Andalucía pone a cada uno en su sitio

Los andaluces, un pueblo sabio que habitualmente tiene que escuchar insultos y desprecios de algunos dirigentes políticos que no saben estar a la altura y la dignidad del pueblo andaluz, ha puesto a cada uno en su sitio. El triunfo electoral de Susana Díaz, abrumador, incontestable, se ha visto complementado con un desplome sin precedentes del PP e Izquierda Unida, y unos resultados más discretos de los previstos de los partidos emergentes. Susana Díaz ha sabido capear el desgaste de años de gobierno en circunstancias muy difíciles, la lealtad dudosa y cicatera de sus socios de gobierno, la deslealtad abrumadora del gobierno central y la derecha española, empeñada en despeñar a Andalucía con tal de mover la silla a los socialistas… Y ha superado con matrícula de honor la oleada publicitaria de partidos como Podemos que, escuchándolos, más pareciera que las elecciones eran un trámite en su gloriosa campaña hacia el poder, arropados “por el pueblo”.

Y el pueblo les ha colocado en su sitio: unos meritorios 15 escaños si no fuese porque se habían vendido, y se empeñan en venderse, como la alternativa, al Gobierno, sea cual sea, la alternativa incluso al ‘régimen del 78’. Pues bien, con el 14,8 % de los votos se tiene legitimidad, desde luego, para plantear propuestas (ya va siendo hora, por cierto) pero no para erigirse en portavoz de ningún pueblo.

Los socialistas han revalidado sus resultados electorales de 2012 en número de escaños, 47, con un parlamento más fragmentado que posibilita el gobierno en solitario de Susana Díaz, ya que se abren diferentes aritméticas parlamentarias para llevar adelante iniciativas legislativas.  El Ejecutivo socialista, teniendo donde elegir, no será rehén de ninguna formación política que intente sobreactuar  e imponer criterios minoritarios a los mayoritarios. Es hora de la política, y Díaz ha demostrado ser una dirigente política, con talla, con olfato, con sensibilidad y… con tirón popular.

Y es inevitable dedicar un párrafo a los dos grandes perdedores de la noche, aunque por razones distintas, el Partido Popular e Izquierda Unida. La derecha tiene serios motivos para dormir mal en los próximos días. En Andalucía han cosechado una derrota histórica, perdiendo nada menos que 17 diputados respecto a los comicios anteriores, que ganaron por mayoría relativa de 50 diputados.  Su derrota es un balance a la gestión de Rajoy de la crisis, ya que su candidato, Moreno Bonilla, un perfecto desconocido, nada ha aportado ni ha quitado a una candidatura decidida desde Madrid, apoyada desde Madrid, arropada por ministros y por el propio Rajoy hasta la nausea.

No ha perdido Moreno Bonilla, ha perdido Rajoy, y este resultado anticipa probablemente nuevos y sonoros batacazos en mayo, toda vez que buena culpa de su caída hay que atribuirla a Ciudadanos, que irrumpe con mejores resultados de los previstos en una plaza especialmente difícil para ellos como Andalucía.

Por último Izquierda Unida apenas salva los muebles. Son los grandes perjudicados por el auge de Podemos que los ha fagocitado. De hecho, la suma de ambos partidos iguala el resultado histórico de IU en Andalucía, 20 diputados. No hace falta buscar muy lejos dónde se han ido los votantes de Izquierda Unida: a la formación que, también en Madrid, les está dando el abrazo del oso. Una pena, porque con un poco más de coherencia y un poco más de lealtad, Izquierda Unida podría haber concluido junto con el PSOE una legislatura ejemplar, en la que se mostrase que había alternativas a la derecha que no pasasen por experimentos populistas.

Andalucía, una vez más, enseña el camino.

publicado en : http://diarioprogresista.es/andalucia-pone-a-cada-uno-en-su-sitio-62038.htm por Manuel Peña

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