30 noviembre 2024

Las palabras son de Svitlana Krakovska, jefa del equipo de científicos de Ucrania que participó en el último informe sobre cambio climático del IPCC, y se refieren tanto a la lucha contra el calentamiento de planeta como a la invasión de su país por parte de las tropas rusas. En ambos casos, queda clara la urgencia de cortar con este tipo de energías.

En lo que se refiere al conflicto de Ucrania, más allá de las diversas razones y sinsentidos detrás del ataque del ejército de Putin, todo lo que está sucediendo estos días muestra el papel clave que juega el petróleo y el gas en la guerra, y la especial vulnerabilidad de la UE por su dependencia de estos combustibles fósiles. Qué enorme paradoja: La mejor arma contra Rusia sería dejar de comprar a este país el gas y el petróleo con el que financia el conflicto, pero Europa no puede permitírselo, ya que la estabilidad del continente depende en gran medida de poder seguir consumiendo la energía que controla Putin.

El desastre de la guerra debería empujar a acelerar la transición energética. Como contamos en este artículo, en Europa la vía de escape prioritaria son las energías renovables y la Comisión Europa quiere que la UE se desenganche por completo de los combustibles fósiles de Putin en 2027.

Sin embargo, el conflicto también puede ser una nueva distracción que retrase otra vez la acción contra el calentamiento del planeta. En el corto plazo, se están produciendo movimientos no para reducir el uso de los combustibles fósiles, sino para reemplazar los que vienen de Rusia por gas y petróleo de otros lugares o incluso para poner de nuevo en marcha plantas de carbón. En esta tribuna incidimos en el riesgo de que sea el clima quien pierda la guerra.

En cuanto a España, en este artículo explicamos por qué bajar la calefacción (como pidió Josep Borrell al conjunto de los ciudadanos europeos) sirve de poco aquí para reducir la dependencia del gas ruso en Europa. Sin embargo, el cambio climático y la escalada de precios de la energía justifican sobradamente una drástica disminución del uso de los combustibles fósiles, vengan de Rusia o de Argelia.

Eso sí, aunque los ciudadanos podemos ayudar, no hay que olvidar que son los poderes públicos los que deben poner en marcha las medidas de calado que permitan realmente hacer frente a estos desafíos: la guerra, los precios y el clima. En los últimos días, la principal novedad del Gobierno de Pedro Sánchez en este ámbito es su compromiso para bajar los precios de los combustibles fósiles.

Mientras tanto, representantes de la sociedad civil defienden en esta tribuna que ha llegado la hora de sacar los combustibles fósiles de nuestros hogares

EL PAIS CLIMA Y MEDIO AMBIENTE

FOTO: Militares rusos en Armyansk, en la parte norte de Crimea, al comienzo del conflicto.