El señor Luis Salvador está más solo que la una y ya no puede disimularlo. Todo empezó con el primer desplante de su portavoz, Manuel Olivares (CS), por no saber gestionar los fondos europeos destinados a personas desempleadas. Fue premonitorio. Se empezó a dibujar el principio del fin; y no solo para el todavía alcalde, sino también para Granada.

Después, en octubre del 2020, llegó el terremoto que provocó Sebastián Pérez (PP) ratificando lo que toda la ciudad ya sabía: “a Granada, la vendieron”. Fuimos un cromo en la sede de los Populares en Madrid. En la sede de Génova, símbolo indiscutible de la mayor trama de corrupción política conocida en nuestro país, se fraguó un supuesto 2+2 al que Sebastián Pérez está dispuesto a hacer cumplir, aunque sea lo último que haga. Ya lo anunció el pasado 26 mayo, penúltimo capítulo de este culebrón que tiene a la ciudadanía en vilo, no por la intriga de esta trama, sino por la desesperación que les está provocando ver a un gobierno paralizado que no resuelve sus graves problemas.

Luis el breve, ya anda solo por el Ayuntamiento y por las calles de Granada. Donde está Luis, no está el PP; donde está el PP, no está Luis. “¡Él se lo ha buscado!”, dicen por Granada. Experto “yoista”, ahora también utiliza la la primera persona del singular porque está realmente solo.

Mientras, estamos en un momento clave para salir de esta grave crisis social y económica, y nos encontramos con un gobierno más pendiente de sus vendettas que de los problemas reales de las granadinas y de los granadinos. Nos adelantan por todos lados ayuntamientos como el de Málaga o el de Sevilla. La gestión de estos y otros ayuntamientos, con sus aciertos y errores, choca de lleno con la contrastada incompetencia y parálisis de este equipo de gobierno liderado por las siete concejalías del PP y un alcalde contra las cuerdas. Luego nos quejaremos de que otras ciudades han salido mejor de la crisis que la nuestra. Y no, no habrá ninguna mano negra en contra de nuestra ciudad. Es el propio PP quien se tapa los ojos para que nos descapitalicen la Alhambra; dejan que Vodafone abra su gran centro europeo tecnológico en Málaga; dejan que perdamos festivales como Iberseries; permiten que la feria del libro reciba una limosna de la Junta de Andalucía mientras otras ciudades triplican la aportación recibida… Ejemplos que ponen de manifiesto lo poco que gana la ciudad, y lo mucho que pierde, con esta nefasta gestión. Por lo pronto, posibilidades de generar empleo.

Es fácil de suponer que, tras lo descrito, la ciudadanía se pregunte por qué el Partido Popular no hace todo lo posible por resolver esta situación. Les correspondería a ellos por tener algunos concejales más que Cs y VOX. Esta es la gran interrogante. ¿Qué está pasando dentro del PP para no dar un golpe en la mesa? ¿A qué temen? La única respuesta clara es que tampoco pueden disimular su división interna. En el grupo popular hay bloques enfrentados, y como Luis el breve, están más pendientes de no salir derrotados que en salvar a Granada.

Ante esta situación, nada puede hacer el partido más votado en las últimas elecciones. Tras 32 años, el PSOE ganó en Granada, pero los más de 36000 votos no sumaron las concejalías necesarias para alcanzar mayoría necesaria para gobernar, a pesar de haber crecido en número. Estos resultados no fueron casuales. Cuando se trabaja bien, la ciudadanía lo reconoce. Paco Cuenca y todo el grupo municipal socialista, en el 2016, asumieron el compromiso de rescatar a Granada de la corrupción y, no solo lo consiguieron, sino que también pusieron encima de la mesa un modelo de ciudad con presente y futuro del que ahora todos nos acordamos con añoranza.

La situación política de la ciudad está para que, con la honestidad que se les presupone a los partidos de la derecha, den un paso al lado y dejen gobernar al grupo municipal mayoritario. El PSOE rescató a Granada hace cinco años y, de nuevo, vuelven a estar preparados para hacerlo por segunda vez. Su gestión en el mandato anterior, la experiencia acumulada y dos concejalías más, son avales más que suficientes para confiar en esta propuesta.

Nadie, a día de hoy, sabe lo que pasará. Lo único cierto es que, con todo esto, quien está perdiendo son los servicios sociales que no disponen de personal para atender a las familias más vulnerables, la zona norte con los permanentes cortes de luz, el comercio y la hostelería que no reciben las ayudas prometidas, el sector de la cultura al que no se les ofrece oportunidades para salir de esta profunda crisis… Tenemos las tasas de paro mas elevadas de toda Andalucía y, mientras tanto, Granada paralizada. Señores del PP y Cs, si les importa Granada, márchense.

AHORAGRANADA

Y Granada, ¿para cuándo?

FOTO PORTADA : ABC

A %d blogueros les gusta esto: