CARTA PUBLICADA A NUESTRO PAISANO D. JOSE VAQUERO EN EL IDEAL DEL DIA 1 DE FEBRERO

 
Sr. Director de Ideal: Hace unos meses, todos los días, a las 8 de la tarde, desde las ventanas, terrazas o balcones de nuestros domicilios, aplaudíamos a rabiar a nuestros sanitarios.
 
Les agradecíamos, de esta forma, su comportamiento heroico en esta pandemia. Hoy, 29 de enero, leo en Ideal una noticia que informa de la concentración de profesionales del sector para protestar por el malestar que sienten ante las agresiones sufridas. La última a una doctora del Hospital Virgen de las Nieves. ¿Los que antes eran unos héroes, ahora son unos villanos a los que hay que agredir? No es justo.
 
Ellos no deben pagar la escasez de recursos humanos y materiales con los que trabajan. Son muy pocos para atender a muchos. Pero esto no lo comprenden unos energúmenos que, agrediéndolos, lo están haciendo con toda la sociedad. Como se leyó en el manifiesto de la concentración, la sociedad no puede tolerar estos hechos que denigran y hacen un daño irreparable a unos profesionales que ya están en un momento delicado, cansados y hartos de soportar tanto trabajo, sufrimiento y dolor. No nos olvidemos que han visto caer a muchos compañeros y ellos mismos están expuestos a ello.
 
Por tanto, a través de estas palabras, no sólo quiero expresar mi rechazo a estos comportamientos, sino mi agradecimiento, admiración y reconocimiento a todos los sanitarios. Sin su contribución y esfuerzo, ahora tendríamos que lamentar muchas más víctimas. Pero su generosa actitud ha de acompañarse de unas condiciones laborales adecuadas al desempeño de su función y de un tratamiento respetuoso. La agresión física es la señal más evidente del fracaso de una sociedad. Cuando la intolerancia se convierte en norma de conducta, sus cimientos se tambalean. En estas circunstancias es cuando más echamos en falta la necesidad de una buena educación.
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