12 noviembre 2024

LAS TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS DE MADINAT ILBIRA (parte 2ª)

Una vez descritos los restos de construcciones descubiertos en el yacimiento , vamos a hacer una recopilación de las técnicas empleadas en su edificación. El estado de conservación es en algunos casos muy deficiente, y los alzados que han perdurado hoy en día son muy escasos pero esto no impide obtener algunos datos generales sobre estas estructuras.

Materiales constructivos empleados en Madinat Ilbira

Tierra

Este sería sin lugar a dudas el material más utilizado en las construcciones del yacimiento. Aparece empleada en morteros, tanto para alzados de tapial como en los morteros que unen los mampuestos. Se usa también en los rellenos de nivelación y mezclada con una proporción variable de cal formando suelos. Los lugares de acopio de tierra no debían ser muy lejanos, esto está claro en los suelos y rellenos de nivelación, por lo general formados por una tierra de textura arcillosa, muy roja de tonalidad medía u oscura, con inclusiones de grava fina. Esta tierra, visible en muchos puntos, procede de la degradación de la roca caliza que es el material predominante de la sierra, con lo cual el acceso a este material resultaba muy sencillo.
En cuanto a los tapiales se observa mayor diversidad. Son frecuentes los tapiales de color rojizo, pero conviven con otros de color ocre, de distinta tonalidad y amarillento o verdoso. En cualquier caso depósitos de todos estos tipos de tierra han quedado a la vista en los cortes realizados por las canteras, formando estratos horizontales. Estos posibles puntos de recogida de material se encuentran también en la sierra en el entorno de la ciudad.
En los edificios de la zona llana se han recuperado materiales tardorromanos y de primera época islámica en los derrumbes de tapiales de los siglos X y XI(8). Esto sugiere que se recurrió a tierra procedente de la llanura situada a los pies de la Sierra o justo de las estribaciones de la misma, donde hasta hoy se han identificado los únicos restos de época romana del yacimiento.
También sabemos que se recogía arcilla en la vega para la fabricación de tejas, que sólo puede proceder de zonas de regadío o del entorno de un río(9). En principio la importancia de la actividad agrícola en el mundo islámico y la necesidad de tierra arcillosa para fabricar este material nos lleva a pensar en la segunda posibilidad. Sin embargo, no parece probable que se recurra a esta fuente para la construcción del tapial y de rellenos que requeriría un gran volumen de material. Nos resulta más plausible que se recurra a zonas cercanas para su recogida.

Piedra

Si bien la tierra debió ser el material empleado por excelencia tanto en la elevación de los muros como en la elaboración de suelos el material constructivo más ampliamente documentado es la piedra. Dentro de este grupo la roca más representada es la caliza, que como se ha dicho es el material predominante en Sierra Elvira, aflorando en muchos puntos, lo que facilita su explotación. Esta explotación se ve facilitada también por su estructura laminada, que facilita la extracción de bloques más o menos regulares. Se trata de un depósito del mesozoico, originado por aportes de cieno procedentes de un lago poco profundo. Éstos se elevaron en los plegamientos terciarios. Presenta una alta densidad, sin poros visibles mediante microscopio óptico, esto le confiere una serie de características muy apreciables en su puesta en obra. En primer lugar presenta una baja absorción de agua. Resiste bien a las tensiones, sobre todo aplicadas en perpendicular al plano de sedimentación. También resiste fácilmente las variaciones térmicas fuertes. Soporta bien las agresiones químicas por su baja absorción de agua(10).
En la campaña de excavación de 2005 se identificó una posible cantera en una zona conocida como los Caballitos del Rey, junto a la muralla. Su cronología es dudosa pero una inscripción en caracteres árabes y un símbolo islámico grabado en la roca nos hacen pensar que pudo abastecer a la ciudad altomedieval. La presencia de grietas en la piedra permitiría la explotación simplemente mediante la introducción de cuñas de madera, hinchadas posteriormente con agua, o hincadas mediante golpes de martillo. La explotación no parece complicada por lo tanto.
Está piedra se presenta en forma de mampuestos. Tienen diversos tamaños aunque por lo general son medianos y pequeños. Se caracterizan por ser empleados tal como se extraen de la cantera, recibiendo como mucho una talla somera a fin de regularizar alguna de sus caras. Se encuentran integrados en los zócalos de mampostería que debían de recibir la obra en tapial. También aparecen formando parte de rellenos de nivelación, siendo en este caso más irregulares, si cabe, o incluidas en tapiales, caracterizadas por ser pequeñas y sin trabajar. Sólo en un caso hemos documentado este tipo de piedra con una talla que puede considerarse casi de sillarejos, con unas dimensiones bastante regulares. Nos referimos al muro, E-3, descubierto en la excavación de 2007, en el sondeo 1400(11). Hay que señalar que seguramente se trataría de un edificio singular dentro del conjunto de la madina, tal vez relacionado con la mezquita aljama. También conocemos por los trabajos de Gómez Moreno de la existencia de un edificio de sillares y columnas de piedra descubiertos entre las ruinas de la mezquita(12). El autor no indica en que tipo de piedra están realizadas. Teniendo en cuenta la rigurosidad que lo caracteriza no sería mucho suponer que se debe a que estaban realizados en la piedra caliza del entorno. Este hecho indicaría un cierto nivel económico(13) alcanzado por la población o la implicación del estado en la obra, puesto que la labra de la piedra exige personal especializado. Sin embargo al-Razi hace una referencia a canteras de mármol en las proximidades de Madinat Ilbira, de color muy blanco y no muy duro, que se usa en la talla de esculturas y obras de arte(14). No obstante con estas características es muy posible que haya confundido la caliza local con mármol, debido al brillo que adquiere esta piedra gracias al pulido. Aunque permite suponer que si se realizaban trabajos de talla estos incluirían la elaboración de material constructivo, sillares y columnas.
Por ultimo esta piedra se ha empleado también en suelos, trabajada en forma de losas planas. En uno de los casos se trata de un complejo claramente diferenciado del resto, como es el situado e la cima del cerro de “El Sombrerete”(15).
En número muy menor hay otros materiales líticos representados en el registro arqueológico. Hemos encontrado, en la campaña de 2007, en el sondeo 1400, la cubierta de una tumba realizada mediante siete losas de yeso geológico de grandes dimensiones(17). Gómez Moreno había ya identificado este material formando parte de un suelo(18).
De forma más fragmentada, se ha recuperado piedra de las canteras de Malaha, de dimensiones reducidas y en muy poco número. Es posible que las jambas de la puerta de la Alcazaba, estuviesen realizadas en este material, como parece indicar el depósito dejado por su degradación(19). Este tipo de piedra fue también localizado por Gómez Moreno trabajado formando sillares, uno con el relieve de un león(20). En este caso estaban incluidos en los muros de un edificio medieval, y él los interpreta como reutilizados. Este tipo de piedra es una arenisca poco compacta muy adecuada para la talla. Se usa frecuentemente para la elaboración de detalles arquitectónicos y en lapidas decoradas. Su poca dureza permite también la elaboración de sillares. Aunque Gómez Moreno haya considerado estas piezas como fruto del expolio de restos romanos, no es descabellado pensar que esta cantera se explotase en época emiral y califal, a la vista del amplio uso que iban a tener en la Vega de Granada en el siglo XI, de hecho el cercano puente de Pinos Puente, construcción califal, está realizado en este material.

Materiales vegetales

Como es lógico estos materiales no han llegado hasta nuestros días, más que como restos muy degradados. Así la presencia de elementos vegetales es reconocible por los niveles con abundantes carbones que se encuentran mezclados con los derrumbes o más habitualmente bajo los restos de las techumbres. Así se han documentado este tipo de niveles en el sondeo 5100 durante la excavación de 2005(21) y en los sondeos 1200, 1300 y 1400 en 2007(22).
Las especies útiles en construcción que se pueden dar en el entorno de Madinat Ilbira son la encina(23) y el pino. La madera de las especies frutales es muy apreciada por sus cualidades estéticas pero su elevado precio debía limitar su empleo a detalles de ebanistería en caso de que realmente se empleasen(24).
La madera se emplearía en forma de rollizos, apenas desbastados para constituir las vigas para la cubierta de los edificios, o los forjados en caso de la existencia de varias plantas. También pueden estar presentes en el interior de los muros de tapial para darle consistencia, como se observa en el tramo de muralla excavado en el sondeo 4200 en la campaña del año 2005. También debió ser frecuente su empleo en jambas y en dinteles, de puertas y ventanas, que no pueden realizarse directamente en el tapial, por lo menos no los dinteles. La ausencia de material de construcción en los derrumbes que haya podido cumplir esta función sólo nos deja la posibilidad de que se hayan realizado en un material perecedero como la madera. Por último se emplearía en el cerramiento de vanos, así Gómez Moreno da noticia del descubrimiento de los herrajes de una puerta(25).
Otro elemento que estaría muy presente en la construcción sería el cañizo, este material formaba parte de la cubierta de los edificios(26). Si no se han conservado los maderos, menos aún los fragmentos de este elemento. Sin embargo su utilización esta demostrada fuera de cualquier duda por la impronta dejada en el mortero que unía las tejas del sondeo 1100 excavado en 2006(27).
Por último, la escasez de clavos nos permite suponer el empleo de cuerdas en la construcción de las techumbres. Lo más lógico es pensar que éstas estuviesen realizadas en esparto, materia prima documentada de forma indirecta por los restos de metal fundido caído sobre esteras de este material(28).

Materiales cerámicos

Marcelino García López denomina cerámica “todos los objetos construidos con materias arcillosas endurecidas por la acción del calor”(29). Sin duda, de todos los materiales de este grupo, la teja es el más abundante, casi exclusivamente la teja acanalada, que ha venido a llamarse árabe.
Desconocemos los detalles de la fabricación de este elemento. Podemos aceptar como validos los procesos explicados en los manuales del siglo XIX para su elaboración a mano(30), pero siempre teniendo en cuenta que se refieren a un periodo en que la producción esta más estandarizada. El primer paso es el aprovisionamiento de la arcilla, esta debe contener arena, sino se le añade arena fina o margas calizas como desgrasante, para evitar que en el proceso de deshidratación se deformen o agrieten, si por el contrario la arcilla contiene muchas inclusiones y es por esto poco plástica se le añadirían margas. En cualquier caso se preparan para eliminar los granos de sílice y caliza. Esta masa será mejor si se deja expuesta a las heladas en invierno mientras se remueve periódicamente, lo que ayuda a la disgregación del material. Con posterioridad se les añadiría agua, en fosas recubiertas de madera o ladrillo y se removería frecuentemente. Esta arcilla se extiende y se amasa mediante el pisado de obreros. Después de este paso ya se puede moldear. Esto se hace mediante un bastidor de madera o hierro, colocado sobre una superficie espolvoreada de arena, pasándole un listón o rasilla para retirar el excedente. Así se obtiene una placa que ha de colocarse sobre un molde con la forma de la curvatura interior de la teja. A continuación se dejan secar extendidas en una era en un periodo de horas, dependiendo de la climatología, se les puede recortar las rebabas y amontonarlos de forma que el aire pueda circular entre ellas. De ahí pasan a un horno, que no tiene porque ser demasiado complejo. Podría bastar un simple hoyo en la tierra en el que se depositaran las tejas crudas cubriéndolas con madera para su combustión(31).
Para el caso de Madinat Ilbira, como se ha dicho, la cantera de aprovisionamiento de arcilla parece haber estado en una zona de ribera(32), sin que esto impida que se exploten otros depósitos arcillosos. Lo que no se ha podido identificar por el momento es algún área donde se haya realizado todo el proceso posterior de preparación de la arcilla y moldeado, ni los hornos. La complejidad del proceso de fabricación que se ha comentado y el gran volumen de piezas necesario, exigiría la existencia de talleres organizados.
Existen también evidencias del uso de ladrillos. Estos aparecen tan fragmentados y en tan poco número que no admiten más interpretación que su expolio de obras romanas y su reaprovechamiento en construcciones posteriores. El grosor de los ejemplares recuperados, superior a 5 cm, refuerza la misma idea. Sólo se ha documentado un ejemplar in situ, se encontraba en el sondeo 5200 sobre un suelo de mortero muy compacto con gran cantidad de inclusiones de árido, que recuerda a un opus signinum. La misma interpretación hay que dar a los escasos fragmentos de tégulas recuperados en la zona llana del yacimiento. Aparecieron siempre empleadas en rellenos o como inclusiones en derrumbes de tapial, nunca como parte del derrumbe de las cubiertas.
Con muchas reservas hemos de hablar de la presencia de atanores(33), en el sentido de piezas de conducciones de agua(34). Se trata de algunos ejemplares depositados en el Museo Arqueológico Provincial. Están identificados como procedentes de Atarfe, sin más especificaciones. Sólo cabe destacar que su tamaño es menor a los recogidos bajo la localización de Alcazaba de Granada, que se podría identificar con la Alcazaba Qadima en el Albayzín(35).
Por último hay que mencionar la introducción de cerámica fragmentada como inclusiones en rellenos de nivelación o como desgrasantes dentro de tapiales. En ocasiones se han empleado también como ripio en los zócalos de mampostería. El interés de estos materiales radica en que nos pueden ofrecer una cronología post-quem de las estructuras en las que están incluidas, mientras que su uso como material constructivo no deja de ser anecdótico.

Cal y morteros

Este material, proveniente de la calcinación de piedra caliza, es fundamental en la construcción. Se ha empleado como aglutinante en todo tipo de morteros, así la encontramos en menor o mayor proporción en tapiales y en suelos. Curiosamente por lo general su proporción es muy baja o inexistente en la mezcla empleada en la construcción de los zócalos de mampostería. Por el contrario se emplea con gran profusión en enlucidos. Sorprende también el uso de un mortero muy consistente, con una alta proporción de cal empleada en la reforma del CEF-1 en el sondeo 1400(36), realizado en 2007. Destaca por último su empleo en las cubiertas de los tejados, presentando una muy alta concentración de cal en los ejemplos recuperados en el derrumbe del edificio del sondeo 1100, excavado en 2006(37).
Como se ha dicho la cal se obtiene calcinando roca caliza, que debe tener una proporción de al menos el 50% de carbonato de calcio (CaCO3), esta es una materia prima que abunda en toda la sierra. Las piedras empleadas deben tener entre 10 y 20 cm de diámetro para facilitar la calcinación. Mediante este proceso se libera dióxido de carbono (CO2) originando la cal viva u oxido de calcio (CaO). Este material no se puede aplicar en ese estado sino que se apaga mediante agua produciendo dióxido cálcico (Ca(OH)2). Este material en contacto con el aire vuelve a absorber dióxido de carbono (CO2) dando lugar a carbonato de calcio (CaCO3) de nuevo. Es esto lo que le aporta dureza a los morteros(38).
Este proceso tiene un momento delicado en la cocción. Esta no puede realizarse a una temperatura ni muy alta ni durante demasiado tiempo porque se pasa y no produciría un buen mortero. La temperatura debe ser ligeramente superior a 1000º C, y la cocción dura entre tres y cuatro días. Sólo es posible conocer si ésta se ha realizado correctamente mediante la observación del mismo artesano. Los hornos necesarios para su elaboración son muy sencillos, no siendo preciso una cámara de combustión separada del material.
Según los materiales empleados se obtendrá cal de diversa calidad. La cal grasa es la que se obtiene de rocas calizas en las que la proporción de carbonato de calcio supera el 95 %. Es empleada porque se apaga y fragua más rápidamente dando lugar a morteros muy resistentes. La cal magra o árida es la que contiene más de un 10 % de oxido de magnesio (MgO) o arcilla en su caso. Se apaga y fragua más difícilmente admitiendo menos árido, en cambio es más plástica. La cal hidráulica es la que fragua en medios húmedos, las calizas de donde procede esta cal son muy raras por lo que se elabora añadiendo una proporción de entre el 5 % y el 22 % de arcilla. Si el material calcinado contiene una proporción muy alta de arcilla se origina cemento, que ya no se puede apagar. Éste se muele y se mezcla con agua para la elaboración de morteros. En el caso de Madinat Ilbira todos los morteros documentados parecen elaborados con cal del segundo tipo.
Para apagar la cal se emplean varios métodos. El más sencillo es depositar la cal viva en una artesa y verterle agua mientras se remueve con batidoras o rodillos. En este caso para evitar su fraguado por contacto con el aire debe ser almacenada en fosas excavadas y cubiertas con arena. Otra posibilidad es extenderla en una zona próxima a su consumo, formando una capa de entre 30 cm y 40 cm de espesor. A continuación se le añade el agua mediante cubos o mejor regaderas mientras se amasa con el rodillo. Otro método consiste en desmenuzar la cal viva, para introducirla en una cesta de mimbre que se sumerge en agua unos segundos y se saca antes de que la cal se funda. Por ultimo se puede exponer al aire libre para que absorba la humedad ambiental. Los últimos tres métodos originan cal en polvo. Dependiendo de la cantidad de agua el resultado será peor o mejor, así el exceso de agua produce un mortero muy endeble y poroso, si es muy poca tendrá poca capacidad de unión. Se puede suponer que en Madinat Ilbira se empleó la segunda técnica lo que permitiría explicar la existencia del interfaz relleno de mortero documentado en el sondeo 1400(39).
Este proceso de producción se ha extraído de un manual del siglo XIX. Con toda la precaución necesaria, puede explicar el proceso de elaboración de la cal para una fase preindustrial(40), ya que esta actividad, que en algunos sitios de España ha continuado realizándose de forma artesanal, como se describe en dicho manual.
Para su puesta en obra la cal se mezcla con la tierra en proporciones variables, puede presentarse en muy bajo porcentaje para dar compacidad a los muros de tapial y los suelos o ser muy abundante como en enlucidos, algunos suelos y en el mortero empleado en algunas techumbres. Por el contrario los morteros que hemos documentado uniendo los mampuestos de las bases de muro, son de tierra(41) o apenas contiene cal.

Roca

Como se ha comentado la mayor parte de los materiales que forman la base geológica de la sierra son depósitos mesozoicos de caliza, elevados durante los plegamientos terciarios. Esta roca presenta tendencia a formar fracturas ortogonales que de la misma forma que favorecen la extracción de material de construcción, permiten su acondicionamiento y modificación para la inclusión en construcciones. Así nos aparece frecuentemente aflorando en la base de los muros que se limitan a regularizarla para poder realizar el alzado en tapial. En ocasiones, como en el sondeo 4100 parece que se ha podido emplear como una especie de banco o repisa de la E-1(42). También se han reconocido unas escaleras talladas en la roca, E-5, en el sondeo 3100(43).
En el caso de la zona llana se ha alcanzado la roca en los sondeos 5100, 5200 y 1100. En este caso la base geológica está formada por un conglomerado que parece formado por la compactación de los sedimentos procedentes de la erosión de los materiales de la sierra. Esta roca es muy blanda, fácil de cortar así nos encontramos muros tallados en la roca como los del sondeo 5200(44), una fosa cuya función es dudosa en el sondeo 6100(45) o el sistema de abastecimiento de agua de la ciudad formado por galerías subterráneas, con pozos de ventilación que pudo ya ver Gómez Moreno y que se ha documentado también en la campaña de excavación de 2005(46) y en la intervención de urgencia de 2006(47).

Metal

El último material empleado en la construcción que hemos documentado es el hierro. Se ha mencionado que Gómez Moreno(48) habla de los herrajes de una puerta. En las intervenciones realizadas en el presente siglo se han descubierto si bien en un número muy bajo, clavos de hierro que es de suponer procedan de la techumbre.

LAS TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS DE MADINAT ILBIRA

Ángel GONZÁLEZ ESCUDERO

http://www.arqueologiamedieval.com/articulos/104/las-tecnicas-constructivas-de-madinat-ilbira