¿Cómo nos afecta la astenia primaveral?
Cansancio, dolor de cabeza, sueño… Las consultas por fatiga se multiplican en época del año ¿Estás agotado? Olvídate de suplementos vitamínicos y haz deporte, es la mejor medicina para combatirla
¿Cómo nos afecta la astenia primaveral?
Cansancio, dolor de cabeza, sueño… Las consultas por fatiga se multiplican en época del año ¿Estás agotado? Olvídate de suplementos vitamínicos y haz deporte, es la mejor medicina para combatirla
«Es una consulta muy común en esta época del año, sobre todo entre mujeres de 20 a 50 años. Esta sensación de cansancio tanto físico como mental conocida popularmente como astenia primaveral suele ser de carácter leve en la mayoría de los casos y remite al cabo de unos días sin necesidad de tratamiento médico, aunque es verdad que para combatir sus síntomas es necesario mantener unos hábitos de vida saludables durante todo el año», aconseja la doctora Ana Cristina Serrano, miembro del grupo de trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). La astenia ya es la responsable de «hasta una de cada tres o cuatro consultas en especialidades como Medicina Interna, Reumatología o Psiquiatría, especialmente durante los meses de primavera», admite el doctor Nicolás García, internista de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). Pero, ¿por qué estamos más agotados en esta época del año? ¿Es un cansancio real o solo una sensación? ¿Cuál es la causa de esa fatiga? ¿Cómo se combate? Los expertos responden a las principales dudas sobre este cuadro clínico tan frecuente en estos meses.
En primer lugar, conviene aclarar qué es la astenia. «Desde el punto de vista médico, es un término que equivale a cansancio, fatiga… Es decir, un agotamiento desproporcionado a la actividad que se realiza. Si acabas de correr 10 kilómetros, lo normal es que te sientas cansado. Lo que ya no es tan normal es que de un día para otro tengas una sensación de fatiga por realizar las tareas habituales de tu vida cotidiana. Ahí es cuando podemos empezar a hablar de astenia sea cual sea la época del año», coinciden los especialistas. Lo que ocurre es que esa sensación de falta de ganas, de pérdida generalizada de energía, tanto física como mental, suele presentarse con mayor frecuencia en los meses de abril, mayo y junio, de ahí el ‘apellido’ de este cuadro clínico. «La conocida como astenia primaveral suele desencadenarse como una respuesta del organismo al cambio climático estacional: aumento del número de horas de luz, horarios, temperatura…», explica Cristina Fernández Marcos, coordinadora del Centro de Información del Medicamento y Calidad del Consejo General de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Además del cansancio, otros síntomas asociados a la astenia -que pueden aparecer tanto de forma conjunta como aislada- son «la falta de concentración y apetito, trastornos de la memoria, dolor de cabeza, alteración del sueño, tristeza y en algunos casos irritabilidad», enumera la doctora Cristina Serrano.
PAUTAS PARA NO PERDER LA ENERGÍA
- Haz ejercicio:
- Sí, has leído bien. Muévete, cuanto más ejercicio hagas, menos cansado te sentirás. Aunque levantarte del sofá sea lo último que te apetezca en esta vida, anímate y practica deporte con regularidad.
- Cuida tu alimentación:
- Lleva una dieta sana y equilibrada y reduce el consumo de grasas e hidratos de carbono refinados. Las vitaminas de las frutas y las verduras te ayudarán a reforzar el sistema inmune y a combatir la falta de energía que causa la astenia.
- Mantente hidratado:
- Una buena hidratación es crucial para que nuestro organismo funcione correctamente. Bebe agua, zumos naturales e infusiones. No conviene abusar del café, y mucho menos del alcohol.
- Cena ligero:
- Organiza el horario de las comidas y evita las cenas abundantes. Intenta cenar al menos dos horas antes de meterte en la cama.
- Horario de sueño regular:
- Procura acostarte y levantarte a la misma hora cada día.
Salvo en el caso del síndrome del cansancio crónico, la astenia no es una enfermedad sino que se trata de «un cuadro clínico generalmente leve, que suele remitir al cabo de unos días sin mayores complicaciones». Para el internista Nicolás García, «lo más importante en estos casos es determinar qué causa esa astenia, puesto que el cansancio es un síntoma habitual de múltiples enfermedades y de la vida misma. Uno puede tener fatiga por estrés o porque acaba de pasar un proceso viral, pero también por un cáncer diseminado o porque tiene una disfunción de la glándula tiroidea o incluso una depresión. Cuando no encontramos una causa que explique la fatiga que siente el paciente y el cansancio se prolonga en el tiempo (más de dos o tres semanas) es recomendable consultarlo con un médico porque esa astenia puede esconder otra patología más seria».
Claro que también ocurre lo contrario. «A veces vemos pacientes que acuden a consulta por un cuadro de cansancio y que cuando nos cuentan todo lo que hacen en su vida diaria, lo verdaderamente extraño sería que no estuviesen agotados», bromea el internista de la CUN.
Aunque puede resultar contraproducente, «se ha comprobado que el ejercicio físico controlado mejora sustancialmente los síntomas de la astenia, mientras que el descanso prolongado resulta perjudicial en su evolución», señala Fernández Marcos.
El doctor García coincide plenamente con este diagnóstico. «Soy consciente de que el tema del ejercicio físico está muy manido, pero la realidad es que en el caso de la astenia es lo más importante. Probablemente, buena parte de la sensación de cansancio tiene su origen en el músculo, por lo que realizar una actividad física regular y bien hecha es fundamental para mitigar la fatiga. Cuanto más agotados nos sintamos, más necesidad tenemos de hacer ejercicio, aunque sea justo lo que menos nos apetezca», aconseja el especialista de la Clínica Universidad de Navarra.
También es importante mantener una buena higiene del sueño (establecer un horario regular para acostarse y levantarse, evitar la cafeína antes meterse en la cama…) y llevar una dieta saludable. «El ajuste nutricional proporcionará a nuestro organismo proteínas, hidratos de carbono, grasas, sales minerales, vitaminas y agua. En determinadas ocasiones, sin embargo, el aporte de una dieta variada no es suficiente y es preciso recurrir a un aporte vitamínico o mineral complementario. Pero, mucho cuidado, en ningún caso los suplementos vitamínicos y de minerales pueden transformar una dieta poco equilibrada en saludable», advierten los profesionales del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
Cansancio crónico o síndrome de intolerancia al ejercicio
La astenia suele ser un síntoma de otra enfermedad, no una patología en sí misma. Lo que ocurre es que existe un amplio porcentaje de pacientes en los que no es posible identificar el origen de esa fatiga. «Y cuando ese agotamiento de causa desconocida dura más de tres meses y además afecta en gran medida a la vida diaria de esa persona, ya sí que estaríamos hablando de una enfermedad. Concretamente, del síndrome de astenia crónica, una patología muy incapacitante que afecta sobre todo a las mujeres», precisa el doctor Nicolás García, especialista en Medicina Interna de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). A diferencia de la astenia sufrida durante los meses de primavera o la causada por otra patología, en este caso el cansancio es bastante uniforme a lo largo del día. «En otras palabras, son personas que ya se levantan agotadas aunque hayan dormido bien. Además, tiene la particularidad de que es una fatiga que empeora con la práctica de cualquier actividad física, por eso también se conoce como síndrome de intolerancia al ejercicio. A veces se cansan solo con asearse. Digamos que están agotadas haciendo nada», añade el especialista.
La astenia crónica es una enfermedad «muy incapacitante» para la persona que la padece, puesto que afecta a todas las esferas de su vida, tanto a la laboral como a la personal y social. «Es una patología muy estigmatizada, una gran incomprendida. Los pacientes que la padecen sufren mucho no solo por la enfermedad sino porque nadie les hace caso. No se ponen amarillos, no sangran, no tienen nada roto… y encima cuando el médico les manda hacer análisis de sangre los resultados salen bien. Muchas veces su propio entorno les acusa de vagos o cuentistas. Pero no es así, están agotados de verdad. Es una enfermedad que hace sufrir a un número muy importante de personas y tenemos que ser capaces de ayudarles», añade el doctor Nicolás García.