«LA LIBERTAD SE APRENDE EJERCIÉNDOLA» por Maria Serra
En los últimos días España está viviendo unos momentos de tensión y enfrentamiento en las calles. Violencia, reivindicaciones, destrozos, vandalismo y represión. Podrían ser algunas de las palabras para describir las imágenes que llegan desde diferentes rincones del país.
Rincones que a veces no están tan lejos como pensamos. Las redes nos distancian de la realidad pensando que aquello está muy lejos de nuestra situación pero a veces solo es necesario levantar la cabeza y analizar más allá de lo que los grandes medios nos enseñan (por no decir “imponen”).
Todo empezaba en Linares (Jaén). Los primeros titulares fueron desalentadores:
“Detenidos dos policías nacionales en Linares por la agresión a una niña de 14 años y a su padre” – El País
“Acusan a dos policías en Linares de lesiones con ensañamiento a padre e hija” – Agencia EFE
“Nariz rota y fisura en la córnea, las heridas tras la paliza de dos policías en Linares” – Hora Jaén
El País relata los hechos:
Dos agentes de la Policía Nacional, uno de ellos el subinspector de la comisaría de Linares, han sido detenidos en la localidad jienense acusados de una agresión, cuando estaban fuera de servicio, a un hombre y a su hija de 14 años en la terraza de un bar. Los dos agentes, que este sábado han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de la ciudad, están siendo investigados tras la difusión de varios vídeos en las redes sociales donde se les ve propinar una paliza al hombre y a la adolescente tras una fuerte discusión en una terraza.
Después llegó el caos. Los vecinos de Linares salieron para defender sus derechos y denunciar la violencia ejercida por los dos individuos contra la menor y su padre. Las manifestaciones acabaron con la detención de 13 personas y 19 agentes heridos.
Según relatan diferentes medios, “durante los hechos se han producido daños personales a número indeterminado de personas por los enfrentamientos con los antidisturbios”. Primera vez que aparecen los antidisturbios. Y no será la última.
Resulta curiosa la facilidad con la que los Cuerpos de Seguridad mandan antidisturbios cuando se trata de la defensa de derechos. Los hechos están ahí, violencia desmedida protegido en el sentimiento de impunidad.
El auto del juez publicado el pasado sábado, por el que mandó a la cárcel a los dos acusados, describe la agresión como “violencia atroz”, “desproporción en la actuación”, “desagradable agresión” y “sentimiento de impunidad”. El juez considera a ambos presuntos autores de un delito de lesiones agravadas por el empleo de métodos peligrosos para la salud física de las víctimas y la mediación de ensañamiento y abuso de autoridad.
MARCHA NEONAZI
Con esta polémica y la posterior violencia que vimos en las manifestaciones (totalmente legales y amparadas en la Constitución) vino el segundo gran acontecimiento en pocos días.
La Marea, medio público español, destapó el pasado 15 de febrero una marcha de neonazis en Madrid en honor a la División Azul. Ocurrió el 13 de febrero.
“El judío es el culpable. El enemigo siempre va a ser el mismo”: 300 neonazis homenajean en Madrid a la División Azul”
Este fue el titular con el que el periodista Miquel Ramos descubrió uno de los hechos más desagradables. Acompañado de un vídeo en el lugar de los hechos, con banderas de España (una vez más, utilizada para representar al fascismo y el nazismo) y brazos en alto. Ni un policía (de servicio). Una vez más, resulta curiosa la falta de facilidad de los Cuerpos de Seguridad para mandar antidisturbios a marchas franquistas, fascistas o neonazis.
Tras el revuelo que provocaron estas imágenes (insisto, destapadas únicamente por La Marea), el mismo día, la Comunidad de Madrid pidió a la fiscalía la investigación de la marcha neonazi. Embajadas de Israel, Rusia y Alemania expresaron también su repulsión hacia estos hechos. El rechazo fue obvio en algunos entornos pero lo fue tanto en otros.
El silencio por parte de partidos políticos, administraciones y medios españoles fue atronador. Lo importante seguía siendo que los manifestantes de Linares fueron demasiado “violentos”.
PABLO HASÉL
Y cuando pensábamos que la marea se había calmado, llegó el golpe definitivo. Pablo Hasél; rapero español condenado a prisión por enaltecimiento del terrorismo. Antes había sido condenado por el mismo delito a dos años de prisión, pero la Audiencia Nacional la dejó en suspenso porque no tenía antecedentes. Todo ello en letras de canciones y tuits.
https://elpais.com/espana/2021-02-18/las-rimas-que-llevaron-a-hasel-a-la-carcel.html
En el anterior enlace aparecen las sentencias con el contenido por el que el rapero ha acabado condenado. España se dividió en una especie de oleada en la que algunos piensan que esta condena ataca directamente a la libertad de expresión. ¿Cárcel por unos tuits y letras de canciones? Injurias a la Corona.
Es irónico, a veces, la protección blindada con la que cuenta la Corona y el amparo en la “libertad de opinión” cuando el ataque va hacia el ciudadano de a pie. Hacia las clases bajas.
Este último acontecimiento, añadido a la agresión de Linares y la manifestación neonazi en Madrid, supuso la eclosión final de gran parte del pueblo español. Mientras la cuerda se tensaba, las actuaciones de nuestros “superiores” y del sistema no ayudaba. Y no ayudó.
Vuelta a las manifestaciones. Esta vez, masivas y en ocasiones, desatadas. Por ambos lados. Llegaron los antidisturbios (esta vez sí), y con ellos, la violencia. La represión. En una manifestación por la libertad de expresión. En una manifestación en la que se ejerce un derecho recogido en la Constitución. Quizás se puede estar más o menos de acuerdo con las ideas reivindicadas, con la forma o el momento pero el derecho es irrefutable.
Hay mucha confusión y demagogia en este tema en redes y medios. Para variar. Lo cierto es que esto ya no es por Pablo Hasél. No es por unas rimas, no es por un rapero ni es por una condena. El hartazgo de esta parte de la población va más allá que todo eso. El problema es que hay quien no lo ve, o no lo quiere ver. No es justificación, simplemente expongo los hechos.
Los medios entonces se llenaron de imágenes y videos de manifestantes. Solo manifestantes. Y violentos. De los que queman contenedores y saquean tiendas. Que sí, los había y los hay. Pero hay otra parte del escenario que no muestran. Los pacíficos también están. También se reivindican. Pacíficamente. Aunque claro, quizás esas imágenes no venden tanto. Cierto.
En cualquier caso, las actuaciones tanto por parte de los manifestantes como de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad han sido desacertadas. Quizás unas más que otras.
Y todo esto, en una democracia. En nuestro país. En Madrid, Barcelona, Granada, Jaén…En una democracia plena con un gobierno de coalición de izquierdas, supuestamente.
La libertad de expresión conlleva una libertad de pensamiento posterior. Hacer autocrítica, análisis y esquivar las influencias de los hilos conductores. Contrastar, informarse y formar una opinión independiente. No podemos exigir aquello que no sabemos ejercer. Tampoco podemos pretender pensar que estos son hechos puntuales. No lo son. Y seguirán ocurriendo, las manifestaciones y la violencia. Porque los derechos de los que ahora gozamos no se consiguieron con un “por favor”.
“La libertad se aprende ejerciéndola”
“Nos habéis enseñado que ser pacíficos es inútil”
VÍDEO: https://twitter.com/repressiu/status/1363234058310942724
VÍDEO: https://twitter.com/JuanPrieto10/status/1363261129678536710