«En Granada no hay volcanes ni se les espera»
Jesús Ibáñez, catedrático de la Universidad de Granada, sostiene que «la geodinámica y la tectónica de la región no favorecen» la aparición de este fenómeno geológico.
Ante las hipótesis surgidas en torno a la sismicidad de la provincia y la leyenda del supuesto volcán de Sierra Elvira, Jesús Ibáñez (Granada, 1964), es rotundo: «En Granada no hay volcanes ni se les espera». El catedrático de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Granada (UGR) incide en que «no hay ningún volcán ni lo hubo nunca». «El vulcanismo más cercano, de hace un millón de años como mínimo, es la zona de Cabo de Gata y la costa levantina de Almería. No va haber más volcanes allí», profundiza el también investigador del Instituto Andaluz de Geofísica.
La razón es que «la geodinámica y la tectónica de la región no favorecen la aparición de ningún volcán», a pesar de que su proximidad a la franja de encuentro entre dos placas la conviertan en una zona de alta actividad sísmica. «Por lo pronto, en los próximos miles de años es imposible la aparición de algún volcán. Deberíamos esperar bastantes generaciones y cambios de toda la vida como para que pudiéramos ver un volcán», sentencia. Tampoco en Sierra Elvira, pues, a pesar de que el rumor se extendió como una fábula popular, «no es un volcán». «Simplemente son aguas termales», apostilla.
También influye, precisamente, el choque entre las placas de África y Euroasiática. «No solamente el tipo de borde, sino la forma en la que estén interactuando», puntualiza el científico, quien señala que «en las últimas decenas de millones de años, no ha cambiado su forma de interactuar». «Por eso digo que no va a haber evidencia actual», resuelve.
Para que en Granada se formara un volcán, debería producirse «un cambio en la dinámica terrestre», un proceso «muy lento». «Tendría que cambiar el movimiento del magma del manto a través de procesos convectivos. Eso lleva asociados unos procesos enormemente largos de tiempo», detalla Ibáñez. Sería, según explica el catedrático de la UGR, una transformación similar a la que propició la emergencia de la Península Ibérica, la cadena de Sierra Nevada, los Pirineos o los Alpes. «Un proceso dinámico, que puede ser de hasta centenares de miles de años o millones de años, que cambiara el régimen geodinámico. Eso no va a ocurrir», subraya.