la serie que se produjo a tan solo un kilómetro-. Esto hace que la percepción de la sacudida sea mayor, que lo sienta un mayor porcentaje de población, y que se mueva todo. En la Falla de Nigüelas, la única denominada como tal por su interés sismológico -los sismos recientes se están produciendo en una bautizada genéricamente como la Falla de la Vega-, hubo uno de 6,3 hace relativamente poco, pero fue a 620 kilómetros de profunidad, por lo que pasó desapercibido. Pocos se enteraron.

 
Daños en el patrimonio de Santa Fe. / PEPE TORRES /EFE

Pero hay otros aspectos que conviene tener muy en cuenta. ¿Se han preguntado en alguna ocasión por qué la Alhambra se mantiene inmune a tanto terremoto? Pues básicamente porque está construida sobre roca, al igual que muchos de los barrios de Granada que se sitúan por encima de la cota setecientos. Por eso no se aprecian igual los temblores en el Albaicín, por ejemplo, que en Atarfe o en gran parte de la Vega. Porque todos esos municipios se levantaron sobre sedimentos y arenas, sobre material no consolidado en definitiva. Las ondas impactan más sobre un terreno menos consistente.

Desprendimiento de elementos en las viviendas.
Desprendimiento de elementos en las viviendas. / RAMÓN L. PÉREZ

Sigamos despejando incógnitas en la medida que la ciencia pueda ofrecer respuestas -con todos los condicionantes que supone el hecho de que queda mucho por conocer y que resulta casi imposible predecir con cierta precisión cuándo se producirá un nuevo terremoto-. Partimos de la base de que Granada es una zona catalogada de alto riesgo sísmico y, en consecuencia, no estamos ante algo que no sea ciertamente habitual.

Enjambre sísmico

Lo que está acaeciendo ahora se llama de forma muy descriptiva como ‘enjambre sísmico’. Y esto explica que la frecuencia sea mayor. Se produce un movimiento en la falla y lo normal es que después haya otros, de menor fuerza, en otros puntos de esa misma falla que inicialmente -valga la expresión- se habían quedado quietos. Éstas son las réplicas. Este martes por la noche se encadenaron cada dos y tres minutos. «Parece que esto nunca acaba», decía alguien en las redes sociales. ¿Qué pasa? Pues que este enjambre podría durar perfectamente varios meses. O sea que paciencia y a seguir las recomendaciones de Protección Civil. En este sentido, Ana Crespo considera que es mucho más seguro guarecerse dentro de la propia vivienda -debajo de las mesas o en el quicio de las puertas- que echarse a la calle, con el peligro de que se pudieran desprender elementos de los edificios como cornisas o balcones.

Una de las fallas inactivas de Granada.
Una de las fallas inactivas de Granada. / JORGE PASTOR

Y por último ¿por qué Granada? Pues por su localización. Estamos en el límite de una placa donde hay deformaciones como la formación hace millones de años de la cadena Bética, en el sur de la Península Ibérica, y la Rifeña, en el Norte de África. También multitud de fallas, entre ellas las diez activas -hay otras muchas que ya no lo son- que afectan directamente a Granada y el cinturón. La cuestión es que África, que gira de manera contraria a las manecillas del reloj, se aproxima medio centímetro al año a Europa por la zona de Gibraltar. Ahí, en este choque de placas, se produce la energía que luego se desprende en las fallas de Granada.

 
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