24 noviembre 2024

El Centro de Documentación Musical conserva el piano donde José del Castillo y Blas Infante armonizaron música y letra, y también la partitura oficial de Manuel Castillo

La comunidad autónoma de Andalucía cuenta entre sus símbolos principales con la bandera, el escudo y el himno. A la primera hace referencia el tercero, que se compuso en 1933 a partir de un himno popular y religioso que databa del siglo XIX. Granada guarda celosamente el piano donde se realizó esa composición o arreglo en el Centro de Documentación Musical de Andalucía, aunque abierto a toda aquella persona que quiera visitarlo –sobre todo, cuando termine la pandemia, ya que hoy el acceso, por causa de esta, se limita solo a investigadores–. Y también guarda con el mismo celo la partitura de la adaptación oficial del Himno, realizada más de cuatro décadas después por el compositor Manuel Castillo (1930-2005), una de las grandes figuras de la música española contemporánea.

El piano de José del Castillo es el testigo sonoro de un trabajo cuyas particularidades se han conservado solo por el testimonio oral de sus familiares. La historia comúnmente admitida dibuja a Blas Infante (1885-1936), notario, político y considerado como padre de la patria andaluza, sentado junto al piano que se conserva en Granada, al que se encontraba el músico José del Castillo (1890-1955), quien en el momento de dicha composición o más bien adaptación del himno religioso popular ‘Santo Dios’ era director de Banda del Hospicio Provincial de Sevilla. Ambos eran muy amigos. Infante ya había participado en varias grandes asambleas y conciliábulos regionalistas y José del Castillo era un activo elemento cultural, que perteneció al Ateneo y fue masón entre 1932 y 1934. Blas Infante pudo oír aquella canción religiosa en celebraciones litúrgicas y también en fiestas celebradas en el interior de la comunidad.

Lo cierto es que en aquel 1933 ambos trabajaron durante varios meses en la realización del himno, con el referente musical ya citado, y en un piano que se conserva en Granada. El asesor de documentación musical del Centro de Documentación Musical de Andalucía, Reynaldo Fernández Manzano, asegura que «la inspiración del Himno de Andalucía es claramente popular. Su estructura es la de una canción con una melodía que queda en el oído cuando se oye, y ciertamente, cumple su función como obra identificativa». La llegada a Granada del piano en el que se armonizó tiene una historia un tanto rocambolesca detrás. Según afirma Fernández, el sobrino de José del Castillo quiso donarlo al Centro de Documentación Musical, pero el instrumento se hallaba en una casa antigua de Sevilla, y no podía ser sacado por las ventanas, ni entero. Hubo que quitar toda la barandilla de la escalera para sacarlo. En Granada se desmontó y se restauró. El piano, de pared, está datado a principios del siglo XX e incluso tiene nombre: ‘Le Piazza’. «Es un modelo fabricado en Sevilla, a partir de piezas procedentes de Alemania o Reino Unido que se ensamblaban y a las que se dotaba del mueble en la capital hispalense. Debió tener, por sus características, mucho éxito entre los músicos y los que aspiraban a serlo. Muchas casas burguesas se pudieron permitir el lujo de tener un instrumento como este, sin duda, un elemento que aportaba distinción».

 

La partitura original y oficial de Manuel Castillo.
La partitura original y oficial de Manuel Castillo. / RAMÓN L. PÉREZ

 

El himno se estrenó en 1936 en versión para Banda. Concretamente, la puesta de largo tuvo lugar el 7 de julio en la plaza de San Lorenzo, de Sevilla. Solo volvió a escucharse una vez más antes de la guerra: el 10 de julio, en la Alameda de Hércules. Faltaba una semana para el golpe militar. Cuarenta años estuvo guardada en un cajón. Carlos Cano hizo una versión con amigos de José del Castillo y Blas Infante, y la Banda de Música de Sevilla volvió a tocarla, ya con la llegada de la democracia, según afirma Reynaldo Fernández. La explicación de estas cuatro décadas de silencio es obvia: apenas hubo tiempo para que fuera conocida por el público, por lo que tampoco pudo ser asumida como música integradora de las aspiraciones autonomistas.

A otro Castillo, Manuel, le encargó la comunidad autónoma que hiciera las adaptaciones oficiales cuando tras la aprobación del Estatuto de Autonomía se adopta como música identificativa de la comunidad. Castillo hizo todas las versiones posibles: la de Orquesta, la de Banda, la de piano solo, la de coro… Todas estas partituras, con sus correspondientes anotaciones, se conservan en el Centro de la Carrera del Darro, donadas por los descendientes del compositor. Desde el punto de vista musical, el especialista del Centro de Documentación Musical asegura que «la adaptación del Himno sigue plenamente los cánones clásicos. Le imprimió un sello sinfónico, retocando solo lo imprescindible para que quien lo cantara lo hiciera cómodamente».

 

Del piano de un músico a los radiocassettes de los coches

Quizá haya habido himnos con una historia mucho más épica, pero lo cierto es que el ‘Himno de Andalucía’ surgió del pueblo. Como recuerda Reynaldo Fernández, «la letra es muy identificativa del ser andaluz, y reivindicativa. Se cita a la bandera, se cita la importancia histórica de Andalucía, las raíces de una economía basada en la agricultura de forma secular, Incluso los propios colores de la bandera guardan una fuerte simbología histórica, ya que son los predominantes en la cerámica del periodo islámico. Blas Infante era muy sensible a esta reivindicación del pasado de Andalucía».

De esa aspiración se harían eco desde guitarristas flamencos hasta grupos de rock como Arábiga que hicieron versiones muy ‘tralleras’. Incluso el grupo Vándalus la convirtió el pasado 2020 en una canción de power pop. Quizá estas le parecerían bien a un músico de mente abierta como José del Castillo, quien tras la guerra civil estuvo en la cárcel y fue represaliado por haber sido masón, aunque políticamente no se significó abiertamente. Las represalias llegaron, según algunos historiadores, hasta a su hija, a la que intentaron desposeer de su trabajo, sin conseguirlo.

                                                                                                                                                                                                               La cinta de cassette editada por la Junta para difundir el Himno. / J. A. M.

Hoy, el ‘Himno de Andalucía’ es conocido por la inmensa mayoría de la población, pero cuando se decretó su adopción como melodía identificativa de la comunidad, no lo era tanto. Por eso, la propia Junta grabó y distribuyó varias versiones en una cinta de cassette –el medio de difusión más popular de la época, presente en las casas pero sobre todo, en los coches– la cual también se conserva en el Centro de Documentación Musical. Observar hoy los títulos de crédito y ver el formato en la época de las plataformas de streaming y el mp3 es un ejercicio entrañable.

Los derechos del Himno pertenecen a la Junta, quien es la custodia y responsable de su uso adecuado en cuantos actos sea preciso. Cuatro décadas después de su asunción, la melodía recogida del pueblo y enjalbegada en blanco y verde por aquel par de amigos en la tarde de Sevilla despierta la emoción de quienes sienten a Andalucía como su tierra.

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

FOTO:Reynaldo Fernández, ante el piano de José del Castillo. / ramón l. pérez

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