Los cardiólogos insisten: «La mejor vacuna es la que te ponen, no hacerlo es de tontos»
Inmaculada Roldán, del Grupo de Trombosis Cardiovascular de la Sociedad Española de Cardiología recuerda que uno de cada seis pacientes de Covid sufre trombos frente a la tasa de cuatro casos por millón de personas que se investigan con AstraZéneca y Janssen. «Animo a todos a ir corriendo a vacunarse, si el miedo erosiona la confianza en las vacunas el riesgo es no controlar la pandemia
Se puede decir más alto pero no más claro. La doctora Inmaculada Roldán, una de las mayores expertas en Trombosis Cardiovascular de España ha repetido en La Ventana lo que estos días dice sin cesar a sus pacientes y, en general, a todos aquellos que le preguntan qué hacer, ante los casos de trombos que se investigan en relación con las vacunas de AstraZéneca y Janssen. «Yo le podría decir que si no es tonto, cómo no va a ir vacunarse. Tiene que hacerlo, todos tendríamos que salir corriendo a vacunarnos y exigir a nuestras autoridades el poder hacerlo cuanto antes».
¿Y con cualquier vacuna?, le hemos preguntado. Y la respuesta tampoco ha podido ser más rotunda. «La mejor vacuna es la que te ponen, no tengo la menor duda. Cualquier vacuna con más de un 70% de eficacia demostrada es para comprarla sin pensarlo un segundo. Piensen que hay mucho más riesgo de sufrir un trombo si te infectas por Covid que el que se ha detectado hasta el momento en casos adversos en estas vacunas, y que aún se están investigando. Uno de cada seis pacientes que se contagian de coronavirus desarrolla un trombo y la trombosis es precisamente una de las principales causas de mortalidad entre estos enfermos. El riesgo es aún mayor en el caso de los ingresados en la UCI, sube hasta un 20%. Y para evitar esos trombos y el resto de las secuelas graves que provoca el Covid la herramienta que tenemos es la vacuna».
Dicho otro modo, tenemos mucho más riesgo de sufrir o incluso morir por una complicación trombótica si nos contagiamos de coronavirus. Y no sólo eso. Ese riesgo es porcentualmente mayor en población general por muchas otras cosas que no suscitan la misma atención y alarma que están provocando estos remotos casos adversos en dos de las vacunas de adenovirus. «El mero hecho de ser mujer y estar embarazada, o tomar anticonceptivos o corticoides, pero también ser sedentario, fumar o tener obesidad ya multiplica nuestro riesgo de sufrir trombos muy por encima de la proporción de la que estamos hablando».
«Eso no quita que como científicos lleguemos hasta el final de la investigación para averiguar qué mecanismo fisiológico es que causa esos efectos adversos y confirmar la causalidad que tengan con la vacuna», asegura Roldán. «Tenemos una herramienta muy eficaz que es la fármacovigilancia, que hace su función y que permitirá averiguar, controlar y prevenir. Pero en ningún caso eso debería disuadir a la gente de vacunarse ni de hacerlo con miedo. Las vacunas son un recurso sanitario de primer orden que tendría que ser gratuito y accesible para todos los habitantes del planeta, desde Alaska hasta Australia».
Las vacunas salvan vidas, y ya tenemos muchas datos incuestionables al respecto. La propia mortalidad en las residencias de ancianos, que ya han completado la inmunización, se ha reducido prácticamente al 100%. «Todos tenemos que decir <<vayamos a vacunarnos>>. Erosionar la confianza en las vacunas y que la gente no se inmunice por miedo sería renunciar a la única herramienta que tenemos para erradicar esta pandemia. Sería tremendo».
Roldán lamenta una mayor contundencia en los pronunciamientos de la Agencia Europea del Medicamento a la hora de propiciar una reacción unitaria de todos los países miembros de la UE. «No sé si legalmente esos pronunciamientos pueden ser vinculantes pero sí creo que deberían ser más taxativos. Lo que sí sé es que en España con 17 sistemas sanitarios donde donde no existe una cohesión potente esa disparidad de medidas que tanto desorientan no sólo ocurre con esta pandemia. Hay territorios donde no hay código ictus o un código infarto y en otros sí».
«Pensemos que con este asunto de los trombos estamos poniendo en valor a nivel comunicativo algo que es rarísimo y cuya causalidad es todavía una hipótesis. La población tiene que entender que es muchísimo más frecuente que se produzcan trombos si nos contagiamos por Covid y la única herramienta que tenemos para impedirlo es la vacuna».
«Le pongo otro ejemplo, cada año en un hospital grande se pueden tratar entre 300 y 400 infartos cardíacos por un trombo en un hospital, y ahí no incluyo accidentes cerebrovasculares. Multiplique por número de hospitales en España y haga números».
Dicho todo esto, hay recomendaciones claras y sencillas, que están incorporadas ya a las fichas técnicas de las vacunas. Aclarando que su prevalencia es rarísima, es un mensaje que hay que trasladar a la población general, como ocurre con cualquier prospecto de un medicamento. «Si siente un dolor de cabeza intenso, que duele más si se tumba, dificultad para hablar, visión borrosa o no puede mover la pierna, hay que ir inmediatamente a urgencias. Sea tras vacunarse o por cualquier otra circunstancia , porque éstas son cuestiones que hay que tratar ganándole al tiempo. Pero esto lo digo en general para toda la población, vacunada o no».
FOTO: Los cardiólogos insisten: «La mejor vacuna es la que te ponen, no hacerlo es de tontos