¿Cuánto ahorrará una familia con la bajada de impuestos? ¿Y un pensionista? La reforma fiscal del Gobierno, en 10 ejemplos
El Ejecutivo ha anunciado cambios en el IRPF, el IVA y sociedades, además de la creación de un tributo a las grandes fortunas para compensar la supresión de patrimonio en algunas comunidades.
Tras varias semanas de carrera fiscal a la baja entre las comunidades autónomas, el Gobierno anunció el jueves su paquete de medidas fiscales “para la justicia social y la eficiencia económica”. Entre otras propuestas, se ha previsto una rebaja del impuesto de la renta (IRPF) para aliviar el impacto de la inflación en los bolsillos de las clases medias y bajas, o una reducción en el Impuesto de Sociedades para pymes. También se incluye un nuevo gravamen sobre la riqueza y se eleva la carga fiscal para los grandes grupos. Pero, ¿cómo afecta todo esto a las carteras de los contribuyentes? Estas son las iniciativas pactadas por el Ejecutivo, explicadas a través de ejemplos de individuos y empresas.
El impuesto sobre la renta
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, o IRPF, se encuentra en el centro de la reforma fiscal anunciada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Gobierno propone que la cantidad mínima para tributar en el IRPF suba de 14.000 euros a 15.000, así como extender la reducción por rendimientos del trabajo de 18.000 a 21.000 euros. Así quedarían las cotizaciones de varios contribuyentes españoles de aplicarse esta reforma:
- Trabajador joven, sin hijos, y que cobra 14.500 euros al año: ahora mismo, esta persona se encuentra, por poco, por encima del umbral de obligados a hacer la declaración de la renta. Al extenderse el límite a 15.000 euros, en caso de que sea el primer año en el que puede presentarla, no estaría obligado a hacerlo. Eso sí, si lo hiciera podría recuperar todo lo que le han retenido en ese ejercicio: unos 214 euros.
- Trabajador sin descendientes que gana 18.000 euros: de acuerdo con los cálculos del Ejecutivo, esta persona se ahorraría 746 euros al año en IRPF, una rebaja del 40%.
- Trabajador casado con dos hijos y un sueldo de 18.000, y que hace la declaración conjunta con su cónyuge: igual que el joven que cobra menos de 15.000 euros, esta persona dejaría de pagar IRPF, por lo que se ahorraría 331 euros al año.
- Pensionista mayor de 65 años que percibe una paga de 16.500 euros: se ahorraría 689 euros al año, lo que supone una reducción del 47%.
- Trabajador monoparental con dos hijos, y un sueldo de 18.500 euros: este trabajador pagaría, de acuerdo con lo expuesto por el Gobierno, 516 euros menos al año.
Autónomos
Los trabajadores autónomos también se verán beneficiados por las medidas fiscales anunciadas. El Gobierno propone una rebaja adicional del 5% en el rendimiento neto de módulos. Igualmente, se prevé un aumento del 5% al 7% de la reducción para gastos deducibles de difícil justificación —un porcentaje que se aplica directamente sobre los beneficios y que permite reducir la base imponible, y por ende, la cantidad a pagar— para aquellos autónomos que opten por tributar en el régimen de estimación directa.
- Para un autónomo que tenga unos beneficios anuales, antes de impuestos, de 22.500 euros, los gastos de difícil justificación pasarían de ser de 1.125 euros a 1.575. Es decir, en su declaración, este contribuyente podría deducirse 450 euros más.
Grandes fortunas
No todo son bajadas en el paquete anunciado por el Gobierno. Para contrarrestar la carrera fiscal iniciada por las autonomías respecto del Impuesto de Patrimonio, el Ejecutivo propone un nuevo gravamen para los más ricos: el Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas. Este tributo, de carácter temporal, busca evitar la doble imposición con patrimonio, y la cuota pagada por el autonómico será deducible del estatal.
- Así, una persona que tenga un base imponible de tres millones en el Impuesto sobre el Patrimonio y que viva, por ejemplo, en Andalucía —el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, anunció el 19 de septiembre la supresión del impuesto— pagaría 51.000 euros anuales durante la vigencia de este tributo. Si fuera de 10 millones debería abonar 350.000 euros.
Ahora mismo, las rentas del capital (obtenidas, por ejemplo, por los rendimientos de dividendos financieros) superiores a los 200.000 euros se gravan al 26%. La reforma pretende elevar el tipo en un punto, hasta el 27%, para aquellos contribuyentes con ingresos de entre 200.000 y 300.000 euros; y dos puntos, hasta el 28%, para los superiores a 300.000 euros. Esto afectaría, según el Gobierno, a 17.814 contribuyentes.
- Una persona que recibe rentas por capital de 250.000 euros paga actualmente 65.000 euros anuales. Con la reforma, abonará 67.500, 2.500 euros más. Si recibiese una renta de 310.000 euros pasaría de pagar 80.600 euros a tributar 86.800. Un aumento de 6.200 euros.
Impuesto de Sociedades
La ministra de Hacienda ha anunciado una rebaja del tipo nominal del Impuesto de Sociedades del 25% al 23% para las empresas que tengan una cifra de negocio menor de un millón de euros. Esto beneficiaría, de acuerdo con el ministerio, a más de 400.000 compañías:
- Una empresa con una cifra de negocio de 300.000 euros, y una base imponible, después de ajustes, de 45.000 euros —la base imponible de este impuesto, sobre la que actualmente se aplica el tipo del 25%, se corresponde al beneficio de la empresa, rebajada por diversos ajustes—, pagaría 10.350 euros, por lo que se ahorraría con la reforma unos 900 euros.
Para los grupos consolidados, Hacienda propone que se limite un 50% la posibilidad de compensar en la base imponible las pérdidas de sus filiales. Esto afectaría, de acuerdo con las cifras del Ejecutivo, al 0,2% de las compañías que declaran este impuesto, unas 3.600.
- Un grupo de sociedades acogido al régimen de consolidación —en el que todas las filiales se consideran como una única a efectos del Impuesto de Sociedades— tiene tres filiales, una de ellas con pérdidas de un millón de euros. Esta corporación ya no podrá reducir esas pérdidas de su base imponible total, sino que solo podrá deducir la mitad: 500.000 euros.
Pierre Lomba