23 noviembre 2024

LAS TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS DE MADINAT ILBIRA (parte 1ª)

El presente artículo es una parte de un trabajo más extenso cuyo objetivo es el estudio de los restos de construcciones que se vienen documentando en la antigua ciudad de Madinat Ilbira.

En la actualidad el yacimiento es el objeto de un proyecto general de investigación dirigido por el Catedrático de Historia Medieval y director del grupo de investigación Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada, Antonio Malpica Cuello. La intención del autor es presentar el trabajo completo como proyecto de investigación para la obtención del diploma de estudios avanzados.

El descubrimiento de Madinat Ilbira

Los restos de edificios de Madinat Ilbira llamaron poderosamente la atención de los viajeros, ya fuesen musulmanes como Ibn al-Jatib en el siglo XIV, o cristianos que llegaron a Granada ya en el siglo XVI, como Navagiero, o Mármol Carvajal. Sin embargo, en el siglo XIX, ya no quedaba más recuerdo de la antigua ciudad que lo reflejado en las fuentes escritas.
Fue la casualidad la que hizo que se descubriese el yacimiento en 1842. Ese año los obreros de Atarfe, buscando piedra, saquearon varias sepulturas romanas del Marugán para vender las losas. Esto atrajo la mirada de los eruditos a la antigua ciudad emiral y califal. Gómez Moreno nos indica la existencia de restos constructivos en un área muy extensa (1). En el mismo año 1842, cercano al Marugán, se descubrió un “acueducto subterráneo”. En 1868, ochenta metros al noroeste de los baños de Sierra Elvira, las obras de las carretera entre Granada y Alcalá la Real sacaron a la luz los restos de un edificio islámico en el que se habían reaprovechado varios sillares procedentes de las canteras de Escuzar. Pasados los baños, en dirección a Atarfe, junto a otros restos se encontró una línea de pozos. Más al oeste se observó la existencia de un gran muro de sillares, del que no sabemos ni cronología ni funcionalidad. Tal vez el edificio más significativo apareció en 1872, derrumbados conservaba los restos de columnas de piedra y muros sillares. El nombre del lugar, Secano de la Mezquita; la aparición de unas lámparas de bronce y la propia calidad constructiva que parece haber tenido el edificio, llevo a identificarlo como la aljama de Ilbira. Según las fuentes este edificio se había levantado sobre una fundación anterior a mediados del siglo IX. En el Cortijo de las Monjas, en 1875 se excavó un edificio con suelo de losa sobre el que apareció un rico ajuar, y ese mismo año unas lluvias torrenciales dejaron a la vista los restos de un gran número de construcciones, algunas decoradas con enlucidos, yeserías y casetones, también de yeso.

Todos estos restos venían a demostrar la importancia del asentamiento allí ubicado entre los siglos IX y XI de nuestra era. Los restos mencionado se identificaron como los de Madinat Ilbira, capital de la Kura homónima. En 1878 cesó cualquier tipo de trabajo de investigación en la ciudad altomedieval, sin que se retomasen hasta 1999, cuando se realizó una primera intervención de urgencia en el solar de la ciudad.

Estructuras documentadas en Madinat Ilbira

La primera intervención con metodología estratigráfica llevada a cabo en el yacimiento se realizó en 1999, dirigida por Rodríguez Aguilera (2). Esta excavación se realizó en la Vega al pie del Cerro de los Cigarrones, en lo que probablemente era el límite sureste de la ciudad. Es una zona con una pendiente suave, aunque seguramente en su día fue más pronunciada, que se abre hacía el sur hacia la Vega, mientras que al norte limita con los farallones de roca caliza del cerro de los Cigarrones. En este área que se ha descrito se abrió un sondeo con unas dimensiones máximas de 9 m por 7 m.
La excavación saco a la luz los restos de un edificio con dos habitaciones y dos patios, uno de ellos aparentemente una cocina como indicaban las abundantes cenizas y restos de cerámica, con un banco lateral en el que se halló incrustada, una olla. El edificio parece tener cierta entidad, incluso contaba con un aljibe al que se dirigía una canalización de tejas unidas con cal, montada sobre un murete de mampostería. La técnica con que los muros estaban realizados era mampostería sobre la que se alzaba el tapial. Los suelos son de tierra apisonada y la cubierta de teja curva, como demuestran los ejemplares encontrados en los derrumbes (UEN/s 003 y 004). Aunque no se indica en el informe el alzado de los muros se habría realizado en tapial. En el extremo noroeste del sondeo se localizó un corte en la roca completado con grandes mampuestos para formar una calle, por encima del edificio descrito. Cercano al perfil este de la excavación se detectó un muro, seguramente perteneciente a otro edificio. El conjunto cerámica data estos restos en el siglo IX, indicando también su continuidad de uso hasta el siglo X.
En 2001 se llevó a cabo la primera excavación del grupo de investigación Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada en el yacimiento (3). Se realizaron dos sondeos para valorar la afección producida por unos expolios realizado en la cima de el Cerro de «El Sombrerete». Se trata de una colina no muy elevada pero si muy escarpada situada al borde de la Vega. Supondría el límite occidental del yacimiento.

El sondeo 1000 permitió documentar un lienzo de muralla perteneciente a la Alcazaba de Madinat Ilbira. Realizada en tapial, que en este tramo no se había conservado, sobre una base de mampostería. Esta construcción presenta una técnica curiosa. En lugar de estar construida sobre una base maciza de piedra, lo hace sobre plataformas en forma de “U”, que en el interior están rellenas por el mismo mortero que forma el alzado de la tapia. En la campaña de 2001 se localizó el punto en el que desde un simple zócalo de mampostería (UEC-008), de 82 cm de anchura, se pasa a la planta más complicad que se ha dicho, adosándole a la UEC 008, la UEC 013 en la que a su vez se apoya la UEC-011. Esta estructura contenía un relleno de mortero que homogenizaba la superficie sobre la que se debía asentar el cajón de tapial. La anchura total de la muralla a partir de este punto era de 2,5 m aproximadamente.
En el sondeo 2000 se excavaron parcialmente dos estancias de una vivienda, una de ellas el patio. Tiene unas características bastante distintas a las que se sitúan en zonas más bajas del mismo recinto de la alcazaba. En primer lugar de esta construcción procede un ajuar cerámico bastante rico, si bien situado en posición secundaria, con algunas piezas de importación, como una cerámica vidriada en blanco procedente de Samarra, e incluso abundantes fragmentos de vidrio. En segundo lugar el pavimento de su patio es uno de los pocos ejemplos de un suelo de losas que se ha podido documentar en el yacimiento y el único caso en la alcazaba, en la que los suelos son fundamentalmente de tierra apisonada. También es posible que las paredes estuvieran enlucidas y decoradas con pintura a la almagra, como sugiere un fragmento de enlucido pintado en rojo, procedente de la zona inmediatamente inferior al edificio. Por último su posición en el conjunto de la alcazaba indica una clara preeminencia sobre el resto de construcciones. A pesar de estas singularidades, la técnica empleada en su construcción es el tapial sobre zócalos de mampostería irregular, como la mayoría de los ejemplos de la ciudad.
Parece que ambas construcciones, muralla y vivienda, se levantaron en el siglo IX manteniéndose en uso hasta el siglo X.

La siguiente excavación realizada en Madinat Ilbira está ya incluida dentro del proyecto de investigación que actualmente se desarrolla en el yacimiento. La intervención del año 2005 se volvió a centrar en la Alcazaba del Cerro de “el Sombrerete”(4). Se llevaron a cabo sondeos en varios puntos de la loma. Esta campaña permitió conocer la organización interna de la alcazaba. Por un lado se detectaron escaleras talladas en la roca que comunican la parte alta del cerro y la parte baja, a la vez que definen zonas más densamente ocupadas y otras más vacías. Por otro lado se pudo comprobar como una serie de células habitacionales cercanas entre ellas debieron funcionar a modo de las distintas estancias de una vivienda, generando espacios abiertos entre ellas más o menos privados. Esta pertenencia a la misma vivienda estaría indicado por la diversidad de tamaño y sobre todo las diferencias en los ajuares entre unas construcciones y otras; en algunas, por ejemplo, falta algo tan imprescindible como un hogar. No se van a describir los sondeos por orden de numeración para que la exposición sea más clara.
El sondeo 3100, con unas dimensiones de 20 m por 20 m, se encuentra a media ladera, en una zona de fuerte pendiente, que alcanza el 50 %. En este sondeo se exhumaron los restos de dos células habitacionales y una parte muy pequeña de una tercera. Las dos principales estructuras, CE-1 y CE-2 miden 4,85 m por 6,75 m y 4,90 por 8,20 m respectivamente. Se trata de dos construcciones rectangulares, con una separación entre ambas de menos de medio metro, con entradas independientes, y un adarve por el que se accedería a la segunda de ella. Se ha construido una superficie aterrazada para acondicionar la escarpada ladera del cerro, para ello se ha realizado un cuerpo macizo de mampostería. Sobre esta base y en algunos puntos aprovechado los escalones naturales de se levantan los muros que también en este caso son de tapial sobre mampostería. Hay que decir que nada diferencia las terrazas de nivelación con los muros con los que de hecho traban. También parece que el límite occidental del adarve estuvo completamente formado por la roca que forma un gran escalón rocoso.
En este sondeo se documentó una de las mencionadas escaleras excavadas en la roca aprovechando fracturas naturales. Por debajo de estos edificios se detectó también un pequeño camino de tierra apisonada sobre una pequeña superficie formada con piedras pequeñas.
El sondeo 4100 se sitúa en una área de menor pendiente, en este sondeo se excavó una sola célula de 9,30 m de largo por 3,80 m de ancho. La técnica con la que se levantó vuelve a ser la de muros de tapial sobre zócalos de mampostería irregular. En este caso se documentó la existencia de un pequeño hogar, aparentemente, demasiado pequeño para ser empleado para cocinar. Se sitúa en una esquina, aprovechando un escalón rocoso completado con mampuestos y tierra apisonada.
El sondeo 4200 se abrió al sur del anterior, en una zona que había sido alterada por un expolio y en el que las estructuras afloraban en superficie.

Se sacó a la luz un edificio, CE-1, con una planta más compleja que las del resto de la alcazaba. Tenía al menos tres espacios uno de ellos un patio, que como indica el hogar ahí situado funcionaría como cocina, al que se abría una estancia, la única que se excavó por completo y que medía 10,80 m de largo y 4 m de ancho. Estaba dividida a su vez por otro muro. La concentración de cerámica sugiere que este espacio sería un almacén. En superficie afloraban los restos al menos otra estancia, que no se llegó a excavar, situada al otro extremo del patio. La técnica constructiva no varía respecto al resto de construcciones, tapial sobre una base de mampostería.
Se pudo documentar así mismo un tramo de muralla que descendía desde la zona excavada en 2001, construido mediante las ya comentadas plataformas en forma de “U”. Este tramo sí conservaba parte del alzado en tapial, UEC-065, que presentaba marcas de los maderos del encofrado UEC-025 y 027 con que se construyó. Entre la vivienda y la muralla discurría una calle cuyo suelo era de tierra apisonada.
Se excavó otro tramo de muralla en los sondeos 6100 y 6200. Estos sondeos se abrieron en el entorno de «los Caballitos del Rey», una pequeña loma formada por un afloramiento calcáreo que con «El Sombrerete» genera una vaguada de suaves pendientes. Este paño está construido de forma distinta. Aunque el alzado sería también de tapial, que en este caso no se ha conservado, el zócalo sobre el que se asienta es un plataforma continua y maciza realizada completamente en mampostería. Uno de los hallazgos más destacables de la campaña de 2005 tuvo lugar en el sondeo 6200, aquí se encontró la puerta de la alcazaba flanqueada por dos torres.
Los sondeos 5100 y 5200 se sitúan al pie del cerro en la zona de contacto entre éste y la llanura, fuera ya del recinto amurallado. Las dimensiones de los edificios hallados en ambos cortes no permitieron más que su documentación parcial. En ambos casos parecen tener una orientación artesanal. En el primero se documento una construcción con un patio y al menos una habitación, en aquel se excavó una zanja en el suelo para el deposito de cenizas de un horno. El horno que generó dichas cenizas, se encontraba fuera de los límites del sondeo, pero el volumen de desperdicios sugiere una actividad fabril. En el caso del sondeo 5200, parte de cuyas estructuras se habían tallado en la roca, la organización del espacio en torno a un qanat y la presencia de unos suelos de mortero bastante compacto y alisado, similar al opus signinum, sugiere alguna actividad en la que se el agua tuviese gran importancia. Ambos complejos se elevarían fundamentalmente en tapial, de hecho en el sondeo 5100 se ha conservado un alzado, UEC-017, de casi un metro de altura realizado con dicha técnica.

Todos los sondeos realizados en esta campaña arrojan una cronología altomedieval en torno al siglo IX y principios del siglo X, pero es posible que los sondeos 5100 y 5200 tengan una cronología ligeramente posterior a los de la alcazaba. Esta cronología más tardía de la ocupación del sector occidental de la llanura se ha comprobado en los sondeos realizados en 2006 y 2007.
En el 2006 se realizó una intervención de urgencia (5) debido a la intención del dueño de un olivar de introducir un sistema de riego. Esta zona, en el extremo noroccidental de la llanura, presenta una pendiente muy leve hacía el sur. Aunque no parece que en época medieval este desnivel fuese muy acusado, hoy en día los rellenos incluso lo han atenuado. En esta excavación se abrió un sondeo 1100, en el que se descubrió parte de un edificio muy complejo, organizado en torno a dos muros longitudinales, a los que se adosan muros transversales que forman las habitaciones. Sobre la base realizada en mampostería se levantaría el tapial del que sólo se han encontrado los derrumbes. Se encontraron además dos pozos, posiblemente pertenecientes a un qanat. Por debajo de este complejo se detectó al menos una fase anterior a la que pertenecía entre otras estructuras un horno, amortizado por un derrumbe.
La campaña de 2007, la segunda excavación del Proyecto General de Investigación la Ciudad de Madinat Ilbira, permitió conocer parte de la trama urbana del que debió ser uno de los principales barrios de la madina(6). Los sondeos se abrieron en el llamado pago de la Mezquita, donde ya en el siglo XIX Gómez Moreno había identificado unas ruinas de un gran edificio como pertenecientes a la aljama de Ilbira. Se realizaron cuatro sondeos, caracterizados todos ellos por la gran potencia de los niveles de relleno, de hasta 3 m.
En el sondeo 1200 se exhumaron los restos de dos viviendas separadas por una estrecha calle, una de ellas con un patio que funcionaba como cocina, y dos estancias más. Este edificio se prolongaba en el sondeo 1500, donde se descubrió un pozo ciego seguramente asociado al mismo complejo. En el sondeo 1300 se saco a la luz un edificio formado por al menos tres estancias. El sondeo 1400 proporcionó unas estructuras de difícil interpretación. A diferencia de los ejemplos documentados hasta ahora la base del muro detectado, UEC-079, se hizo con sillarejos, si bien el alzado se realizó en tapial. Tal vez se trate de una construcción asociada a un enterramiento monumental que se encontró a mayor profundidad, CEF-1. Las estructuras de estos sondeos son las más tardías de las localizadas en la ciudad andalusí, alcanzando el siglo XI, aunque el enterramiento es de los siglos IX o X.

 
LAS TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS DE MADINAT ILBIRA

Ángel GONZÁLEZ ESCUDERO

http://www.arqueologiamedieval.com/articulos/104/las-tecnicas-constructivas-de-madinat-ilbira