5 diciembre 2024

Isidro García Cigüenza: «Quiénes somos y a qué venimos. Concha Sainz-Amor»

Maestro: ¿Os suena de algo el nombre de Concha Sainz-Amor, una ilustre maestra-pedagoga española?

Alumno: Yo, la verdad, es la primera vez que lo oigo.

Alumna: Me encantaría saber cosas sobre ella. Hasta ahora, el listado de referentes femeninos en la alta Pedagogía se limita a María Montessori…

Maestro: Pues fíjate qué curioso: Sainz-Amor trabajó por la escuela rural, bajo los principios de la pedagogía activa, precisamente de la mano de las teorías de Montessori. Su labor la llevó a cabo justo en los años anteriores y posteriores a la Guerra Civil española del 36.

Alumno: Aquí en Internet viene su biografía… Dice que nació en 1897, cerca de Medina de Pomar, provincia de Burgos; que era la mayor de siete hermanos e hija de labradores…

Maestro: Desde luego un dato, éste último, muy meritorio: una mujer que en un ambiente rural, con tanto trabajo en la casa y en el campo, lograra el título de maestra en la Escuela Normal y consiguiera llegar tan lejos… Tan lejos que, a partir de 1954, ya compaginaba su trabajo escolar con la docencia en la Sección de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona. Allí impartiría nada menos que la asignatura de “Pedagogía Diferencial”.

Alumno: Pero no lo debió tener nada fácil. Aquí dice que se inició en la escuela rural, como alumna y como maestra. Una escuela rural, pone, “asistida por maestros en la flor de la vida que acababan de ganar una oposición y se trasladaban a un medio sin comodidad alguna, en medio de una tremenda soledad y, a veces, hasta de incomprensión”.

Alumna: Por lo que pude apreciar en la película “La lengua de las mariposas” y en la historia real del maestro Antoni Benaiges (cuyo cuerpo fue lacerado por aquellas mismas fechas y arrojado a una fosa común), el asunto de poner en práctica los principios de la Escuela Moderna, en los pueblos y justo en los años de la dictadura, debió ser un asunto muy peliagudo…

Alumno: De hecho, según este informe, ella misma también fue expedientada por el franquismo, acusada de participar en la FETE (Federación de Trabajadores de la Enseñanza-UGT)…; de llevar a la práctica la coeducación…; de colaborar con el Ateneo Enciclopédico Popular…; y de haber publicado artículos en revistas del ámbito de la I.L.E. (Institución Libre de Enseñanza). Por todo ello fue suspendida de empleo y sueldo durante el curso 1941-1942 e inhabilitada para el desempeño de cargos directivos durante dos cursos más. Así hasta que, a petición suya, su expediente se examinó y se la readmitió en el Cuerpo. Al finalizar su inhabilitación volvió a dirigir varios centros educativos hasta su jubilación en 1967.

Maestro: Conozco bien la historia de Concepción porque, curiosamente, siguió un recorrido profesional similar al mío: hija de labradores, burgalesa de nacimiento, riojana de adopción, maestra rural durante un montón de años, trashumante cultural y admiradora, como yo mismo, de los principios que animaban la Pedagogía impartida en la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos… Lo mismo que a mí, la enseñanza impartida en el medio rural la apasionaba. En fin y salvando las distancias, casi una fotocopia de mi propia historia…

Alumno: Siguiendo con su biografía, aquí dice que en 1918 sacó la oposición de maestra, siendo su destino Aldeanueva de Ebro, luego a Rincón de Soto, a Pedroso y a Alberite todos en La Rioja. Allí permaneció hasta 1931, fecha en que obtiene plaza en el Patronato Escolar Municipal de Barcelona. A partir de este momento alternó su actividad de maestra con viajes al extranjero, con el fin de conocer de primera mano experiencias pedagógicas en distintos países. Sabemos que participó en varios Congresos Internacionales de Educación. ¡Ah! Y que participó como voluntaria en las famosas “Misiones Pedagógicas”.

Misiones Pedagógicas

Alumna: ¿Misiones Pedagógicas? ¿De qué iba eso?

Maestro: Se trata de una iniciativa cultural que organizó la Segunda República para el mundo rural más apartado, con vistas a renovar el aire predominantemente caciquil y religioso que reinaba en aquellos lugares. El 30 de mayo de 1931, solamente un mes y medio después de la proclamación de la misma se creó el Patronato de las Misiones Pedagógicas.

«Es natural que queráis saber, antes de empezar, quiénes somos y a qué venimos. No tengáis miedo. No vamos a pediros nada. Al contrario, venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante y que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela donde no hay libros de matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas, donde no se necesita hacer novillos. Porque el gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos sobre todo a las aldeas, a las más pobres, a las más escondidas, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo. Algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, y porque nadie, hasta ahora, ha venido a enseñároslo: pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros. Y nosotros quisiéramos alegraros, divertiros casi tanto como os alegran y divierten los cómicos y los titiriteros”.

Grafiti alusivo a La Barraca

En cada presentación en las que participó, Concha Saiz-Amor leía esas palabras. Se trata del breve discurso donde se exponía con sencillez y humildad, el ideal que les impulsaba a ella y a sus compañeros a la hora de llevar a cabo su tarea.

Alumna: Me gustaría saber más cosas de aquellas Misiones Pedagógicas…

Maestro: Las Misiones tenían una triple finalidad: acercar al mundo rural la cultura general, orientar pedagógicamente a los maestros de las escuelas rurales y entretener a los ciudadanos. Durante varios días estos voluntarios realizaban actividades culturales, tales como: charlas, proyecciones cinematográficas, exposición de fotografías, lecturas y recitación de obras populares, audiciones musicales comentadas, conversaciones de educación ciudadana, exposiciones de copias de obras maestras del arte español y representaciones teatrales. También llevaban a cabo con los niños juegos, recitales y excursiones. Una vez terminada la visita, se hacía entrega al maestro de una pequeña biblioteca y un gramófono con un pequeño lote de discos.

Alumna: ¿Y nuestra Concha, en cuál de estas actividades participó?

Maestro: Conociendo sus inquietudes renovadoras, avaladas por sus conocimiento y experiencia, pienso que su aportación se basó en la formación de los maestros y maestras de los pueblos que visitaba. Me la imagino realizando encuentros con ellos para intercambiar experiencias, organizar exposiciones de trabajos escolares y llevar a cabo visitas didácticas a lugares de interés artístico o natural…

Las Misiones Pedagógigas realizaban representaciones teatrales en aldeas

Alumno: Mirad. Me ha costado un poco encontrarlo, pero navegando he conseguido sacar la bibliografía que nos dejó escrita. Además de cuentos y canciones infantiles tenemos varios libros: “Canta y Labora”, “El maestro visitador” y su obra más significativa, al parecer: “La Escuela Rural activa”.

Maestro: Antes de dar por finalizado este paseo, me gustaría haceros a ambos una sugerencia… ¿Qué os parece si diésemos la vuelta a la tortilla? ¿Si, en vez organizar nosotros unas “Misiones Pedagógicas”, organizamos unas “Pedagógicas Misiones”? La idea es plantear un proyecto en el que, los que trabajamos y vivimos en el mundo rural, seamos los que nos traslademos, ahora a las ciudades, para hablar a los urbanitas de lo que es “Calidad de Vida”, “Vivencias en el Entorno” y “Pedagogías Alternativas al Aire Libre”.

Alumna: ¡Caro! ¡Y esta misma “Pedagogía Andariega” que nosotros preconizamos…!

 

Isidro García Cigüenza

Isidro García Cigüenza: «Quiénes somos y a qué venimos. Concha Sainz-Amor»